Dolors Montserrat o el don de la oportunidad
La exministra y cabeza de lista del PP ha sabido sobrevivir a los vaivenes y las guerras internas de su partido
Con su t¨ªpica caracter¨ªstica de hablar a velocidad de v¨¦rtigo, que le ha causado m¨¢s de un disgusto, Dolors Montserrat Montserrat (Sant Sadurn¨ª d¡¯Anoia, Barcelona, 47 a?os) se presenta como candidata del PP a las europeas tras un trienio convulso en el que ha sido ministra de Sanidad, ha visto c¨®mo ca¨ªa Mariano Rajoy y c¨®mo ella misma era desplazada como posible cabeza de lista a las generales por Barcelona por Cayetana ?lvarez de Toledo, con quien tuvo sus m¨¢s y sus menos. La irrupci¨®n en la pol¨ªtica catalana de esta ¨²ltima pareci¨® dejar fuera del mundo de los populares a Montserrat, pero Pablo Casado la reserv¨® para dar el salto a Bruselas y enfrentarse a otro catal¨¢n, el socialista Josep Borrell.
Perteneciente a una familia del Pened¨¨s transportista de cava que ha tenido alg¨²n problema de morosidad con Hacienda, Montserrat tiene la ventaja de ser pata negra en el PP. Hija de Dolors Montserrat Culler¨¦, ¨ªntima amiga de Fraga y diputada en el Parlament casi 30 a?os, la eurocandidata ha sobrevivido a los vaivenes y las guerras del partido, pero, sobre todo, ha tenido la virtud de estar en el sitio y en el momento justo.
Rajoy dio por casualidad en 2016 a esta letrada el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad para cumplir la cuota catalana tras el rechazo del barcelon¨¦s Jorge Moragas. Mar¨ªa Dolores de Cospedal, entonces secretaria general del PP, propuso el nombre de su amiga y para sorpresa de todos, empezando por la propia implicada, fue nombrada ministra. Tanto es as¨ª que casi se retras¨® el anuncio de la composici¨®n del Gabinete porque estaba con el m¨®vil apagado mientras asist¨ªa a un funeral.
Tras la marcha de su madre y mentora, Montserrat se qued¨® sin apoyos en el PP catal¨¢n y teji¨® alianzas en G¨¦nova y en Madrid, donde ha desarrollado casi toda su carrera desde que aterriz¨® en el Congreso en 2008 hasta alcanzar su Mesa. Durante la guerra fratricida entre Soraya S¨¢enz de Santamaria y Cospedal, se aline¨® con la manchega y se convirti¨® en su jefa de campa?a en las primarias. Tras caer en primera vuelta, Cospedal garantiz¨® sus votos a Casado si cuidaba a su gente. Y a Montserrat se le abri¨® el cielo: el presidente del PP la nombr¨® portavoz del grupo parlamentario en el Congreso. Y de ah¨ª a Bruselas.
Su fugaz paso por el ministerio le dej¨® una frustraci¨®n: pese a volcarse en ello, Barcelona perdi¨® la sede de la Agencia Europea del Medicamento en favor de Mil¨¢n. El jueves, en un acto en la Barceloneta, volvi¨® a culpar de ese fracaso al proc¨¦s.
En v¨ªsperas de la moci¨®n de censura que supuso la salida de Rajoy, la oposici¨®n la reprob¨® por su gesti¨®n del Pacto de Estado contra la Violencia de G¨¦nero al prometer sin ¨¦xito financiaci¨®n aunque no hubiera Presupuestos. Su regreso a la oposici¨®n ser¨¢ recordado por una intervenci¨®n enredada desde el esca?o en la que lleg¨® a decir: ¡°Se?ora [Carmen] Calvo, de una vez por todas, coord¨ªnese ya, coordine La Moncloa, Waterloo, la dacha de Galapagar y la herriko taberna¡±. La vicepresidenta le espet¨®: ¡°Ha sido una performance ?no?¡±.
Celosa de su intimidad y madre soltera de un ni?o, siempre menciona que su alma es catalana y que lleva a Espa?a en el coraz¨®n. Por eso, le doli¨® infinitamente que la CUP quisiera nombrarla en su municipio, enclavado en medio de las vi?as del Pened¨¨s, persona non grata. La intenci¨®n no prosper¨® gracias al alcalde de ERC. Trabajadora y muy disciplinada, vive con desgarro el proc¨¦s y que duden de su catalanidad y afirma que el PP, tambi¨¦n en Europa, es el ¨²nico que puede defender la unidad de Espa?a.
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