La sobrepoblaci¨®n pone en riesgo a las c¨¢rceles argentinas

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Argentino Peloso Iturri ten¨ªa 38 a?os y llevaba preso desde los 18, acusado de matar a un polic¨ªa. El 8 de abril de 2008, sus carceleros informaron a las autoridades de un caso de "muerte s¨²bita" y entregaron el cuerpo de Iturri a su familia. El 20 de marzo pasado, un tribunal conden¨® a prisi¨®n perpetua a ocho agentes penitenciarios por torturas continuas. La sentencia, sin precedentes, puso luz sobre la violencia en las c¨¢rceles argentinas, un sistema sobrepoblado propicio para todo tipo de violaciones a los derechos humanos. Un informe de la Procuraci¨®n Penitenciara advierte que la pol¨ªtica punitiva oficial ha desbordado las prisiones y urge a buscar soluciones "alternativas" al encierro.

"Si las c¨¢rceles se convierten en dep¨®sitos humanos, crece el n¨²mero de personas que son devueltas a la sociedad peor de lo que entraron", dijo este martes el procurador Penitenciario, Francisco Mugnolo, durante la presentaci¨®n del informe de situaci¨®n en c¨¢rceles federales que cada a?o deben entregar al Poder Ejecutivo y al Congreso. El hacinamiento en las prisiones es una preocupaci¨®n prioritaria. En marzo, el ministro de Justicia, Germ¨¢n Garavano, declar¨® la emergencia carcelaria.

"En 2014 se rompi¨® la barrera de los 10.000 presos en c¨¢rceles federales y la cifra no ha dejado de subir. En 2018 se sumaron 1.500 y durante los primeros cinco meses de este a?o tenemos otros 900. Hoy tenemos 2.000 presos por encima del cupo m¨¢ximo", explica Marta Moncl¨²s, directora del Observatorio de C¨¢rceles. La poblaci¨®n carcelaria federal es de 13.940 personas (hasta abril), frente a las 9.249 registradas hace 10 a?os. El crecimiento ha sido exponencial a partir de 2016, en sinton¨ªa con el discurso de mano dura contra el delito impulsado por el Gobierno de Mauricio Macri.

Hacinamiento

En las prisiones federales est¨¢n los acusados de delitos vinculados, por ejemplo, con el narcotr¨¢fico. Por eso las cifras se multiplican si se suman los presos comunes, que dependen de los sistemas provinciales: 85.200 presos en 2017, ¨²ltimo a?o de cifras disponibles. "El ascenso acelerado en el ¨²ltimo per¨ªodo muestra que la cifra de 2017 sobrepasa en m¨¢s de 9.000 casos la cantidad de detenidos del a?o anterior y representa un aumento de 12.590 personas en solo dos a?os", dice el informe de la Procuraci¨®n. El aumento en el n¨²mero de presos, un 23% desde 2015, no acompa?a, no obstante, las estad¨ªsticas de delincuencia, que incluso ha reducido el n¨²mero de casos en un 0,2% entre 2017 y 2016.

Argentina est¨¢ en el puesto n¨²mero 16 en el mundo seg¨²n su tasa de encarcelamiento, con 194 casos cada 100.000 habitantes. Y la cifra sigue subiendo. Para paliar el d¨¦ficit habitacional, el servicio penitenciario aplica estrategias variadas, como sumar colchones en calabozos para un solo recluso o convertir gimnasios en nuevos pabellones de detenidos. La Procuraci¨®n advierte que, en cualquier caso, la soluci¨®n no est¨¢ en construir nuevas prisiones, sino en cambiar el modelo de detenci¨®n. "Hay que buscar alternativas a la prisi¨®n, que sean m¨¢s efectivas y reparadoras. El problema es que es m¨¢s f¨¢cil decirle a la gente que [para mejorar la seguridad] los encerramos a todos", dice Mugnolo.

El hacinamiento coincide con una situaci¨®n de violencia ya es estructural y tiene "un rol de control", seg¨²n dijo Ramiro Gual, jefe de investigaciones sobre fallecimientos en prisi¨®n. "El 45% de las muertes registradas en las prisiones son por causas violentas. La muerte recorre toda la prisi¨®n, pero el riesgo de morir no es el mismo para todos", explica Gual. En ese grupo est¨¢n los m¨¢s j¨®venes y tambi¨¦n las mujeres, un grupo minoritario que representa el 4% de la poblaci¨®n carcelaria. "Hay mecanismos espec¨ªficos de violencia contra las mujeres, como la sobremedicaci¨®n y el traslado a anexos psiqui¨¢tricos", dice Mariana Lauro, jefa del ¨¢rea de Grupos. Las mujeres integran, hoy, el grupo m¨¢s vulnerable de las prisiones argentinas.