El cortafuegos de L¨®pez Obrador frente a los mercados
Con la dimisi¨®n del ministro de Hacienda, que se despide aireando "muchas discrepancias" en la l¨ªnea a seguir, el presidente mexicano pierde una voz prudente y una figura respetada en el mundo econ¨®mico
La dimisi¨®n de Carlos Urz¨²a (Aguascalientes, 1955) es mucho m¨¢s que la renuncia de un ministro de Hacienda de M¨¦xico. Hasta su distanciamiento de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, m¨¢s que patente en su carta en la que anuncia su cese, Urz¨²a era uno de los hombres m¨¢s cercanos al presidente, parte destacada de su guardia de corps en materia econ¨®mica y su primer cortafuegos cuando hab¨ªa conato de incendio en los mercados. En el caso de L¨®pez Obrador, un mandatario poco dado a profundizar en cuestiones econ¨®micas, su figura se agigantaba: el mandatario descargaba en ¨¦l la comunicaci¨®n de pr¨¢cticamente todas sus decisiones en materia hacendaria y apelaba a ¨¦l cuando hab¨ªa que entrar en harina. Era, en definitiva, el primer miembro de su Gabinete al que recurr¨ªa cuando hab¨ªa que calmar los ¨¢nimos. Su moderaci¨®n ha sido, de alguna forma, el comod¨ªn econ¨®mico del presidente.
Hasta este martes, cuando Urz¨²a ha estallado con una estruendosa carta de renuncia en la que revela las "muchas discrepancias" en materia econ¨®mica y que remata con una dur¨ªsima andanada contra su hasta hoy jefe: "Estoy convencido de que toda pol¨ªtica econ¨®mica debe realizarse con base a evidencia (...) y libre de todo extremismo, (...) convicciones que durante mi gesti¨®n no encontraron eco". Unas acusaciones que, en boca de la mano derecha de L¨®pez Obrador en materia econ¨®mica, suenan doblemente graves. Tambi¨¦n el choque con el jefe de Gabinete del presidente, el empresario Alfonso Romo.
Su salida, completamente inesperada, revive adem¨¢s las dudas en los mercados, solo parcialmente atemperadas despu¨¦s de que se supiese que el elegido para reemplazarle es Arturo Herrera ¡ªcon quien no se le conoc¨ªan grandes diferencias en la l¨ªnea a seguir¡ª, alguien de su c¨ªrculo m¨¢s cercano, hasta el punto de que era el encargado de llevar el d¨ªa a d¨ªa de Hacienda. Las discrepancias internas con el presidente se hab¨ªan mantenido fuera de los focos: se presum¨ªa que exist¨ªan, pero ambas partes hab¨ªan optado por mantenerlas tan soterradas como fuera posible. Parad¨®jicamente fue el propio Urz¨²a quien llev¨® al Gobierno a Herrera.?Y parad¨®jicamente tambi¨¦n, los dos mayores choques p¨²blicos entre Hacienda y Presidencia se produjeron entre el propio Herrera y L¨®pez Obrador: el primero despu¨¦s de que deslizase al Financial Times que el Gobierno acabar¨ªa por cancelar la nueva refiner¨ªa de Dos Bocas ¡ªuno de los grandes empe?os del presidente y uno de los puntos de fricci¨®n con Hacienda¡ª y el segundo a cuenta del impuesto de tenencia y predial. En ambas ocasiones, el mandatario desminti¨® de inmediato a su desde hoy secretario.
El hasta este martes titular de Hacienda de la segunda mayor econom¨ªa de Am¨¦rica Latina, solo despu¨¦s de Brasil, hab¨ªa hecho gala de su prudencia cuando las circunstancias lo requer¨ªan. Se reconoc¨ªa como "socialdem¨®crata", cre¨ªa en la independencia del Banco de M¨¦xico ¡ªque muchos pusieron en tela de juicio en los meses previos a la toma de posesi¨®n de L¨®pez Obrador¡ª, abogaba por la prudencia fiscal ¡ªque demostr¨® en sus primeros y ¨²ltimos Presupuestos, los de 2019¡ª y, aunque defend¨ªa con firmeza los recortes emprendidos por el Ejecutivo, era tan consciente de sus l¨ªmites como de que m¨¢s pronto que tarde M¨¦xico necesitaba una profunda reforma fiscal para ganar m¨²sculo y redistribuir cargas de forma m¨¢s equitativa, una pol¨ªtica muchas veces rechazada por L¨®pez Obrador, al menos hasta el ecuador del mandato. Quienes asistieron a las repetidas reuniones celebradas con inversores, en su mayor¨ªa analistas y banqueros, reconoc¨ªan en ¨¦l a un t¨¦cnico experimentado y lo ve¨ªan como contrapeso para el presidente, mucho m¨¢s volc¨¢nico y enfrascado en una eterna campa?a electoral.
Aunque con una fuerte vocaci¨®n social ¡ªes un economista de izquierdas¡ª, Urz¨²a era el principal equilibrio del Gobierno con una visi¨®n de la econom¨ªa m¨¢s ortodoxa que otras figuras relevantes de la Administraci¨®n y del Movimiento Regeneraci¨®n Nacional (Morena). Tambi¨¦n destacaba por su accesibilidad, incluso en v¨ªsperas de las elecciones, cuando ya hab¨ªa sido nominado como futuro titular de Hacienda si L¨®pez Obrador llegaba a la presidencia y ese era ya un escenario cantado dentro y fuera de M¨¦xico. Pero su actitud era la de un t¨¦cnico que hu¨ªa recurrentemente de los focos: no era, ni mucho menos, un pol¨ªtico al uso: prefer¨ªa que la atenci¨®n la acaparasen otros. Hasta este martes de julio, cuando su dimisi¨®n ha sacudido los cimientos de la pol¨ªtica mexicana.
Hacienda ha sido, tradicionalmente, una de las carteras clave del Ejecutivo: su titular es el garante de las finanzas p¨²blicas y el encargado de transmitir tranquilidad a los mercados internacionales, una tarea que no es menor en un pa¨ªs tan abierto a la inversi¨®n exterior, en el que las exportaciones suponen casi el 40% del PIB ¡ªy subiendo¡ª, que necesita el capital extranjero para financiarse y en el que la volatilidad del tipo de cambio se ha visto hist¨®ricamente como uno de los mejores term¨®metros de su econom¨ªa. Pero este sexenio, la importancia de su figura se acrecentaba: la llegada de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador infundi¨® importantes dudas sobre inversores y calificadoras ¡ªque siguen teniendo a M¨¦xico en el disparadero¡ª y Urz¨²a era el encargado de despejarlas.
Templ¨® los ¨¢nimos de los mercados tras la cancelaci¨®n de la obra del mayor aeropuerto de Am¨¦rica Latina ¡ªun gigantesco proyecto de infraestructuras iniciado durante el mandato de Enrique Pe?a Nieto (PRI)¡ª, una promesa de campa?a del presidente y que muchos de sus cuadros econ¨®micos habr¨ªan preferido que no se produjese, conscientes de que evitar cualquier fuente de turbulencias era lo m¨¢s importante en los primeros meses del sexenio. Tambi¨¦n con los vaivenes de la petrolera estatal, Pemex, un rubro en el que las discrepancias tambi¨¦n hab¨ªan quedado de manifiesto y en cuya delicada situaci¨®n financiera el ya exsecretario ve¨ªa ¡ªseg¨²n subrayaba en marzo a EL PA?S, en una de sus primeras entrevistas en el cargo¡ª el mayor tal¨®n de Aquiles para la econom¨ªa.
Licenciado en matem¨¢ticas por el Tecnol¨®gico de Monterrey, maestro en la misma materia por el Centro de Investigaci¨®n y de Estudios Avanzados del Instituto Polit¨¦cnico Nacional y doctor en Econom¨ªa por la Universidad de Wisconsin-Madison, antes de aterrizar en el Gobierno federal hab¨ªa ejercido como catedr¨¢tico de El Colegio de M¨¦xico ¡ªuno de los grandes semilleros de economistas para el actual Ejecutivo, donde dio clase a Herrera¡ª y como director de la Escuela de Graduados en Administraci¨®n P¨²blica del Tecnol¨®gico de Monterrey. Entre medias, Urz¨²a ya hab¨ªa acompa?ado a L¨®pez Obrador en su etapa de jefe de Gobierno de Ciudad de M¨¦xico, cuando llev¨® las riendas de las cuentas p¨²blicas durante tres a?os. Un mundo si se compara con esta segunda etapa como servidor p¨²blico: ha aguantado solo siete meses en el cargo.
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