Los liberales venden su alma a Macron para ser la bisagra imprescindible
La erosi¨®n de socialistas y populares abre una oportunidad para un tercer grupo s¨®lido que aspira a rondar los 100 eurodiputados
Cambio de nombre, cambio de estrategia y hasta cambio de aliados si hace falta con tal de convertirse en la imprescindible bisagra del pr¨®ximo Parlamento Europeo. El hasta ahora denominado grupo Liberal, presente en el hemiciclo de Estrasburgo desde la primera legislatura en 1979, est¨¢ dispuesto a renunciar a parte de sus esencias con tal de incorporar a sus filas a La Rep¨²blica en Marcha (LREM) de Emmanuel Macron y convertirse as¨ª en la tercera fuerza m¨¢s votada en las elecciones europea del 26 de mayo, un puesto que hab¨ªan ocupado de manera ininterrumpida durante 30 a?os y que perdieron en 2014 a manos de los euroesc¨¦pticos de David Cameron y Jaroslaw Kaczynski.
¡°Trataremos de construir un nueva fuerza centrista, reformista y proeuropea¡±, explicaba Guy Vehofstadt, l¨ªder del grupo Liberal (ALDE, por sus siglas en ingl¨¦s), en una reciente entrevista con EL PA?S. Verhofstadt reconoce que la mutaci¨®n obligar¨¢ a suprimir el t¨¦rmino liberal de su marca parlamentaria para poder atraer a los europarlamentarios de Macron (algo m¨¢s de una veintena, seg¨²n los sondeos), cuya agenda tiene gui?os hacia la socialdemocracia y puede verse arrastrada a¨²n m¨¢s hacia la izquierda por la revuelta de los chalecos amarillos.
El nuevo grupo aspira a rondar los 100 eurodiputados, una cifra nunca alcanzada por la medalla de bronce en unas elecciones dominadas hist¨®rica y alternativamente por populares y socialistas. Pero la erosi¨®n de los dos grandes partidos abre una oportunidad para que surja un fiel de la balanza sin precedentes.
¡°Los liberales son quienes est¨¢n en mejores condiciones para ejercer de bisagra y decantarse de un lado a otro¡±, pronostica D¨ªdac Guti¨¦rrez-Peris, director de asuntos europeos en el instituto de opini¨®n p¨²blica Viavoice en Par¨ªs y profesor de la Sciences Po en la capital francesa. Guti¨¦rrez-Peris cree que el nuevo grupo impulsado por Macron se sumar¨¢ a populares y socialistas para garantizar la gobernabilidad de la UE.
La recolocaci¨®n de los liberales, sin embargo, expone al grupo a posibles escisiones por el ala m¨¢s apegada a su ideario pol¨ªtico tradicional, sobre todo, en los pa¨ªses del norte. Y otras familias pol¨ªticas, como el Partido Popular Europeo, no quitan ojo para posibles fichajes. ¡°Veremos que dicen algunos eurodiputados daneses o suecos cuando vean el giro hacia el centroizquierda¡±, tientan fuentes del PPE.
¡°El riesgo existe¡±, se?ala Guti¨¦rrez-Peris, ¡°pero afecta tambi¨¦n a los otros grupos, donde tambi¨¦n conviven distintas almas. El peligro de divisi¨®n va a formar parte de la nueva pol¨ªtica¡±.
Verhofstadt, de momento, ya ha demostrado que est¨¢ dispuesto a maniobrar todo lo posible para ensanchar su base parlamentaria. Adem¨¢s de la anunciada supresi¨®n de la etiqueta de liberal, el grupo se ha desmarcado del proceso de los ¡°candidatos¡± para presidir la Comisi¨®n Europea, un sistema bautizado con el t¨¦rmino alem¨¢n spitzenkandidat que se estren¨® en 2014 y que ha permitido al Parlamento arrebatar a los Gobiernos nacionales el control del nombramiento m¨¢s importante de la UE.
Macron rechaza ese modelo, que favorece claramente a los dos grandes partidos Y los liberales, que participaron entusiastas en 2014 (con el propio Verhofstadt como candidato) se han retirado en esta ocasi¨®n, entre otras cosas, para congraciarse con el presidente franc¨¦s. Los populares les brindaron en bandeja la espantada al impedir la creaci¨®n de listas electorales transnacionales (que hubieran permitido a los ciudadanos de todos los pa¨ªses votar por candidatos comunes de cada partido), una condici¨®n exigida por Macron para aceptar el sistema del spitzenkandidat.
Los liberales han optado, en cambio, por designar un ¡°equipo¡± con siete posibles aspirantes a la Comisi¨®n, entre los que figura Luis Garicano, de Ciudadanos, pero al margen del proceso en el que pariicipan populares, socialistas, verdes e izquierda unitaria, entre otros.
A pesar de los continuos gestos de Verhofstadt hacia Par¨ªs, la fusi¨®n de los liberales con Macron todav¨ªa rechina peri¨®dicamente. Las chispas saltaron en marzo cuando Marine Le Pen, l¨ªder de Reagrupameinto Nacional, acus¨® al partido liberal europeo de aceptar donaciones de multinacionales tan pol¨¦micas en Francia como Bayer (Monsanto) o Syngenta, especializadas en productos transg¨¦nicos. La formaci¨®n de Macron advirti¨® de manera inmediata que sus eurodiputados jam¨¢s se integrar¨ªa en ¡°en un grupo pol¨ªtico que tolere tal financiaci¨®n¡±. ALDE cancel¨® ipso facto el patronazgo de las empresas, que utilizaba para sufragar en parte los congresos del partido.
Los roces tambi¨¦n fueron evidentes a ra¨ªz de las ¨²ltimas elecciones en Andaluc¨ªa, cuando Ciudadanos acept¨® formar una coalici¨®n de gobierno con el PP apoyada en el Parlamento por la extrema derecha de Vox. Verhofstadt se dio por satisfecho con las explicaciones de Albert Rivera, quien asegur¨® que Cs no hab¨ªa negociado directamente con el partido de Abascal.
Pero en Par¨ªs, donde el cord¨®n sanitario contra Le Pen se mantiene m¨¢s f¨¦rreo que nunca, la tolerancia con Vox dispar¨® las alarmas y los macronistas empezaron a elogiar en p¨²blico el europe¨ªsmo del socialista Pedro S¨¢nchez. La l¨ªnea roja qued¨® fijada. Los liberales pueden vender parte de su alma para pactar con Macron. Pero el franc¨¦s no est¨¢ dispuesto a comprarla si llega contaminada por la ultraderecha.
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