La educaci¨®n vive en Brasil un clima de dictadura
Desde el Ministerio de Educaci¨®n piden a la sociedad denunciar a los profesores que intenten estimular a los alumnos a desarrollar su derecho a manifestarse
Junto con el descalabro de la econom¨ªa que podr¨ªa llevar a Brasil a una recesi¨®n t¨¦cnica, el clima de miedo que viven las instituciones p¨²blicas de educaci¨®n es uno de los puntos cruciales del nuevo Gobierno de extrema derecha que preside Jair Bolsonaro. Hasta el punto que en el mundo de la educaci¨®n se vive ya un clima de dictadura y miedo ante las amenazas del ministro de Educaci¨®n, Abraham Weintraub.
Ese miedo de profesores y alumnos ante las amenazas del Ministerio de Educaci¨®n (MEC) de Brasil ha podido ser la causa de la fuerte disminuci¨®n de p¨²blico en las manifestaciones de este jueves con relaci¨®n en la multitudinaria del pasado d¨ªa 15. Si en la primera marcha contra los recortes de presupuesto a la ense?anza participaron 220 ciudades, el jueves solo fueron 82.
Las amenazas de las autoridades del MEC fueron tajantes: ¡°Ninguna de las instituciones de ense?anza p¨²blica tiene prerrogativas legales para incentivar movimientos pol¨ªticos partidarios y promover la participaci¨®n de alumnos a las manifestaciones¡±. Hubo una petici¨®n oficial del MEC para que ¡°la poblaci¨®n denuncie a quien estimule manifestaciones en horario escolar¡±.
Si a los estudiantes Bolsonaro les llam¨® ¡°idiotas ¨²tiles¡±, este jueves un joven en Fortaleza le respondi¨®, en un cartel escrito a mano: ¡°idiota in¨²til¡±. Ello indica el clima de tensi¨®n, preocupaci¨®n y miedo que vive el mundo de la escuela y de la universidad, que se ven acusados de infundir ideolog¨ªa marxista a sus alumnos y que incitan a la sociedad a denunciar a profesores y alumnos.
Todo ello junto crea, en efecto, un clima de r¨¦gimen dictatorial que solo puede acarrear prejuicios graves a la ya cenicienta educaci¨®n de Brasil. Bolsonaro puede tener raz¨®n en denunciar que ¨¦l recibi¨® la educaci¨®n con ¨ªndices que aparecen siempre entre los peores a nivel mundial y que es preciso mejorar todo el mundo de la ense?anza, lo que no puede es acusar a los profesores de haber instituido un clima ideol¨®gico de izquierda impuesto a los alumnos y ahora querer sustituirlo por otro de ultraderecha con intimidaciones a?adidas a quienes no acepten dicha imposici¨®n.
Mientras tanto, el presidente Bolsonaro parece querer emular al carism¨¢tico expresidente, Lula da Silva, que se presentaba como ¡°Lulinha paz y amor¡±. El hasta entonces duro presidente, amante de las armas parece haberse convertido en ¡°Jairzinho paz y amor¡±. As¨ª le hemos visto por primera vez cambiar el gesto de sus manos imitando a un arma con el gesto de un doble coraz¨®n. Lo ha hecho rodeado de sonrientes diputadas y teniendo a su lado, al presidente del Supremo Tribunal Federal (STF), Dias Toffoli, tambi¨¦n con sonrisa de oreja a oreja.
La foto es emblem¨¢tica porque se sabe de la poca simpat¨ªa y aprecio de Bolsonaro por las mujeres. Basta recordar que defiende que deben ganar menos que los hombres y que, refiri¨¦ndose a la ¨²nica hija de sus tres matrimonios, confes¨® que naci¨® mujer ¡°por un descuido suyo¡±. As¨ª como resulta enigm¨¢tico el enamoramiento repentino de Bolsonaro por Dias Toffoli cuando sus seguidores m¨¢s radicales piden el cierre del mismo.
Algo de significativo debe existir en ese enamoramiento repentino de Bolsonaro por Toffoli hasta el punto que, mientras hac¨ªa el gesto del coraz¨®n que lo hac¨ªa ver como pacifista, lleg¨® a confesar: ¡°Es muy bueno tener a la justicia a nuestro lado¡±. Cabr¨ªa preguntarse qu¨¦ inter¨¦s, incluso personal o familiar, puede tener el presidente brasile?o para sentir el gozo de tener a su lado como protector al discutido Dias Toffoli.
Mientras tanto, desde el Ministerio de Educaci¨®n piden que la sociedad y los alumnos denuncien a los profesores que intenten estimularles a desarrollar un derecho sagrado y constitucional de manifestaci¨®n, de libertad de expresi¨®n y de pensamiento. ?Qu¨¦ har¨¢ Dias Toffoli, la ¨²ltima conquista amorosa de Bolsonaro, si llega a sus manos la petici¨®n para juzgar ese clima dictatorial y de miedo en escuelas y universidades?
Lleva raz¨®n Bolsonaro que ¡°es muy bueno¡±, en ciertos momentos, ¡°tener a la justicia a tu lado¡±. Mientras tanto, el Gobierno maniatado en esas in¨²tiles peleas ideol¨®gicas, parece que los millones de pobres, que lo son cada d¨ªa m¨¢s y m¨¢s numerosos, han desaparecido de la escena. Nadie habla de los 13 millones de personas sin empleo, de los seis millones que, desilusionados, ni lo buscan. De los miles de estudiantes que han tenido que dejar las aulas para ir a aliviar la pobreza de sus padres trabajando para pagar deudas.
Nadie habla de hacer una gran campa?a para ayudar a los millones de analfabetos funcionales que arrastra este pa¨ªs desde los tiempos de la esclavitud. Ellos son los verdaderos parias ya que se quedan siempre al margen de la riqueza y de la cultura, masa de maniobra para la compra de votos que perpetua la pol¨ªtica incapaz de colocarse al lado de esas gentes y escuchar el dolor que desde generaciones llevan dentro.
Todav¨ªa este jueves un trabajador, que tiene la suerte de contar con un peque?o salario, me dec¨ªa: ¡°Pobre debe morir¡±. Terrible examen de conciencia para los satisfechos, los que s¨ª tienen derecho a vivir, aunque sea a costa de quienes nacieron para morir antes de tener tiempo de so?ar.
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