La tribu perdida africana se rebela contra la discriminaci¨®n en Israel
Miles de jud¨ªos de origen et¨ªope protestan por la muerte de un joven por disparos de un polic¨ªa
Muchos llegaron en un puente a¨¦reo desde Ad¨ªs Abeba hasta Tel Aviv para acabar en poblados marginales. M¨¢s de 14.000 jud¨ªos africanos fueron evacuados por Israel en 36 horas durante la operaci¨®n Salom¨®n, en un ¨¦xodo que asombr¨® al mundo en 1991. Pero el periplo de 2.500 kil¨®metros que recorri¨® la tribu perdida falasha hasta la Tierra Prometida supuso tambi¨¦n un viaje en el tiempo que se estrell¨® contra la discriminaci¨®n de una sociedad de castas. Miles de manifestantes de origen et¨ªope se han echado a las calles desde el lunes para expresar su rabia por la muerte de un joven por disparos de un polic¨ªa.
Salom¨®n Teka, de 18 a?os, fue abatido en las afueras de Haifa, ciudad portuaria del norte, en la noche de domingo. Un agente que se encontraba fuera de servicio abri¨® fuego tras verse atacado, seg¨²n declar¨®, al intentar impedir una pelea entre j¨®venes. Testigos de lo hechos aseguraron a la prensa hebrea que no lleg¨® a ser agredido en ning¨²n momento. El servicio de asuntos internos ha abierto una investigaci¨®n sobre la actuaci¨®n del polic¨ªa, que permanece suspendido de empleo y bajo arresto domiciliario. El pasado enero, el tambi¨¦n falasha Yehuda Biadga, de 24 a?os, muri¨® tiroteado por la polic¨ªa en Tel Aviv.
Una tercera parte de los 150.000 jud¨ªos et¨ªopes censados en Israel, un 2% de la poblaci¨®n, ha nacido en el pa¨ªs. Hace cuatro a?os, otro episodio en el que fue maltratado por agentes un joven soldado de origen africano ya desencaden¨® una ola de revueltas durante varias semanas, que fue finalmente frenada por el Gobierno con la promesa de poner coto a la violencia policial y mejorar las condiciones de vida de la comunidad. La radicalizaci¨®n de la protesta de la generaci¨®n de los et¨ªopes sabra (nacidos en el Estado jud¨ªo) es atribuida a la ruptura con las estructuras de poder patriarcal de la comunidad, que desde la inmigraci¨®n a Israel estaba en manos de l¨ªderes religiosos.
Los disturbios registrados en los ¨²ltimos d¨ªas se han saldado con 135 detenidos por lanzar piedras y c¨®cteles molotov a las fuerzas antidisturbios, que han optado por mantenerse en un segundo plano para evitar que se disparase la tensi¨®n. Los manifestantes de origen africano, que ocuparon los accesos a Tel Aviv y otras ciudades, causaron el martes uno de los mayores embotellamientos que se recuerdan en las congestionadas carreteras israel¨ªes.
Mientras el primer ministro, Benjam¨ªn Netanyahu, lanzaba el mi¨¦rcoles? un ultim¨¢tum para advertir que recurrir¨ªa a la mano dura si no cesaba de inmediato la violencia, el presidente de Israel, el conservador moderado Reuven Rivlin, llamaba al di¨¢logo para restaurar la calma.
Las promesas no se han cumplido para los falashas, que no han acabado de integrarse en una compleja sociedad que oscila desde el liberal ecosistema de empresas tecnol¨®gicas emergentes y el fanatismo de los distritos ultraortodoxos, pasando por la minor¨ªa ¨¢rabe (20% de la poblaci¨®n). Cuando los primeros et¨ªopes llegaron a Israel, el rabinato les exigi¨® una conversi¨®n simb¨®lica mediante un ba?o ritual. Fueron los ¨²nicos inmigrantes jud¨ªos que tuvieron que ser purificados. A?os mas tarde estall¨® un nuevo esc¨¢ndalo, al desvelarse que la Estrella de David Roja, el servicio de emergencias sanitarias, se hab¨ªa deshecho de las donaciones de sangre de los falashas al alegar que pod¨ªan estar infectadas por VIH.
Un tercio de las familias et¨ªopes se sit¨²an por debajo del umbral de la pobreza, mientras que en el conjunto de la poblaci¨®n este ¨ªndice solo afecta al 15%. Los jud¨ªos africanos viven agrupados en zonas desfavorecidas, como el sur de Tel Aviv, aunque integran la comunidad que tiene el mayor ¨ªndice de alistamiento en el Ej¨¦rcito, donde muchos conf¨ªan en emprender una carrera profesional sin las trabas de la vida civil. Segregados a su llegada al pa¨ªs en campamentos de absorci¨®n y condenados a los peores empleos, los falashas han vuelto a rebelarse contra la discriminaci¨®n. Tras el brutal estallido de las primeras jornadas de protesta, anoche empezaron a frenar la revuelta en busca de contrapartidas.
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