Resistir (o no) en tiempos de creciente autoritarismo
Un an¨¢lisis en profundidad de algunos de los temas de la actualidad internacional a trav¨¦s de art¨ªculos publicados en medios globales seleccionados y comentados por la revista CTXT
Donald Trump, o Tariff Man como ¨¦l mismo se hace llamar, ha usado la pol¨ªtica comercial para actuar sobre la seguridad de las fronteras. Una combinaci¨®n inusual que le ha servido para forzar a M¨¦xico a aplicar una dur¨ªsima pol¨ªtica de control sobre la inmigraci¨®n ilegal que transita en la frontera que ambos pa¨ªses norteamericanos comparten. Al presidente estadounidense no le ha hecho falta construir el prometido muro. Los aranceles han bastado. Es una victoria que sienta un preocupante precedente en el orden econ¨®mico mundial. La nueva democracia autoritaria que Trump representa logra imponer sus pol¨ªticas m¨¢s all¨¢ de sus fronteras.
El presidente mexicano, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador (AMLO), ha cedido a las presiones Washington para evitar que aplicara esta misma semana un arancel del 5% a todo producto procedente de M¨¦xico. El pa¨ªs env¨ªa el 80% de sus exportaciones a EEUU y la subida arancelaria anunciada por Trump, que se agravaba con un incremento del 5% adicional al mes hasta llegar al 25% en octubre, representaban un golpe mortal a su econom¨ªa. Pero las cesiones hechas por AMLO?a cambio de evitarlo, seg¨²n informa el diario The Washington Post, pueden resultar igual de mortales para la autoridad de un gobierno de izquierdas que hasta ahora se ha resistido a hacer el trabajo sucio de EEUU en el control de la inmigraci¨®n en la conflictiva regi¨®n.
Seg¨²n cuentan Nick Miroff, Kevin Sieff y John Wagner en el citado medio, M¨¦xico ha aceptado desplegar su guardia militar en la frontera con Guatemala (hasta 6.000 soldados), hacer miles de arrestos de inmigrantes adicionales a la semana y proveer de autobuses para trasladar a los inmigrantes en busca de asilo lejos de la frontera con EE UU y resolver sus demandas en los pa¨ªses colindantes. En otras palabras, en M¨¦xico. El Gobierno de AMLO debe demostrar en las pr¨®ximas semanas que efectivamente logra reducir dr¨¢sticamente el flujo migratorio. De lo contrario, Washington considerar¨¢ de nuevo aplicar los temidos aranceles. El presidente estadounidense resum¨ªa en un tuit triunfal el acuerdo alcanzado con el pa¨ªs vecino: ¡°Ahora mismo M¨¦xico est¨¢ haciendo por Estados Unidos m¨¢s que el Congreso para solucionar el tremendo problema que tenemos en la frontera¡±.
M¨¦xico ha aceptado las condiciones de su cada vez m¨¢s autoritario pa¨ªs vecino sin oponer gran resistencia. Para resistencia y contra un r¨¦gimen no democr¨¢tico y totalitario, la de Hong Kong estos d¨ªas. Las masivas protestas en la calle guardan mucho parecido con las de la plaza Tiananmen en 1989, como analiza Jeffrey Wasserstrom en The Atlantic. Hong Kong se presenta hoy ante el mundo como el s¨ªmbolo de la resistencia civil en defensa de los derechos humanos y el Estado de derecho. M¨¢s de un mill¨®n de personas se han echado a las calles para protestar en contra de reforma sobre la Ley de Extradici¨®n que quiere imponer el Gobierno de Xi Jinping. Las autoridades chinas quieren extraditar a cualquier sospechoso de haber cometido una ofensa criminal que se encuentre en la isla, independientemente de su nacionalidad, y juzgarlo en China, donde sus derechos se ver¨ªan claramente comprometidos. Es una medida que va en contra de los acuerdos establecidos entre la? antigua colonia brit¨¢nica y el gigante comunista despu¨¦s de que esta fuera devuelta a China e 1997. Aquello de dos sistemas, un Estado, que tan bien les ha ido a ambos. Ni los gases lacrim¨®genos, ni las balas de goma. Tampoco las temperaturas de m¨¢s de 30 grados y una humedad infernal. Nada ha disuadido a su poblaci¨®n, que mantiene desde hace d¨ªas en las calles un admirable pulso al tir¨¢nico gobierno para defender la autonom¨ªa y superioridad moral de su sistema.
Pero seg¨²n Hong Kong Free Press (HKFP), una publicaci¨®n independiente, la pol¨¦mica ley se aprobar¨¢ pese a las protestas m¨¢s masivas de la historia de la isla. El Gobierno de Pek¨ªn alega que ya tiene tratados de extradici¨®n con muchos pa¨ªses, incluidos Francia, Alemania o Espa?a. Pero en estos casos, una petici¨®n de extradici¨®n debe ser aprobada por los respectivos gobiernos. En el caso de Hong Kong, esa figura es relativa pues existe como una Administraci¨®n Regional de la Rep¨²blica Popular de China y no habr¨ªa gobierno como tal que se pudiera oponer a la extradici¨®n. La decisi¨®n de facto recaer¨ªa sobre el Ejecutivo de Pek¨ªn. La resistencia de la isla es tan grande que hasta algunos miembros de la judicatura, normalmente d¨®ciles con Pek¨ªn, han firmado un manifiesto en contra de la reforma.
Tambi¨¦n resiste la sociedad brasile?a a los embates autoritarios de su nuevo presidente, Jair Bolsonaro. A las protestas estudiantiles contra los recortes a la Educaci¨®n del nuevo Gobierno, se suman ahora las peticiones para la puesta en libertad del expresidente Luiz Ignacio Lula da Silva una vez conocidas las filtraciones publicadas por The Intercept sobre las oscuras maniobras de jueces y fiscales para boicotear su reelecci¨®n. Fue condenado por corrupci¨®n a 12 a?os de prisi¨®n coincidiendo con la campa?a presidencial de 2018 que acab¨® con la victoria del ultraderechista Bolsonaro. Los archivos publicados por este medio y que han sido tambi¨¦n difundidos por el diario Folha de Sao Paulo?revelan la estrecha relaci¨®n del juez instructor, Sergio Moro, hoy s¨²per ministro de Justicia, con el fiscal Deltan Dallagnol, durante la investigaci¨®n sobre el caso Lava Jato que supuso entre otras la condena del ex presidente y entonces candidato m¨¢s popular. Una cooperaci¨®n que va contra la ley, que niega los derechos fundamentales del investigado y que ha provocado que los abogados de Lula da Silva demanden su inmediata puesta en libertad. En un pa¨ªs polarizado, con una econom¨ªa en recesi¨®n pese a las promesas de Bolsonaro y los estudiantes en pie de guerra, las revelaciones inevitablemente profundizar¨¢n esta brecha y agitar¨¢n las protestas en la calle.
El estilo mat¨®n y abusivo de los nuevos l¨ªderes populistas como Trump o Bolsonaro hace temer por el orden mundial surgido de los acuerdos tras la II Guerra Mundial. La reciente conmemoraci¨®n del 75 aniversario del D¨ªa D, el Desembarco en Normand¨ªa, ha servido de recordatorio de la validez del mismo. De lo importante de lo conquistado. Pero las alianzas forjadas entonces est¨¢n ahora en cuesti¨®n. O directamente muertas. Como el roble plantado por el presidente estadounidense y Emmanuel Macron en la primera visita oficial del presidente franc¨¦s a Washington en abril de 2018, como s¨ªmbolo de amistad entre las dos potencias, que ha perecido esta semana.?
El ¨¢rbol, sacado de un bosque del Norte de Francia donde perecieron 2.000 soldados estadounidenses durante la I Guerra Mundial, fue simb¨®licamente plantado en el jard¨ªn de la Casa Blanca para la ceremonia. Luego fue trasplantado para pasar la cuarentena obligatoria por ley para cualquier organismo vivo que entre en EE UU. Pero definitivamente olvidado e ignorado por Trump hasta acabar muerto por no haber sido nunca plantado debidamente. Dif¨ªcil dar con un s¨ªmil m¨¢s apropiado.
Y frente al desprecio de Trump a sus tradicionales aliados, un peque?o gesto ampliamente comentado en las redes sociales estos d¨ªas. La Reina Isabel II de Inglaterra decidi¨® usar en la reciente visita de los Trump al Reino Unido un broche regalado por los Obama. ?Una peque?a provocaci¨®n? ?Un gui?o en clave de resistencia?? Aqu¨ª comentada (y celebrada) por Lucy Wood en la edici¨®n brit¨¢nica de la revista Marie Claire.
Lo del broche de la Reina es noticia muy del gusto ingl¨¦s que permite a los brit¨¢nicos recuperar por unos instantes parte del orgullo perdido como naci¨®n a ra¨ªz la desastrosa gesti¨®n del Brexit. Despu¨¦s la bochornosa obligada participaci¨®n y, sobre todo, resultado en las recientes elecciones europeas, que han dado la victoria al Partido del Brexit de Nigel Farage, la brecha entre los partidarios y los contrarios a la salida del Reino Unido de la UE es si cabe m¨¢s amplia. Y sus efectos en el partido conservador, a¨²n en el Gobierno, demoledores. Diez candidatos se presentan para sustituir a Theresa May. Nunca antes en la historia del centenario partido ha habido tantos competidores para el mismo puesto. El Financial Times hace un an¨¢lisis detallado de los candidatos. 160.000 afiliados deber¨¢n decidir durante la semana del 22 de julio qui¨¦n puede unir al partido y conseguir sacar adelante el Brexit. Una dif¨ªcil combinaci¨®n que acab¨® forzando la reciente dimisi¨®n de May y que est¨¢ en el origen de la propia convocatoria del endemoniado refer¨¦ndum in the first place¡
Tambi¨¦n en Grecia los resultados de las elecciones europeas han tenido su repercusi¨®n. Los electores dentro y fuera del pa¨ªs, muchos de estos ¨²ltimos emigrados huyendo de la interminable crisis econ¨®mica, votaron a favor del partido de centro derecha Nueva Democracia. Un 33,9% opt¨® por esta fuerza en contraste con el 15,3% que obtuvo Syriza, el partido en el gobierno de Alexis Tsipras. Como cuenta Helena Smith en The Guardian, Tsipras tiene muy dif¨ªcil ganar las elecciones generales que se ha visto forzado a convocar anticipadamente a la vista del desastroso resultado. Y para complicar a¨²n m¨¢s las cosas, el a¨²n popular, aunque ef¨ªmero por pol¨¦mico, ministro de Finanzas de su primer Gobierno, Yannis Varufakis, ha aconsejado no votarle. En el diario Ekathimerini? se despachaba esta semana a gusto contra su antiguo jefe. Y dejaba caer algunas sospechas sobre la honestidad de Tsipras: ¡°Alexis sabe que yo s¨¦ lo que ¨¦l sabe¡±. Sea lo que sea que ambos saben, suena a un feo ajuste de cuentas.
Y volviendo a EE UU, ?hay alguien ah¨ª para disputar la presidencia a Trump en las elecciones del a?o que viene? Bueno, no ser¨¢ por falta de candidatos. Hay 24. M¨¢s que nunca en unas elecciones primarias del partido azul. En el New Yorker, Eric Lach relata las dificultades para recaudar fondos para su campa?a de los competidores a la elecci¨®n como candidato presidencial. Y, c¨®mo, de resultas, las peque?as aportaciones han ganado fuerza. Y se pregunta: ?Es la revoluci¨®n de los peque?os donantes lo mejor a lo que puede aspirar un sistema roto? Seg¨²n revela Lach, la campa?a para las presidenciales de los dem¨®cratas depende de las aportaciones de los peque?os donantes m¨¢s que nunca en la historia del partido. Un estudio reciente muestra que m¨¢s de la mitad de los fondos conseguidos (40 millones de d¨®lares) por los 14 candidatos que se hab¨ªan presentado hasta el primer trimestre de 2019 proced¨ªa de contribuyentes que hab¨ªan dado 200 d¨®lares o menos. ?Un crowdfunding para derrocar a Trump? Si se lograra, ser¨ªa precioso. Aunque dada la cantidad de candidatos, es probable que los recursos est¨¦n, desgraciadamente, muy repartidos.
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