En las elecciones europeas, lo raro es votar

El auge de los partidos populistas y euroesc¨¦pticos est¨¢ acaparando la atenci¨®n en las elecciones europeas. Pero estos comicios han vuelto a poner sobre la mesa otro fen¨®meno que pasa m¨¢s desapercibido por estar ah¨ª desde hace mucho: la apat¨ªa. La participaci¨®n ha bajado de forma constante en las ¨²ltimas cuatro d¨¦cadas, desde el 62% de la primera votaci¨®n europea en 1979 al 42,6% en 2014. Y, si la historia es indicativa de algo en este caso (al menos lo es, seg¨²n las encuestas), no parece que el af¨¢n por votar se vaya a desbordar el 26 de mayo.

Hasta ahora, toda esa indiferencia ten¨ªa un impacto limitado, porque los partidos tradicionales manten¨ªan un m¨¢s o menos c¨®modo control del Parlamento Europeo. Desde 2014, sin embargo, algunas din¨¢micas han cambiado, sobre todo tras la decisi¨®n del Reino Unido de dejar la UE y el ascenso de formaciones populistas y nacionalistas, notablemente en Italia y Polonia. Los sondeos indican que estos partidos pueden hacerse con un tercio de la Euroc¨¢mara. Este escenario, el m¨¢s vol¨¢til en 40 a?os, revela que esa decisi¨®n m¨¢s o menos perezosa de ir a votar puede cambiar las cosas esta vez.

La movilizaci¨®n del electorado importa. Consciente de ello, la UE ha puesto en marcha una campa?a para promover el voto reclutando a voluntarios que animen a la gente a acudir a las urnas y explicando las bondades de la UE y su impacto en la vida de los europeos. En el Reino Unido, que en teor¨ªa no tendr¨ªa que haber participado en estas elecciones por el Brexit, tienen no una, sino dos campa?as para dinamizar la cita: Vote for your future, que anima a la gente a votar, y la de Best for Britain, una organizaci¨®n defensora de la permanencia en la UE, que ha creado una aplicaci¨®n para facilitar el registro de los ciudadanos como votantes (se calcula que 7,9 millones no lo est¨¢n). Son los j¨®venes, m¨¢s proeuropeos, el objetivo de estas iniciativas.

Cualquier intento por acercar Europa a los ciudadanos y de incrementar la participaci¨®n en los procesos democr¨¢ticos es encomiable. La duda es si se est¨¢ haciendo bien, o si todos estos esfuerzos sirven para algo. En un contexto en el que solo el 38% de los europeos sabe la fecha de estas elecciones, seg¨²n el ¨²ltimo Eurobar¨®metro, se trata de una duda bastante razonable.

?Por qu¨¦ la gente no vota? La tesis m¨¢s com¨²n apunta a que el abstencionismo se debe a la creencia de que en las europeas hay menos en juego: no se elige a un gobierno directamente, ni a un presidente, y la labor de la Euroc¨¢mara no es muy conocida. Pero lo curioso es que la UE, en s¨ª misma, no parece ser el problema, sino m¨¢s bien el desencanto con el sistema en general. Los tres principales motivos esgrimidos para no votar en las europeas de 2014 fueron la falta de confianza en la pol¨ªtica en general, el desinter¨¦s por la pol¨ªtica y la convicci¨®n de que votar no cambia nada.

Mirando c¨®mo lo hacen los que tienen altas participaciones en las europeas (B¨¦lgica, Luxemburgo, Grecia) se ve que all¨ª el sufragio es obligatorio. Quiz¨¢ no es la soluci¨®n so?ada por quienes dise?aron la Uni¨®n, pero tampoco parece muy saludable que el futuro de Europa se decida sin el voto de una s¨®lida mayor¨ªa.