Cada vez que le preguntan, la fiscal¨ªa mexicana da un dato distinto de fosas clandestinas
Un nuevo estudio coordinado por la Universidad Iberoamericana denuncia el descontrol en el conteo de fosas clandestinas y v¨ªctimas en el pa¨ªs
La fiscal¨ªa mexicana carece de un registro hist¨®rico fiable de fosas clandestinas. Cada vez que alguien solicita informaci¨®n al respecto, la respuesta var¨ªa. Al menos as¨ª ocurre para el periodo 2000-2015. Es una de las conclusiones del estudio Violencia y Terror, hallazgos sobre fosas clandestinas en M¨¦xico, coordinado por el Programa de Derechos Humanos de la Universidad Iberoamericana, apoyado por la organizaci¨®n Art¨ªculo 19 y la Comisi¨®n Mexicana para la Promoci¨®n y la Defensa de los Derechos Humanos.
Los investigadores toman el a?o 2014 como caso de estudio. Vali¨¦ndose de la ley de acceso a la informaci¨®n, que obliga al Estado mexicano a entregar datos a la ciudadan¨ªa, pidieron cifras de fosas clandestinas y cuerpos hallados en las fosas durante ese a?o. En la primera solicitud la fiscal¨ªa respondi¨®: 65 fosas y 21 cuerpos. Luego hicieron otra solicitud, ?cu¨¢ntas fosas ubicaron en 2014? ?Cu¨¢ntos cad¨¢veres? La respuesta: 101 y 213.
Los acad¨¦micos no se explicaban el motivo de la variaci¨®n, pero buscaron solicitudes parecidas de otros ciudadanos, que justo se hubieran interesado por esos mismos datos durante el mismo periodo. Encontraron otras cuatro. Y a excepci¨®n de dos, que coincid¨ªan entre s¨ª, las otras dos obtuvieron datos distintos de los dem¨¢s.
?Cu¨¢ntas fosas clandestinas ubic¨® la fiscal¨ªa mexicana en 2014? No se sabe.
El acad¨¦mico Carlos Dorantes explica que la discrepancia trasciende a 2014. De la primera solicitud de informaci¨®n del estudio a la segunda la variaci¨®n es brutal. Los investigadores pidieron datos de fosas y cuerpos de 2000 a 2015. En total, la diferencia es de 836 cuerpos. Es decir, que ante la misma pregunta, la fiscal¨ªa dijo en un caso que hab¨ªa ubicado 1.589 cuerpos en 408 fosas en ese periodo de tiempo. En otro dijo que hab¨ªa registrado 753 en 275 fosas.
El drama de las fosas clandestinas, de los desaparecidos, de los homicidios en M¨¦xico alcanza una dimensi¨®n dif¨ªcilmente aprehensible. La falta de datos fiables agrava el problema. Hace unos d¨ªas, el Gobierno present¨® el primer registro oficial de fosas, pero desilusion¨® porque solo conten¨ªa informaci¨®n de su tiempo en el poder, apenas seis meses. Desilusion¨® tambi¨¦n porque sus datos no coincid¨ªan en algunos casos con los de los colectivos de familiares de desaparecidos del pa¨ªs, que en estos a?os han cursado una complet¨ªsima maestr¨ªa en b¨²squeda de entierros clandestinos.
Si no hay un registro claro de fosas, tampoco lo hay de desaparecidos. A d¨ªa de hoy, como ha reconocido la titular de la Comisi¨®n de B¨²squeda de Personas Desaparecidas, Karla Quintana, no se sabe cu¨¢ntas personas desaparecidas hay en M¨¦xico. Aunque los ¨²ltimos datos disponibles del registro oficial hablan de decenas de miles.
Dice Carlos Dorantes, oficial del Programa de Derecho a la Informaci¨®n de Art¨ªculo 19: "No contar con informaci¨®n evita que sea posible exigir rendici¨®n de cuentas, lo que se traduce en un contexto f¨¦rtil para la impunidad. Es necesario que se rindan cuentas sobre las atrocidades para garantizar que no sigan ocurriendo. Lo que est¨¢ detr¨¢s de este vac¨ªo que mantienen las autoridades pareciera pretender que el problema no sea nombrado ya que, al no ser nombrado, tampoco ocurre".
Igual, el problema no ata?e exclusivamente a la fiscal¨ªa federal. El contraste entre sus datos y los de las fiscal¨ªas estatales muestra diferencias inexplicables. La oficina del ombudsman mexicano public¨® un informe sobre la materia en 2017 que conclu¨ªa, con datos de las fiscal¨ªas estatales, que el n¨²mero de fosas ubicadas en M¨¦xico de 2006 a 2017 eran 855 con 1.548 cuerpos. El a?o pasado el equipo period¨ªstico Quinto Elemento Lab public¨® un reportaje con informaci¨®n sobre fosas obtenida de fiscal¨ªas estatales. Entre 2006 y 2016, las autoridades, conclu¨ªan, ubicaron 1.978 fosas en el pa¨ªs.
Otro de los puntos que tocan los investigadores apunta a la funci¨®n sociol¨®gica que juegan las fosas en el contexto actual. Si antes, durante la guerra sucia, en las d¨¦cadas de 1960, 1970 y 1980, "la eliminaci¨®n absoluta de los cuerpos de las personas previamente detenidas y/o desaparecidas fue usada como mecanismo para generar terror, aqu¨ª postulamos que en el M¨¦xico actual la eliminaci¨®n de los cuerpos de personas previamente desaparecidas va aparejada, de manera parad¨®jica, con una pretensi¨®n de hallazgo". Es decir, si antes el horror, liderado por el propio estado, era la desaparici¨®n permanente de una persona, amenaza directa a una comunidad, ahora es el hallazgo lo que constituye la amenaza y por tanto el elemento de control social. Dice Jorge Ruiz Reyes, otro de los autores del estudio: "En la actualidad, la inhumaci¨®n clandestina de personas es un mecanismo pedag¨®gico que tiene la finalidad de que los cuerpos sean encontrados y, a trav¨¦s de ellos, difundir terror y hacer alarde de la impunidad con la que se puede actuar en M¨¦xico".
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