La ampliaci¨®n de los Balcanes se le atraganta a la Uni¨®n Europea
La pr¨®xima legislatura resultar¨¢ b¨¢sica para fijar la posici¨®n sobre la integraci¨®n de la pen¨ªnsula
Los Balcanes, uno de los rompecabezas m¨¢s complejos del Viejo Continente, se ha convertido en la ¨²ltima pieza, casi imposible de colocar, del mosaico europeo. Dos d¨¦cadas despu¨¦s de las guerras de Yugoslavia, la mayor parte de la regi¨®n mantiene un precario equilibrio pol¨ªtico, econ¨®mico y social mientras sigue pendiente de un posible ingreso en la Uni¨®n Europea que puede tardar muchos a?os en llegar.
La legislatura que arranca tras las elecciones europeas del 26 de mayo ser¨¢ decisiva para decidir la posici¨®n de Bruselas sobre una ampliaci¨®n, tal vez la ¨²ltima, que el club comunitario no se atreve a digerir.
El club sigue en gran parte traumatizado por el big bang de 2004, cuando 10 pa¨ªses, entre ellos Polonia y Hungr¨ªa, ingresaron de golpe y con serias dudas sobre su preparaci¨®n. Pero la historia ha mostrado repetidamente el riesgo que supone descuidar los Balcanes, una regi¨®n que ha demostrado m¨¢s de una vez su temible potencial para desestabilizar a todo el continente. All¨ª empez¨® la I Guerra Mundial y all¨ª se ejecutaron las ¨²ltimas masacres y limpiezas ¨¦tnicas del siglo XX en suelo europeo.
Solo dos de los pa¨ªses nacidos tras la sangrienta desintegraci¨®n de Yugoslavia, Eslovenia y Croacia, han logrado subirse al tren europeo de la estabilidad y la prosperidad. Otros pa¨ªses de la zona, como Grecia, Rumania y Bulgaria, tambi¨¦n forman parte ya del club comunitario. El resto, unos 18 millones de personas repartidas en seis Estados (Serbia, Bosnia Herzegovina, Albania, Macedonia del Norte, Kosovo y Montenegro), permanecen en una delicada situaci¨®n geoestrat¨¦gica donde chocan los intereses de los m¨¢steres tradicionales de la zona, como Rusia y Turqu¨ªa, pero tambi¨¦n de las dos hiperpotencias del siglo XXI, EE UU y China.
La Comisi¨®n Europea insiste en que la pol¨ªtica de ampliaci¨®n y vecindad contin¨²a siendo uno de sus instrumentos prioritarios para estabilizar la periferia de la Uni¨®n, en particular, la regi¨®n balc¨¢nica. Pero el actual presidente, Jean-Claude Juncker, asegur¨® nada m¨¢s asumir el cargo en 2014 que durante su mandato (hasta 2019) no se producir¨ªa ninguna nueva incorporaci¨®n al club.
La promesa de Juncker era f¨¢cil de cumplir, porque tras la entrada de Croacia (en 2013) no hab¨ªa ning¨²n candidato en condiciones de cumplir los criterios de ingreso a corto plazo. Pero el objetivo de la Comisi¨®n era enviar una se?al pol¨ªtica clara que tranquilizara las opiniones p¨²blicas de los pa¨ªses miembros, presuntamente asustadas por el imparable crecimiento del club. Pero esa se?al alent¨® tambi¨¦n un peligroso desaliento entre los aspirantes. Y el s¨ªndrome de Turqu¨ªa, pa¨ªs que pidi¨® el ingreso en la UE en 1987 y 30 a?os despu¨¦s parece a punto de recibir un portazo definitivo, podr¨ªa apoderarse de los candidatos balc¨¢nicos y animarles a buscar refugio en capitales muy alejadas de Bruselas.
"Ser¨¢ claramente contraproducente si se relega la ampliaci¨®n a la cola de prioridades de la UE o se ralentiza el proceso, porque permitir¨¢ a otros actores, en especial a Rusia, intervenir en la regi¨®n y cortejar a pa¨ªses como Serbia, Montenegro o Bosnia Herzegovina", avisa Corina Stratulat, directora de Pol¨ªtica Europea del European Policy Centre, en un reciente an¨¢lisis sobre la siempre postergada ampliaci¨®n balc¨¢nica.
A principios de este a?o, el presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, fue recibido en Belgrado con grandes honores y aprovech¨® su presencia en Serbia para acusar a EE UU y a otros pa¨ªses europeos de querer ejercer "un papel dominante" que desestabilizar la zona. Putin, que en 2014 logr¨® frenar a sangre y fuego el acercamiento de Ucrania hacia la UE y la OTAN, parece dispuesto a plantar cara a la expansi¨®n de la UE en todos los lugares donde sea posible, desde Serbia a Montenegro o Moldavia.
La zona tambi¨¦n ha despertado el inter¨¦s de China, que ha incorporado a todos los pa¨ªses de los Balcanes, incluidos los que ya pertenecen a la UE, a su iniciativa 17+1, con la que promueve la inversi¨®n en infraestructuras ligadas a la Nueva Ruta de la Seda impulsada por Pek¨ªn. El foro celebr¨® en abril en Dubrovnik (Croacia) su octavo congreso, con presencia del primer ministro chino, Li Keqiang. La inversi¨®n china en el este de Europa, incluidos los Balcanes alcanza ya los 10.000 millones de d¨®lares, seg¨²n los datos mencionados en Dubrovnik. Y los flujos comerciales entre los 17 y China aumentaron en 2018 un 21% hasta los 82.000 millones de d¨®lares.
La presencia del gigante asi¨¢tico ha disparado las alarmas de Bruselas. La Comisi¨®n Europea acusa abiertamente a China de inundar los Balcanes con una financiaci¨®n barata destinada en gran parte a encadenarles con unas deudas impagables. Las inversiones chinas "suelen descuidar la sostenibilidad socioecon¨®mica y financiera y pueden dar lugar a un alto nivel de endeudamiento y una transmisi¨®n del control de activos y recursos estrat¨¦gicos", advirti¨® la Comisi¨®n en un documento del pasado mes de marzo sobre las relaciones con Pek¨ªn.
A la Comisi¨®n Europea que surja de las elecciones del 26 de mayo le tocar¨¢ la dif¨ªcil tarea mantener el atractivo de la UE en el extremo suroriental del continente. Stratulat recomienda que la nueva Comisi¨®n se involucre mucho m¨¢s en la zona y que no olvide actuar siempre como "un socio cre¨ªble". Pero todo apunta a que no lo tendr¨¢ f¨¢cil. La Francia de Emmanuel Macron y la Holanda de Mark Rutte encabezan la resistencia contra una nueva ampliaci¨®n, una posibilidad que la Alemania de Angela Merkel ve con buenos ojos. Los intentos de la alta representante de Pol¨ªtica Exterior, Federica Mogherini, por resolver el conflicto entre Serbia y su antigua provincia de Kosovo (que se independiz¨® unilateralmente en 2008) tampoco han llegado a buen puerto. Y los peri¨®dicos brotes de violencia ¨¦tnica en distintas partes de la pen¨ªnsula balc¨¢nica reviven los peores fantasmas de una regi¨®n que no acaba de encajar con el resto del continente europeo.
El cerrojazo de la UE deja fuera a Turqu¨ªa
Turqu¨ªa parece condenada a ser el primer pa¨ªs que se queda definitivamente fuera tras el cerrojazo impuesto por la Uni¨®n Europea desde 2013, cuando se produjo la ¨²ltima incorporaci¨®n (Croacia). Ankara logr¨® en 2005 un hist¨®rico comienzo de las negociaciones para la adhesi¨®n. Pero el proceso apenas avanzado y encall¨® de manera casi irreversible en 2016, tras el presunto golpe de Estado contra Recep Tayyip Erdogan y la posterior represi¨®n. Desde entonces solo falta una suspensi¨®n definitiva de las negociaciones, solicitada en marzo por el Parlamento Europeo y con la que ha amagado a veces el presidente turco. El candidato del Partido Popular Europeo a la presidencia de la Comisi¨®n Europea, Manfred Weber, ya ha prometido que si llega al cargo propondr¨¢ la ruptura definitiva de las negociaciones con Turqu¨ªa, una posici¨®n que cuenta con el apoyo de Berl¨ªn, Par¨ªs, La Haya o Viena, entre otras capitales.
Turqu¨ªa ha provocado siempre serias reticencias entre muchos socios de la UE, por temor a que un pa¨ªs tan grande (casi 80 millones de habitantes), mayoritariamente musulm¨¢n y pobre (poco m¨¢s de 11.000 euros de PIB per c¨¢pita frente a 28.20 en la UE) desestabilizase el club. La reorganizaci¨®n geoestrat¨¦gica del planeta en tiempos de postguerra fr¨ªa ha dado pr¨¢cticamente la puntilla a la candidatura turca.
La r¨¢pida expansi¨®n del club europeo, que pas¨® en una d¨¦cada de los 15 socios de 2003 a 28, tampoco ha ayudado. La opini¨®n p¨²blica de algunos pa¨ªses considera un gran fracaso la ampliaci¨®n hacia el este, que el pasado 1 de mayo cumpli¨® 15 a?os. Los datos no corroboran esa impresi¨®n. Los 10 pa¨ªses que ingresaron en 2004 (con Polonia a la cabeza) han avanzado 18 puntos porcentuales de PIB en su convergencia hacia la media europea; la UE ha destinado 365.200 millones de euros de los fondos estructurales para la mejora, entre otras cosas, de 24.400 kil¨®metros de carreteras y 3.400 kil¨®metros de ferrocarril, seg¨²n los datos de la Comisi¨®n. La UE, seg¨²n Bruselas, tambi¨¦n se ha beneficiado de la incorporaci¨®n de esos pa¨ªses a su mercado interior. Lejos de perder atractivo, la UE ha visto doblarse la inversi¨®n extranjera, que ha pasado del 15,2% del PIB al 40,9%.
El temido bloqueo pol¨ªtico tampoco parece haberse hecho realidad. La Comisi¨®n Europea saliente ha logrado cumplir su programa, con 471 proyectos legislativos. De ellos se han aprobado 348, "en el 90% de los casos por consenso de los 28 pa¨ªses", destaca el equipo del presidente Jean-Claude Juncker. Las propuestas que se han abortado (como la armonizaci¨®n del impuesto de sociedades o la tasa Tobin) o que no han llegado a ver la luz (como el seguro europeo de desempleo) han sido dinamitadas por socios fundadores como Holanda y Alemania, no por los de Europa central.
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