Miles de personas protestan en Venecia contra los grandes cruceros

Miles de personas se manifestaron este s¨¢bado en Venecia para pedir la prohibici¨®n del paso de los enormes cruceros por su laguna, una semana despu¨¦s de un accidente entre un gran buque de cruceros y uno tur¨ªstico, que dej¨® cuatro heridos. El accidente reabri¨® la controversia sobre los riesgos y da?os que provocan las enormes naves en el fr¨¢gil ecosistema veneciano. Los vecinos acusan a los barcos de acelerar la erosi¨®n de los cimientos de la ciudad.

¡°Desde hace un par de a?os he dejado de tender la ropa en el balc¨®n. Vivo en la Guidecca, mi casa se encuentra enfrente del puerto de Venecia, Y cada ma?ana, cuando me despierto respiro un aire pesado¡±, explicaba Sabbina Tuttone, actriz de teatro de 53 a?os, que? particip¨® con un grupo de diez amigos en la protesta contra la presencia de grandes barcos en la cuenca de San Marcos y en el canal de la Guidecca.

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?¡°Xe colpa vostra¡± ¡ªes culpa vuestra, en dialecto veneciano¡ª, ¡°fuera las naves de la laguna¡±, ¡°queremos respirar aire limpio¡±, se pod¨ªa leer en las pancartas que portaban desde estudiantes universitarios, madres con su beb¨¦ en brazos, ancianos y hasta algunos extranjeros sensibilizados con la causa que ayer caminaron despacio por las estrechas calles de Venecia.

La marcha hab¨ªa sido convocada por el comit¨¦ No Grandes Naves hace meses. Pero la manifestaci¨®n consigui¨® atraer m¨¢s manifestantes despu¨¦s del accidente del ?pera, de la compa?¨ªa MSC Cruceros, del pasado domingo. El rascacielos flotante de 66.000 toneladas, 275 metros de longitud y 54 de altura choc¨® contra un barco tur¨ªstico atracado en el puerto de Venecia. De los 130 pasajeros bordo de la embarcaci¨®n embestida por la fuerza incontrolable del crucero, solo cuatro presentaron heridas leves.

Seg¨²n las autoridades del puerto, las estrictas normas de navegaci¨®n de los cruceros en la laguna garantizan la seguridad. Como nueva medida, desde el lunes pasado los colosos son remolcados por tres barcos, en vez de dos. Sin embargo, los hechos demuestran, que los accidentes ocurren y que podr¨ªan ser a¨²n m¨¢s graves, como explicaba Tommaso Cacciari, uno de los fundadores del comit¨¦.

¡°El accidente del ?pera ha demostrado al mundo que es posible lo que hemos denunciado en todos estos a?os y que las autoridades competentes han negado durante este tiempo¡±.

El economista Guiseppe Tattara, miembro del comit¨¨, sostiene que los habitantes de la ciudad no quieren ver los enormes cruceros que se encuentran a pocos metros de sus hogares, pero teme que no llegue una respuesta inmediata.

Intereses en juego

Pone el acento en los intereses que hay en juego. ¡°El puerto de cruceros es administrado por la compa?¨ªa de pasajeros de la terminal de Venecia: el 51% pertenece a la regi¨®n del V¨¦neto y el resto a un grupo de compa?¨ªas de cruceros. La gesti¨®n de los desembarques les ofrece un retorno del 30% de su inversi¨®n. Ah¨ª est¨¢ la gran ganancia. La contribuci¨®n de los cruceros a las arcas de la ciudad no es enorme¡±. Los pasajeros de cruceros representan solo el 7% de los turistas que llegan a Venecia ¡ª30 millones al a?o¡ª, que ha dejado de ser, como anta?o, un destino para las ¨¦lites.

Los manifestantes pretend¨ªan culminar la protesta en la plaza de San Marcos pero al llegar delante del Palacio Ducal, un centenar de polic¨ªas prohib¨ªan el paso de los manifestantes. El prefecto de Venecia, Vittorio Zappaloto, record¨® que desde 1997 la plaza no puede ser escenario de manifestaciones pol¨ªticas. Aquel a?o, ocho separtistas entraron a la plaza con un carro armado reclamando la independencia del V¨¦neto.

¡°No nos permiten expresar nuestra opini¨®n en la plaza de todos los venecianos¡±, comentaba sin esconder su enfado Armando Danella, de 79 a?os. Danella fue responsable del departamento de conservaci¨®n de la laguna del Municipio de Venecia y conoce bien el impacto de estos grandes barcos. ¡°Las grandes naves mueven 40.000 toneladas del fondo de laguna creando una erosi¨®n terrible. Se corre el riesgo de que la laguna se convierta en un pedazo de mar¡±, afirmaba agarrado a su bast¨®n.

Mientras los manifestantes continuaban gritando ¡°fuera las naves de la laguna¡± delante de la Cuenca de San Marcos, en la plaza blindada por la polic¨ªa, la vida en Venecia segu¨ªa su curso y una pareja de reci¨¦n casados se tomaba fotos en la fachada de la Bas¨ªlica.