Nueva York pierde la guerra contra las ratas
Las autoridades de la Gran Manzana se ven impotentes para controlar la plaga de roedores, que cobra fuerza con el cambio clim¨¢tico
Luis Aguilar se pone en alerta en cuanto llega la primavera. Lleva d¨ªas vigilando con paciencia un agujero que apareci¨® en un macetero frente al edificio que mantiene. ¡°Hay por lo menos ocho cr¨ªas¡±, calcula. Pero antes de coger la pala y empezar a destrozar la madriguera con la madre dentro, tira de un rollo de cinta de embalar para cerrarse el hueco del pantal¨®n a la altura de los tobillos. ¡°Las ratas buscan siempre un sitio para esconderse cuando est¨¢n arrinconadas¡±, advierte.
La operaci¨®n de exterminio dura unos segundos. ¡°Ver¨¢s como no vuelven aqu¨ª por unos a?os¡±, afirma convencido despu¨¦s de haber acabado con la familia de roedores al completo, ¡°buscar¨¢n un sitio m¨¢s seguro¡±. El veneno y las trampas, dice, no sirven. Comenta que el acomodado barrio del Upper West Side de Nueva York est¨¢ infestado. ¡°Los neoyorquinos est¨¢n acostumbrados a convivir con ellas¡±, dice, pero advierte que en los ¨²ltimos a?os el problema ha ido en aumento y sabe que su batida en realidad no va a servir de mucho.
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— Rick (@SubwayCreatures) May 29, 2019
Mientras los altos precios obligan a m¨¢s vecinos a abandonar la ciudad, la poblaci¨®n de ratas crece. Solo hay que fijarse en los ¨²ltimos datos del servicio de asistencia telef¨®nica de Nueva York. Las quejas de los vecinos al n¨²mero 311 crecieron casi un 40% en un a?o, hasta superar las 17.350 llamadas. Y eso pese a que el alcalde Bill de Blasio declar¨® hace dos a?os la guerra a las ratas, destinando 32 millones de d¨®lares (28,4 millones de euros) del presupuesto municipal a un programa de combate y erradicaci¨®n de los roedores.
Se elev¨® la frecuencia con la que se recogen los cubos de basura y se instalaron en los parques nuevas papeleras de acero que compactan los desperdicios. La ciudad de Nueva York cuenta incluso con un equipo especial dedicado a exterminar las ratas. Su nueva arma de ataque es meter hielo seco en las madrigueras cuando los animales est¨¢n dentro y taponar los orificios para que no puedan escapar.
Pero a la vista de la situaci¨®n, la ciudad de los rascacielos est¨¢ perdiendo la batalla. No hay un barrio que se libre de esta peste, pese al esfuerzo que se est¨¢ haciendo. Es un problema com¨²n en otras grandes ciudades, como Filadelfia, Washington, Chicago, Los ?ngeles o Seattle. Los bi¨®logos, sin embargo, dejan claro que el de las ratas nunca podr¨¢ ser erradicado por completo en Nueva York.
Gentrificaci¨®n
Para empezar, el barrio de Manhattan est¨¢ en una isla y el agua ba?a tambi¨¦n el Bronx, Queens y Brooklyn. La extensa red de metro les da protecci¨®n y una v¨ªa para desplazarse. Y como principal factor que contribuye al incremento de la poblaci¨®n de roedores est¨¢ el sistema de recogida de basura, que se apila por las noches frente a los bares y los restaurantes en un buf¨¦ infinito hasta que el cami¨®n pasa horas despu¨¦s.
Hay dos factores m¨¢s, que seg¨²n los expertos alimentaron su crecimiento en los ¨²ltimos a?os. Por un lado, est¨¢ el boom de la construcci¨®n. ¡°Es como pisar un hormiguero¡±, comenta Aguilar mientras se?ala la obra que hay en la misma acera, ¡°hacen que salgan de sus escondites¡±. Hay otra construcci¨®n que acaba de comenzar girando la esquina. ¡°salieron cientos cuando echaron abajo el edificio¡±. Las nuevas edificaciones m¨¢s altas enriquecen el buf¨¦ de estos animales.
Otro factor, m¨¢s preocupante, que contribuye a la plaga es el efecto del cambio clim¨¢tico. Los inviernos m¨¢s suaves elevan la supervivencia del mam¨ªfero y aceleran su proceso de reproducci¨®n. Las ratas ganaron en paralelo peso y tama?o. ¡°Hasta los gatos les tienen miedo¡±, comenta el encargado de la finca. No le falta raz¨®n. Un estudio del bi¨®logo Michael Parsons de la Universidad de Fordham revela que el felino ya no sirve para cazar roedores.
Batidas ciudadanas
De hecho, se les ve en la calle comiendo de la misma pila de basura, a la vez. La ¨²nica manera de evitar que la poblaci¨®n siga creciendo, se?alan desde Arrow Exterminating, ¡°es estar constantemente encima¡±. Hay un grupo de voluntarios conocidos como Ryders Alley Trencher Society ¡ªlas siglas en ingl¨¦s se leen como ratas¡ª que por las noches hacen batidas por la ciudad con perros de la raza Terrier.
Es una buena excusa para salir a pasear cuando el tiempo acompa?a en verano y poner a funcionar el instinto animal. Pueden llegar a cazar hasta una veintena de ratas en cada una de sus salidas. No hay un n¨²mero fiable sobre los roedores que pueblan la ciudad. Se dice que duplican al de los humanos. El cambio clim¨¢tico, como se?alan desde el Departamento de Saneamiento de Nueva York, no hace m¨¢s que exacerbar las condiciones.
Admiten que no disponen del arma adecuada para librar la guerra y lo m¨¢s que pueden conseguir es reducirla a un nivel tolerable. Robert Sullivan, que pas¨® un a?o examinando a los habitantes menos deseados de la gran metr¨®poli de EE UU, opina, sin embargo, que las ratas son en realidad un espejo de los humanos. Est¨¢n tan integradas que se clasifican gen¨¦ticamente por ratas del Uptown y del Downtown.
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