Trump se re¨²ne con Kim y se convierte en el primer presidente de EE UU que pisa suelo norcoreano
En un gesto hist¨®rico que rebaja la tensi¨®n entre los dos pa¨ªses, el mandatario estadounidense ha cruzado a territorio de Corea del Norte
El presidente de EE UU, Donald Trump, y el l¨ªder norcoreano, Kim Jong-un, han dado un paso al frente hist¨®rico. Literalmente. Ambos se han reunido este domingo en la Zona Desmilitarizada (DMZ), la franja fronteriza entre las dos Coreas, y desde la l¨ªnea de demarcaci¨®n han pasado juntos a suelo norcoreano. Esos breves segundos han convertido a Trump en el primer presidente de su pa¨ªs que pisa suelo de este Estado, que todav¨ªa es enemigo. Lo que est¨¢ por ver ahora es si el gesto da frutos y el reinicio de negociaciones que ha anunciado el inquilino de la Casa Blanca conduce a avances sustanciales. O si el momento hist¨®rico se queda en un mero espect¨¢culo de televisi¨®n.
A las 15.30 hora coreana (8.30 hora espa?ola), en Panmunjom, la Aldea de la paz, en la frontera que ha visto celebrar m¨¢s de 800 rondas de conversaciones entre las dos Coreas, Trump sali¨® de la Casa de la paz, en el Sur. Kim lo hac¨ªa desde el pabell¨®n de Panmunjak, en el Norte, en una escena copiada de la cumbre intercoreana que en abril del a?o pasado celebraron el mandatario y el presidente surcoreano, Moon Jae-in, y que abri¨® al l¨ªder del Norte el camino para ser aceptado en la diplomacia internacional.
Desde entonces, Kim ha ganado muchas tablas en tres cumbres intercoreanas, dos con Trump, cinco reuniones con el presidente chino Xi Jinping y una con el ruso Vlad¨ªmir Putin. Se notaba en la puesta en escena. En aquella primera cumbre se le vio descender las escaleras con visible nerviosismo. Ahora, no. Recorri¨® los pasos hasta la l¨ªnea de cemento que marca la divisi¨®n entre las dos Coreas sonriente y con paso decidido.
¡°Me alegro de verle de nuevo¡±, salud¨® el l¨ªder del Norte al estrechar efusivamente la mano de Trump. ¡°No esperaba jam¨¢s verle en este lugar¡±, reconoci¨®.
Ambos saltaron juntos ¡ªno de la mano, como hab¨ªan hecho Kim y Moon hace 15 meses¡ª a suelo norcoreano, y recorrieron unos metros. Tras volverse a saludar, se encaminaron al Sur. En unas breves declaraciones, y antes de pasar a una reuni¨®n privada con su invitado, Trump asegur¨® que "est¨¢n pasando muchas cosas positivas" en el proceso de conversaciones entre Washington y Pyongyang.
Destac¨® tambi¨¦n su buena relaci¨®n personal con Kim desde su primera cumbre el 12 de junio de 2018 en Singapur: "Nos hemos ca¨ªdo bien desde el primer d¨ªa¡±. Tambi¨¦n plante¨® la posibilidad ¡ªimpensable hasta hace unos meses¡ª de un viaje del l¨ªder norcoreano a Washington: ¡°Voy a invitarle ahora mismo a la Casa Blanca¡±.
La reuni¨®n entre ambos se prolong¨® mucho m¨¢s de lo previsto. Se hab¨ªa especulado que podr¨ªa durar menos de 15 minutos, y acab¨® extendi¨¦ndose el triple, antes de que Trump y el presidente surcoreano ¡ªque se hab¨ªa desplazado con ¨¦l en su visita a la DMZ¡ª acompa?aran a Kim a la l¨ªnea de demarcaci¨®n.
En declaraciones a los medios, el l¨ªder norcoreano reconoci¨® que se hab¨ªa ¡°sorprendido¡± de que Trump hubiera sugerido el s¨¢bado ¡ªmediante un tuit¡ª esta reuni¨®n, y que la invitaci¨®n oficial lleg¨® horas m¨¢s tarde.
¡°Yo tambi¨¦n quer¨ªa verle¡±, indic¨®. ¡°No creo que la reuni¨®n hubiera podido organizarse en un solo d¨ªa de repente sin la excelente relaci¨®n que mantenemos el presidente y yo ¡ªapunt¨®¡ª. Por tanto, estoy convencido de que esta excelente relaci¨®n nos ayudar¨¢ a tomar la iniciativa y superar las barreras y dificultades que podamos encarar¡±.
La conversaci¨®n, aparentemente, ha servido para destrabar el proceso de negociaciones sobre el programa nuclear norcoreano, estancado desde que la cumbre anterior entre los dos, en Han¨®i en febrero, acabara en rotundo fracaso dadas las dr¨¢sticas diferencias en sus posiciones. Entonces, Corea del Norte ofrec¨ªa desmantelar su centro nuclear de Yongbyon a cambio del levantamiento de sanciones, en un proceso gradual. Estados Unidos reclamaba que Pyongyang eliminara su programa de armamento no convencional por completo y de manera verificable a cambio de eliminar esos vetos.
¡°En las pr¨®ximas dos o tres semanas van a volver a trabajar los equipos¡±, ha anunciado Trump. ¡°La reuni¨®n fue muy buena, muy s¨®lida¡ Vamos a ver qu¨¦ pasa¡±.
Pero aunque las dos delegaciones retomen sus contactos, no est¨¢ claro si alguna de las partes est¨¢ dispuesta a ceder en unas posiciones que en febrero parec¨ªan inamovibles. Tampoco si los integrantes de los equipos ser¨¢n los mismos, tras la aparente ca¨ªda en desgracia de quienes encabezaron las negociaciones por parte norcoreana hasta el encuentro de Han¨®i: el exembajador norcoreano en Madrid Kim Hyok-chol y el asesor del l¨ªder supremo Kim Yong-chol.
¡°Si las conversaciones se reinician, el riesgo de que se estanquen de nuevo o fracasen completamente seguir¨¢ siendo sustancial a menos que las dos partes acuerden una meta final sin ambig¨¹edades, algo que dudamos¡±, indica la consultora Eurasia Group en una nota.
Trump hab¨ªa querido visitar la Zona Desmilitarizada en 2017, durante una visita anterior a Corea del Sur, pero el mal tiempo le oblig¨® a abandonar esos planes.
Antes de reunirse con Kim, el presidente estadounidense, que lleg¨® el mismo s¨¢bado por la noche a Se¨²l para mantener conversaciones con Moon, vio cumplido su deseo y dio un paseo por la DMZ. En uno de sus puestos de observaci¨®n pudo escudri?ar territorio norcoreano, incluida la aldea Kijong-dong, la ¨²nica ¡ªjunto a la surcoreana Taesondong¡ª?donde est¨¢ permitido residir dentro de esa franja.
Esa zona "sol¨ªa ser muy, muy peligrosa¡± coment¨® Trump mientras oteaba el panorama. "Pero tras nuestra primera cumbre, todo el peligro ha desaparecido¡±, puntualiz¨®.
El encuentro, en este entorno enormemente simb¨®lico, es el tercero entre Trump y Kim en un a?o. El primero tuvo lugar el 12 de junio de 2018, en Singapur.
La DMZ, frontera y s¨ªmbolo de la divisi¨®n entre las dos Coreas
A la tercera va la vencida. El presidente de EE. UU, Donald Trump, y el l¨ªder supremo norcoreano, Kim Jong-un, se han reunido en poco m¨¢s de un a?o en tres lugares distintos del mundo. Pero hasta ahora ninguno hab¨ªa sido tan simb¨®lico como el de este domingo: la Zona Desmilitarizada, la franja fuertemente fortificada que divide las dos Coreas y que recuerda que, pese a 66 a?os de tregua m¨¢s o menos tensa, la guerra entre los dos pa¨ªses (1950-1953) t¨¦cnicamente contin¨²a.
Mide 245 kil¨®metros de largo, y cuatro kil¨®metros a lo ancho. Su eje a lo largo, la L¨ªnea de Demarcaci¨®n (LD), se?ala d¨®nde se encontraban las l¨ªneas de frente cuando se firm¨® el armisticio. De all¨ª, cada ej¨¦rcito retrocedi¨® dos kil¨®metros. Desde entonces, esa zona fronteriza ha quedado deshabitada: en ning¨²n momento puede haber m¨¢s de mil personas en cada lado de la LD.
Dentro de la DMZ solo dos poblaciones est¨¢n habitadas, Taesondong en el sur y Kijong-dong en el norte. Si en la primera existen estrictas reglas sobre qui¨¦n puede residir all¨ª, la segunda est¨¢ deshabitada y ¨²nicamente sirve para fines propagand¨ªsticos, seg¨²n los soldados del Mando Conjunto en el lado sur. El resto es una larga l¨ªnea que, sin que el hombre la haya pisado en d¨¦cadas, se ha convertido en una aut¨¦ntica reserva natural donde han encontrado refugio numerosas especies que ven empeque?ecer su h¨¢bitat de manera alarmante en otras zonas. Aunque la presencia de torretas y de alambradas impide olvidar la raz¨®n de ser de esta zona.
A lo largo de los kil¨®metros de frontera el ?rea de Seguridad Conjunta en Panmujom, apodada "la aldea de la paz", es el ¨²nico punto donde los soldados del Norte y del Sur se ven las caras. All¨ª, precisamente, se firm¨® el armisticio que detuvo la guerra. En sus edificios de conferencias, sus caracter¨ªsticas casetas azules sobre la l¨ªnea de demarcaci¨®n, se han celebrado numerosas rondas de conversaciones militares.
Visitar lo que en 1993 Bill Clinton defini¨® como ¡°el lugar m¨¢s peligroso del mundo¡± se ha convertido casi en una obligaci¨®n para los presidentes estadounidenses de la posguerra, que han acudido a ella al menos una vez durante su mandato. Barack Obama hab¨ªa sido el ¨²ltimo hasta ahora, en 2012, cuando viaj¨® a Se¨²l para una cumbre nuclear. Su predecesor, George W Bush, se desplaz¨® all¨ª en 2003, un mes despu¨¦s de incluir a Corea del Norte en su tristemente famoso ¡°eje del mal¡±.
Pero hasta que este domingo Trump se ha convertido en el primer presidente estadounidense en ejercicio en cruzar la LD y pisar suelo norcoreano, el momento m¨¢s memorable en la historia reciente se hab¨ªa producido en abril del a?o pasado. Entonces, Kim Jong-un y el presidente surcoreano, Moon Jae-in, asombraron al mundo al saltar, tomados de la mano, la l¨ªnea de demarcaci¨®n entre los dos pa¨ªses en un gesto espont¨¢neo.
En noviembre del a?o pasado, como parte de los acuerdos intercoreanos para crear confianza mutua, se desmantelaron las torretas militares en el ?rea de Seguridad Conjunta y los soldados que all¨ª se ven las caras quedaron desarmados. Un mes antes, equipos especializados hab¨ªan empezado a retirar las minas a ambos lados de la l¨ªnea divisoria.
Aquel paso era tanto m¨¢s simb¨®lico cuanto ni un a?o antes, en noviembre de 2017, un soldado norcoreano hab¨ªa protagonizado una carrera tan espectacular como desesperada para desertar en el ?rea de Seguridad Conjunta, donde qued¨® gravemente herido.
No fue, no obstante, el peor incidente que ha vivido Panmunjom. En 1973 protagoniz¨® el incidente en el que ambas partes estuvieron m¨¢s pr¨®ximas de retomar las hostilidades, cuando soldados norcoreanos atacaron a una unidad del sur que intentaba talar un ¨¢rbol en la zona desmilitarizada y mataron a machetazos a dos militares estadounidenses.
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