¡°Hay una oportunidad para cambiar la UE por dentro, otra v¨ªa. Tom¨¦mosla¡±
Marine Le Pen, presidenta del Reagrupamiento Nacional, justifica el Brexit pero cree que la ola nacionalpopulista en Europa hace innecesario plantear una salida de Francia
Marine Le Pen vuelve a la carga. Mucho ha cambiado desde que la derrota ante Emmanuel Macron en las elecciones presidenciales, hace dos a?os, la dej¨® gravemente debilitada y cuestionada.
Le Pen se ha consolidado como opositora al presidente Macron. Adem¨¢s de cambiar el nombre del partido que dirige ¡ªFrente Nacional estaba demasiado asociado a la ultraderecha m¨¢s rancia; ahora se llama Reagrupamiento Nacional¡ª, ha aparcado la idea del Frexit. Le Pen (Neuilly-sur-Seine, 1968) ya no quiere sacar a Francia del euro y de la Uni¨®n Europea, como propugnaba en la campa?a de 2017. Ahora quiere transformarla por dentro.
Para las elecciones europeas de mayo cuenta con una constelaci¨®n de aliados potenciales en la derecha dura o la extrema derecha de otros pa¨ªses, incluida Espa?a, aunque ella sostiene que las etiquetas de izquierda y derecha est¨¢n obsoletas.
¡°Cada elecci¨®n muestra el aumento de movimientos que no aceptan el funcionamiento actual de la UE. As¨ª que se nos ha abierto una nueva posibilidad de cambiar esta organizaci¨®n desde el interior¡±, dice Le Pen en una entrevista con EL PA?S y corresponsales de varios diarios de la alianza de medios europeos LENA.
La nueva correlaci¨®n de fuerzas en Europa, explica, hace innecesario de momento plantear a los franceses un refer¨¦ndum al estilo del brit¨¢nico que en 2016 decidi¨® el Brexit. ¡°Ya no es una cuesti¨®n de todo o nada. Ahora hay otra posibilidad, otra v¨ªa. Tom¨¦mosla¡±, insiste.
Para llegar a la sede del Reagrupamiento Nacional (RN), en la ciudad perif¨¦rica de Nanterre, hay que subirse al metro, despu¨¦s al tren de cercan¨ªas y una vez en la estaci¨®n, caminar dos kil¨®metros por un trayecto que pasa por la avenida Vladimir Ilitch Lenin. Esto es el viejo cintur¨®n obrero y comunista de Par¨ªs.
La sede, en un barrio de modestas casas unifamiliares, es una nave de oficinas. Contrasta lo apartado del cuartel general de RN con el lugar central que ocupa en Francia. Es inevitable no ver en ello una met¨¢fora de un partido que hasta hace poco se encontraba extramuros de lo aceptable y que ahora puede reivindicarse como un gran partido franc¨¦s con aliados que ocupan el poder en algunas capitales.
¡°La naci¨®n. Las naciones¡±. As¨ª resume Le Pen su programa europeo. ¡°No es Europa la que hace la paz, sino las naciones. Son los imperios los que crean las guerras. Y hoy, a trav¨¦s de la Uni¨®n Europea, estamos reconstituyendo un imperio¡±.
La UE, seg¨²n Le Pen, no solo desprotege a sus naciones: las devora. Y, al intentar actuar en beneficio de las naciones pero en contra de la voluntad de estas, ¡°pone en marcha un sistema totalitario¡±, sentencia. ¡°Mi Europa es la de las cooperaciones, la que ha funcionado, la de Airbus y Ariane¡±, dice en referencia a los proyectos de aeron¨¢uticos y aeroespaciales europeos, impulsados por algunos pa¨ªses fuera de las instituciones comunes.
Cuando no habla de inmigraci¨®n, saltan a la vista las coincidencias del discurso de Le Pen con el de la izquierda populista, liderada en Francia por el exsocialista Jean-Luc M¨¦lenchon. Ella reivindica que muchos de sus votantes vienen de la izquierda, aunque excluye un pacto con M¨¦lenchon, sobre todo, dice, por las diferencias respecto a la inmigraci¨®n y el islamismo. ¡°No soy conservadora¡±, avisa para diferenciarse de su sobrina Marion Mar¨¦chal-Le Pen, favorita de Jean-Marie Le Pen, patriarca de la ultraderecha francesa, abuelo de Marion y padre de Marine. ?Marion candidata a las pr¨®ximas presidenciales? ¡°Dentro de tres a?os todav¨ªa ser¨¢ demasiado joven¡±, responde Marine, que no oculta las diferencias con la sobrina, m¨¢s identificada con la derecha tradicional. ¡°Se equivoca en su idea del populismo. Cree que es la defensa de las clases populares. Pero el populismo es la defensa de todo el pueblo¡±. Y, cuando se le pregunta si, para acceder al poder, espera encontrar votos en la derecha o en la izquierda, responde: ¡°Vale ya con lo de derecha e izquierda. Esto ya no existe¡±.
En 2017, Marine Le Pen obtuvo m¨¢s de diez millones de votos y ahora los sondeos reflejan un empate entre el RN y la candidatura macronista en las europeas del 26 de mayo. Se ha desmarcado tajantemente de las salidas de tono de su padre. Algunas de sus ideas ya no suenan extempor¨¢neas en la Europa de Salvini y Orb¨¢n. Pero ella sigue siendo la inconfundible hija de Jean-Marie: en la manera de hablar, en el estilo. ¡°Perdone, ?pero usted no lo est¨¢ entiendo aposta? ?O qu¨¦?¡±, responde ante una pregunta inc¨®moda.
La afinidad de un movimiento que se declara soberanista con potencias extranjeras como la Rusia de Vlad¨ªmir Putin o los Estados Unidos de Trump puede parecer una paradoja.
Le Pen marca distancias con Steve Bannon, el estratega de la triunfante campa?a de Donald Trump en 2016, que ha intentado organizar el trumpismo europeo. ¡°No creo que nadie haya podido imaginar ni por un segundo que un americano puede ser el l¨ªder de un movimiento europeo¡±, dice, y atribuye esta idea a una mala interpretaci¨®n de las palabras del activista trumpiano.
Otra paradoja. Le Pen justifica el Brexit, la salida del Reino Unido de la UE, pero por ahora no lo quiere para Francia. A la pregunta sobre si marcharse de la UE fue una buena decisi¨®n por parte de los brit¨¢nicos, responde: ¡°Ustedes tienen una visi¨®n demasiado racional de las cosas. Dicen: ¡®No lo entiendo. Est¨¢s en una celda, en prisi¨®n, ?por qu¨¦ quieres salir? Te dan de comer, hace calor, no pagas facturas, tienes mantas e incluso televisor. ?Por qu¨¦ salir? Si sales deber¨¢s trabajar, quiz¨¢ te quedar¨¢s en la calle llena de peligros". Y ellos dicen: ¡®S¨ª, pero quiero ser libre¡±.
Si ella misma no est¨¢ dispuesta a prometer a los franceses un refer¨¦ndum sobre el Frexit, es porque cree en que ¡°hay otra posibilidad, real e inminente¡±. La de cambiar la UE por dentro, acaso destruirla o, en todo caso, dejarla en un estado irreconocible.
¡°Vox es un movimiento totalmente ineludible¡±
Marine Le Pen tiene un aliado en Espa?a: Santiago Abascal, l¨ªder de Vox. Lo observa como un alumno aventajado que, en poco tiempo, ha pasado de no ser nada a contar en la configuraci¨®n de futuras alianzas europeas.
¡°Por Vox sentimos mucha amistad, claro. Los conocemos desde hace tiempo. Los hemos visto subir y crecer con fuerza. Es un movimiento joven que se ha vuelto totalmente ineludible", dice. Le Pen y Abascal se han saludado en alg¨²n acto. Pero el interlocutor de Abascal en su partido, explica la presidenta del Reagrupamiento Nacional (RN), es Louis Aliot, diputado del RN por Perpi?¨¢n, buen conocedor de la pol¨ªtica espa?ola y catalana, y pareja de Le Pen.
A Le Pen le gustar¨ªa que, tras las elecciones europeas del 26 de mayo, Vox se uniese en un mismo grupo con otros movimientos nacionalpopulistas y de extrema derecha en la Uni¨®n Europea. ¡°Espero que todos los movimientos que comparten nuestros fundamentos puedan sumarse a nosotros, evidentemente¡±, dice.
Ahora hay como m¨ªnimo tres grupos en el Parlamento Europeo en los que se reparten los nacionalpopulistas. Le Pen sue?a con unirlos. Y conf¨ªa en Matteo Salvini, ministro italiano del Interior y dirigente de La Liga, para unificar a escala europea este movimiento soberanista, nacionalista, ultra o euroesc¨¦ptico: las etiquetas son m¨²ltiples y ninguna les define por s¨ª sola.
La uni¨®n no es sencilla. Algunos se reclaman de los valores conservadores y la derecha tradicional. Otros, como el propio RN, consideran que la divisi¨®n entre izquierda y derecha est¨¢ superada y buscan un movimiento transversal que agrupe al "pueblo" en c¨®lera contra las ¨¦lites y la globalizaci¨®n. No es casualidad que el RN sea el partido con m¨¢s apoyos en el movimiento de los chalecos amarillos y que, seg¨²n los sondeos, sea el ¨²nico que puede capitalizar el descontento. Aunque el rechazo a la inmigraci¨®n sigue ocupando un lugar central en el programa del RN, tambi¨¦n hace bandera de lo que ella llama el localismo, una especie de nacionalismo revestido de ecologismo.
El mensaje social de Le Pen coincide poco con el liberalismo?de Vox y el nacionalismo espa?ol de este partido est¨¢ alejado de lo que represent¨® hist¨®ricamente la Liga de Salvini, un partido del norte de Italia que simpatizaba con el independentismo catal¨¢n. En enero, Jordan Bardella, n¨²mero uno de la lista del RN para las europeas, recordaba a EL PA?S que una particularidad de Vox es que ¡°es una escisi¨®n del Partido Popular¡±. ¡°Nosotros no ¨¦ramos [una escisi¨®n de la derecha francesa]¡±, a?ad¨ªa.
M¨¢s diferencias. Los polacos de Jaros?aw Kaczy¨½ski son antirrusos; Le Pen defiende que ¡°la UE no tiene ning¨²n inter¨¦s en una oposici¨®n frontal a Rusia¡±. La derechista Alternativa para Alemania est¨¢ a favor del rigor presupuestario; Le Pen cree que, en la Europa de hoy, ¡°Alemania impone su visi¨®n, y esta es desequilibrada¡±. Por no hablar del reparto de inmigrantes: ning¨²n nacionalista los quiere para s¨ª y prefiere que se encargue de ellos el vecino, aunque tambi¨¦n sea como nacionalista.
Una internacional nacionalista es, por definici¨®n, contradictoria.
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