Una pol¨ªtica fronteriza humanitaria es posible en Europa
El debate acerca del asilo y la emigraci¨®n est¨¢ dominado por la histeria y las propuestas inoperativas
Aunque a los que no dejan de insistir en el t¨®pico les pueda resultar sorprendente, Schengen no guarda relaci¨®n con la crisis de los emigrantes que la Uni¨®n Europea ha vivido en los ¨²ltimos a?os. Si el acuerdo no hubiese existido, la crisis se habr¨ªa producido igualmente. Es f¨¢cil darse cuenta de por qu¨¦. Antes de llegar a su destino final dentro de la zona de libre circulaci¨®n, los emigrantes cruzaron varias fronteras internacionales para entrar en la UE y a trav¨¦s de los Balcanes. Asimismo, ha habido intentos de parar los movimientos migratorios en las fronteras de la zona Schengen suspendiendo el tratado. Sin que la opini¨®n p¨²blica europea en general se haya enterado apenas, Francia lleva a?os haci¨¦ndolo en su frontera con Italia, pero, en contra de lo previsto, se ha encontrado con que el n¨²mero de refugiados que entraban en el pa¨ªs y rellenaban las solicitudes de asilo ha aumentado a pesar de los estrictos controles fronterizos y de las decenas de miles de personas devueltas a Italia. ?Acaso Francia va a construir ahora una valla? ?Y Suiza?
En estos momentos, en Europa nos enfrentamos a numerosos problemas urgentes. ?C¨®mo podemos asegurar que los rescates en el Mediterr¨¢neo central van a continuar, y a d¨®nde se deber¨ªa llevar a los rescatados para que est¨¦n a salvo? ?C¨®mo mejorar las condiciones en las islas griegas antes y despu¨¦s del pr¨®ximo invierno? ?De qu¨¦ manera puede contribuir la UE a liberar a m¨¢s personas de los terribles centros de detenci¨®n de Libia? ?Qu¨¦ tiene que pasar para detener el auge de los partidos pol¨ªticos que quieren eliminar totalmente el derecho al asilo? ?C¨®mo puede ayudar la UE a los desplazados de pa¨ªses como L¨ªbano y Jordania igual que ha hecho en Turqu¨ªa?
Todas estas son preguntas para las que, hoy por hoy, no disponemos de respuestas adecuadas ni de pol¨ªticas claras. El debate acerca del asilo y la emigraci¨®n est¨¢ dominado por la histeria y las propuestas inoperativas.
La idea de suspender Schengen y reimplantar los controles fronterizos para acabar con los desplazamientos ilegales nunca ha tenido justificaci¨®n. En la frontera austroalemana se realizaron experimentos similares. Entre ambos pa¨ªses nunca ha habido valla, y hasta ahora nadie sensato ha pedido que se levante una que recorra la frontera de una punta a otra. E incluso aunque esa valla existiese, y suponiendo que pas¨¢semos por alto el sufrimiento humano que causar¨ªa, solo servir¨ªa para desviar a los refugiados hacia otros pa¨ªses. Es lo que se ha comprobado en Hungr¨ªa, cuya valla hizo que estos pusiesen rumbo a Austria y Alemania, a las que luego Orb¨¢n reproch¨® que los dejasen entrar.
Una pol¨ªtica seria debe prestar atenci¨®n a las fronteras exteriores, que son las primeras que cruzan los refugiados para entrar en la UE. Una coalici¨®n de pa¨ªses del sur de Europa ?Espa?a, Italia, Grecia?, adem¨¢s de otros como Francia, Alemania, Holanda, Austria y Suecia, que acogen a la mayor¨ªa de los refugiados llegados desde 2015, tiene que tomar la iniciativa y abrir un debate realista sobre c¨®mo controlar conjuntamente la emigraci¨®n ilegal en esas fronteras.
Las soluciones humanitarias que cuenten con el respaldo de una mayor¨ªa son posibles. Necesitamos una pol¨ªtica com¨²n de los pa¨ªses afectados que se base en tres pilares: tr¨¢mites de asilo ¨¢giles en los centros de acogida de los pa¨ªses de la orilla europea del Mediterr¨¢neo; acuerdos de repatriaci¨®n r¨¢pida desde esos centros; y reparto voluntario entre una coalici¨®n de pa¨ªses, financiado por la Uni¨®n Europea, de aquellos que obtengan la condici¨®n de refugiado. Quienes creen en los derechos humanos tienen que mostrar de manera concreta que existen alternativas a la situaci¨®n de los ¨²ltimos a?os y a los duros esl¨®ganes de los populistas. Lo que necesitamos es realismo moral para combinar la salvaguarda del derecho al asilo con el control de las fronteras debe desembocar en una pol¨ªtica capaz de concitar mayor¨ªas.
Esto significa tambi¨¦n que no tiene sentido detener la emigraci¨®n en los Balcanes, ya sea en Serbia o en Bosnia. En territorio Schengen, la verdadera frontera de la UE es la que hay entre Bulgaria y Turqu¨ªa y, en el Egeo, entre esta ¨²ltima y Grecia. Es all¨ª donde los responsables pol¨ªticos tienen que centrar su atenci¨®n y desarrollar y poner en pr¨¢ctica pol¨ªticas responsables que garanticen los derechos de los refugiados al tiempo que se establece un control firme sobre nuestras fronteras exteriores.
Gerald Knaus es presidente fundador de la Iniciativa para la Estabilidad Europea (ESI, por sus siglas en ingl¨¦s).
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