La visita de Trump agita las aguas ya revueltas del Reino Unido
El presidente de EE UU apoya a Boris Johnson y sugiere que Farage negocie con la UE
Theresa May no tendr¨¢ m¨¢s remedio que hacer de tripas coraz¨®n y poner buena cara a Donald Trump. La visita del presidente estadounidense, que comienza este lunes, llega en el punto m¨¢s g¨¦lido del distanciamiento que el Brexit ha provocado entre el Reino Unido y el continente europeo, y es m¨¢s necesario que nunca alimentar la convicci¨®n de que Londres y Washington mantienen su hist¨®rica "relaci¨®n especial". "Quiz¨¢ sea sensato mostrar un poco de humildad. El futuro diplom¨¢tico de Gran Breta?a ya es lo suficientemente incierto. El presidente Trump debe ser tratado con respeto", ha pedido el diario The Times en un editorial anticipatorio de los desplantes y protestas que va a originar la presencia de Trump.
El "l¨ªder del mundo libre", que desde la Casa Blanca no ha dejado de interferir en la pol¨ªtica dom¨¦stica del Reino Unido, que ha manejado con frivolidad cuestiones de seguridad nacional compartidas entre ambos Gobiernos, y sobre todo, despreciado a la todav¨ªa primera ministra, ha vuelto a marcar su estilo en las horas previas a la visita de Estado. En una entrevista al diario The Sun,?propiedad de Rupert Murdoch, quien ha contribuido a construir el personaje de Trump gracias a su canal de televisi¨®n FOX News en EE UU, el presidente estadounidense ha tomado posici¨®n p¨²blica a favor de Boris Johnson, el candidato con m¨¢s posibilidades, seg¨²n los sondeos, para suceder a May al frente del Partido Conservador.
"He estudiado en profundidad esa competici¨®n, y conozco a los diferentes candidatos. Creo que Boris har¨ªa una muy buena tarea. Creo que ser¨ªa excelente. Siempre me ha gustado, y creo que tiene mucho talento. No s¨¦ si ser¨¢ elegido, pero creo que es un tipo estupendo. Su actitud hacia m¨ª y hacia nuestro pa¨ªs ha sido muy positiva", ha dicho Trump. Llega incluso a alardear de que otros candidatos se han aproximado a su entorno para obtener su apoyo, aunque se resiste a dar nombres.
Para redondear el ambiente previo de la visita, Trump llama "nasty" (desagradable, asquerosa) en esa misma entrevista a Meghan Markle, la duquesa de Sussex. Es una reacci¨®n primaria al verse confrontado con los comentarios que Markle hizo de ¨¦l en una entrevista televisiva, en la que le defini¨® como un mis¨®gino. Hasta el propio Trump se da cuenta de que se ha pasado de la raya e intenta moderar el tono poco despu¨¦s, para mostrar su convicci¨®n de que la duquesa, quien no tiene intenci¨®n de acudir a los actos oficiales porque todav¨ªa est¨¢ de baja por maternidad, sabr¨¢ adaptarse a su nuevo papel.
La visita de Estado, que arranca este lunes y terminar¨¢ en la tarde del mi¨¦rcoles, tendr¨¢ la pompa y circunstancia que corresponde a un evento pol¨ªtico de esta importancia, pero con preparativos para evitar sorpresas desagradables que le dan un cierto aire de burbuja. La avenida de Whitehall, donde se ubican las principales sedes gubernamentales y la bocacalle de Downing Street (sede y residencia de la primera ministra) ser¨¢ acordonada casi en su totalidad para impedir la presencia de manifestantes durante la reuni¨®n de Trump y May, prevista para el martes. La manifestaci¨®n, que se prev¨¦ multitudinaria, tiene un recorrido impuesto que llevar¨¢ a los congregados desde Trafalgar Square a los alrededores del Parlamento por una ruta alternativa.
El matrimonio Trump ser¨¢ recibido por la reina Isabel II, por el pr¨ªncipe de Gales y por su esposa, Camila Parker-Bowles, duquesa de Cornualles, en el Palacio de Buckingham. Pasar¨¢ revista, junto a Carlos de Inglaterra, a la guardia de honor formada por la Compa?¨ªa de Granaderos de Nijmegen. Habr¨¢ salvas de honor desde el cercano Green Park y desde la Torre de Londres. Almuerzo privado con la monarca, visita a la Abad¨ªa de Westminster, t¨¦ con Carlos y Camila y cena de Estado, de nuevo en Buckingham.
El l¨ªder de la oposici¨®n laborista, Jeremy Corbyn, ya ha anunciado su rechazo a compartir mesa con el presidente estadounidense. Lo mismo ha hecho Vince Cable, m¨¢ximo representante de los liberales dem¨®cratas, los grandes triunfadores, con permiso del Partido del Brexit, en las recientes elecciones europeas. No han sido los ¨²nicos. El speaker (presidente) de la C¨¢mara de los Comunes, John Bercow, ya anticip¨® que evitar¨ªa por todos los medios la posibilidad, pretendida por algunos conservadores, de que Trump pudiera dirigirse a los diputados y lores en una sesi¨®n conjunta. Obama s¨ª lo hizo, en un acto celebrado en el imponente Westminster Hall. Las obras de reparaci¨®n de un escenario tan imponente y de tanto significado hist¨®rico han sido providenciales para evitar la posibilidad de que Trump repitiera.
Las apuestas especulan con el posible encuentro de Trump y su amigo Nigel Farage, a quien propuso en un tuit como candidato ideal a embajador en los Estados Unidos al poco de poner ¨¦l mismo un pie en la Casa Blanca. "El puesto no est¨¢ vacante", respondi¨® Downing Street, que desde entonces ha tenido que salir al paso en m¨¢s de una ocasi¨®n ante las declaraciones del mandatario estadounidense sobre la estrategia antiterrorista del Reino Unido, sobre el Brexit, sobre la torpeza de May o sobre las discrepancias en el trato a China o al gigante tecnol¨®gico Huawei.
En una posterior entrevista, con The Sunday Times, publicada este domingo, Trump ha sugerido al Reino Unido que env¨ªe a Farage a negociar con Bruselas un Brexit "sin acuerdo", sin dejar claro qu¨¦ es lo que deber¨ªa negociar. Y ha sugerido que, en el hipot¨¦tico caso de que el l¨ªder laborista Corbyn llegara a ser primer ministro, tendr¨ªa que conocerle antes y dar su aprobaci¨®n antes de compartir informaci¨®n de sus servicios de inteligencia con el Gobierno brit¨¢nico.
El mi¨¦rcoles concluir¨¢ la visita con una ceremonia oficial en la localidad costera de Portsmouth, para conmemorar el 75 Aniversario del desembarco aliado en Europa en la Segunda Guerra Mundial. Los de entonces eran Dwight Eisenhower y Winston Churchill. Los responsables hoy de mantener la llama de la "relaci¨®n especial" se llaman May y Trump.
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