Miles de laboristas reclaman a Corbyn que defienda la permanencia en la UE

M¨¢s de 10.000 afiliados del Partido Laborista le han dicho a Jeremy Corbyn que ponga fin a su ambig¨¹edad respecto al Brexit. Han firmado una declaraci¨®n en la que, ante la perspectiva de un gobierno liderado por Boris Johnson, exigen al l¨ªder de la formaci¨®n que enarbole la bandera de la permanencia en la Uni¨®n Europea. ¡°Como el partido que defiende mantenerse en la UE, no conquistaremos a todos los votantes. Pero es el ¨²nico modo de que el laborismo pueda ganar unas elecciones y la ¨²nica v¨ªa para conseguir que nuestro pa¨ªs permanezca unido¡±, dice la carta titulada Orgullosamente brit¨¢nicos, orgullosamente europeos.

Dos son los factores que han activado la revuelta larvada en el seno del laborismo. El m¨¢s urgente, sin duda, la posibilidad de que los conservadores, bajo el liderazgo casi cantado de Johnson, lleven al Reino Unido a una salida a las bravas de la UE el pr¨®ximo 31 de octubre. Crece adem¨¢s la posibilidad, ya debatida abiertamente por algunos diputados, de que el reci¨¦n elegido l¨ªder tory convocara unas elecciones generales a principios de octubre, con la bandera del Brexit sin acuerdo, que le sirvieran para barrer al ultranacionalista Nigel Farage y legitimar el mandato.

En segundo lugar, la tibieza demostrada por Corbyn ante la ola de denuncias de antisemitismo en el partido, protagonizado en muchos casos por antiguos aliados suyos, ha provocado una repulsa general de los miembros m¨¢s moderados. La decisi¨®n de la direcci¨®n de correr un tupido velo en el incidente protagonizado por el diputado Chris Williamson, quien asegur¨® que los laboristas deb¨ªan ¡°dejar de disculparse¡± por sus presuntos comportamientos antisemitas, ha irritado a un centenar de afiliados, que han exigido su suspensi¨®n inmediata.

Pero es sin duda el Brexit la causa mayor de estas turbulencias internas. Jeremy Corbyn ha prometido iniciar una ronda de consultas con los diputados laboristas, entre los que reside el mayor foco de resistencia, para acercar posturas. Y en su ¨²ltima intervenci¨®n parlamentaria volvi¨® a exigir al Gobierno que diera la voz a la ciudadan¨ªa ante cualquier decisi¨®n que se adoptara respecto a la salida de la UE. Sigue siendo un planteamiento muy tibio, para sus cr¨ªticos, que querr¨ªan una posici¨®n mucho m¨¢s proeuropea y rotunda. ¡°Europa es lo que somos y hemos sido durante siglos. Pensad en Shakespeare. Nunca abandon¨® Inglaterra. Y desarroll¨® sus obras en Venecia, Atenas o Dinamarca. Ser europeo era para ¨¦l un aspecto central para definir qui¨¦n era¡±, dice Tom Watson, miembro de la direcci¨®n laborista y uno de los principales cr¨ªticos de Corbyn, en un v¨ªdeo de apoyo a la declaraci¨®n a favor de la permanencia. Watson, quien seg¨²n algunos medios brit¨¢nicos como The Spectator,?estar¨ªa preparando ya una maniobra interna para desbancar al actual l¨ªder, acusa al n¨²cleo dirigente del partido de haber propiciado que la defensa de la UE se hiciera ¡°a susurros, en vez de a gritos¡± y reivindica los valores europeos de cooperaci¨®n, solidaridad y libertad como valores brit¨¢nicos y laboristas. El n¨²mero dos del partido, John McDonnell, aliado hist¨®rico de Corbyn y aut¨¦ntico cerebro gris de los planes econ¨®micos de la formaci¨®n, habr¨ªa acercado ya posturas con Watson, seg¨²n esos mismos medios, consciente de que el laborismo se dirige ¡°a c¨¢mara lenta hacia un tremendo accidente¡±.

Euroesc¨¦ptico convencido desde hace d¨¦cadas, Corbyn tiene sin embargo razones objetivas para mantener sus dudas. El sentimiento favorable al Brexit es muy profundo en muchos de los distritos en los que el laborismo aspirar¨ªa a obtener esca?o en unas hipot¨¦ticas elecciones generales. ¡°Existen hoy dos narrativas que compiten en legitimidad. La primera asegura que el laborismo solo podr¨ªa obtener una victoria electoral si se presenta como el partido defensor de la permanencia en la UE. La segunda asegura que, con ese planteamiento, el partido acabar¨ªa destrozado en el norte de Inglaterra y en otras zonas donde la ventaja es m¨ªnima ¡ª55 de los 75 distritos donde el partido tiene posibilidades votaron a favor del Brexit en 2016¡ª¡±, ha escrito Leon McCluskey, secretario general del sindicato Unite, mayoritario e importante donante del Partido Laborista.

Jeremy Corbyn atrajo el apoyo y el entusiasmo, con la ayuda de organizaciones como Momentum, de cientos de miles de j¨®venes desencantados con a?os de austeridad y un sistema pol¨ªtico anquilosado. Fueron su escudo frente a unos cuadros medios, atrincherados en el grupo parlamentario, que desconfiaban del historial trotskista del nuevo l¨ªder. Sus coqueteos con el Brexit y su compromiso con el resultado del refer¨¦ndum de 2016 han enfriado esos apoyos. Y Corbyn parece atrapado por su pasado y sus convicciones. Estos d¨ªas, en las reuniones mantenidas por el llamado Gabinete en la Sombra (la direcci¨®n del partido), ha explicado que se halla inmerso en la autobiograf¨ªa de Harold Wilson, el l¨ªder laborista que apoy¨® oficialmente la permanencia en la CEE en el refer¨¦ndum de 1975, pero dio luz verde a sus colaboradores para que hicieran campa?a y votaran guiados por su propia conciencia, mientras ¨¦l adoptaba una posici¨®n discreta y ambigua, muy similar a la del propio Corbyn.?