?frica, la ¨²ltima frontera del Estado Isl¨¢mico
Espoleada por el ¨²ltimo pronunciamiento del l¨ªder del ISIS, la marca yihadista se extiende ya, con atentados y grupos afines, a una decena de pa¨ªses al sur del S¨¢hara
Plan b yihadista activado. Desde que el 29 de abril, el l¨ªder del Estado Isl¨¢mico (ISIS, en sus siglas en ingl¨¦s), el iraqu¨ª Abubaker al Bagdadi, apareciera en una grabaci¨®n, la primera en cinco a?os, instando a los suyos a seguir sembrando el terror m¨¢s all¨¢ de Siria e Irak, teatro de la derrota, las coreograf¨ªas en las redes se repiten: no pasan muchos d¨ªas sin que alguno de los numerosos grupos afines al ISIS re¨²na a sus hombres, les ponga ante las c¨¢maras, junten todos las manos y renueven votos de lealtad al califa. Han posado afganos, turcos, rusos, filipinos... Pero sobre todo africanos, desde el flanco nigeriano al coraz¨®n del Sahel. A estos ¨²ltimos, Al Bagdadi les dedic¨® unas palabras sin duda inusuales; ensalz¨® la adhesi¨®n a la causa de malienses y burkineses y la figura de Abu al Walid al Sahrawi, uno de los hombres m¨¢s buscado del Sahel. "El viento sopla a favor del ISGS (Estado Isl¨¢mico del Gran S¨¢hara, liderado por Al Sahrawi)", dice en un correo electr¨®nico H¨¦ni Nsaibia, investigador del proyecto de an¨¢lisis de conflictos ACLED, "han crecido, incrementado sus capacidades y expandido sus operaciones". Son un fen¨®meno del terror en alza en un continente en el que, seg¨²n el recuento en el que coinciden los expertos, al menos una decena de pa¨ªses se ven amenazados por grupos en la esfera del ISIS.
El ISGS act¨²a en el maldito tri¨¢ngulo fronterizo entre Mal¨ª, Burkina Faso y N¨ªger; sin menospreciar el temor de las autoridades al contagio hacia los vecinos Gana, Togo y Ben¨ªn -en este ¨²ltimo fueron secuestrados en mayo dos turistas franceses, liberados luego en Burkina en una operaci¨®n en la que murieron dos soldados galos-. Un informe reciente de la ONU calcula entre 100 y 200 los combatientes en sus filas. Un c¨¢lculo quiz¨¢ prudente sobre todo en relaci¨®n con otro de los monstruos del yihadismo en el Sahel, el grupo JNIM, el gran paraguas de organizaciones en la esfera de Al Qaeda, que pudiera sumar m¨¢s 800 hombres. Pero no son enemigos e incluso, seg¨²n este mismo informe, habr¨ªan colaborado en varios ataques en Mal¨ª el pasado mes de febrero.
Seg¨²n el Africa Center for Strategic Studies (ACSS), un centro de an¨¢lisis dependiente del Departamento de Estado norteamericano, los dos grupos, el JNIM del maliense Iyad Ag Ghaly y el ISGS de Al Sahrawi, protagonizaron 464 ataques en 2018, el triple que un a?o antes. Pauline Le Roux, analista de este centro, calcula que el ISGS estuvo detr¨¢s del 42% de las muertes producidas en el Sahel el pasado a?o a manos de grupos islamistas. "Si sigue al ritmo actual, el ISGS ser¨¢ responsable en 2019 de m¨¢s de 570 muertes", se?ala Le Roux en un intercambio de correos, "m¨¢s que ning¨²n otro grupo del Sahel".
La guerra contra Al Sahrawi, nacido en El Aai¨²n, viejo conocido de la rama magreb¨ª de Al Qaeda, est¨¢ lanzada. El pasado junio, una operaci¨®n en la que participaron fuerzas militares de Francia, Estados Unidos y N¨ªger acab¨® con la vida de una veintena de miembros de la rama del ISIS en el S¨¢hara. En el intercambio, cerca de Tongo Tongo (N¨ªger), los franceses tuvieron que hacer un aterrizaje de emergencia de uno de sus helic¨®pteros, aunque no sufrieron bajas. S¨ª las sufri¨® EE UU en esa misma zona en octubre de 2017, cuando una emboscada del ISGS acab¨® con la vida de cuatro soldados norteamericanos y cinco nigerinos. Pero ni siquiera entonces, con el eco medi¨¢tico que tuvo la operaci¨®n, la maquinaria de propaganda del califato mostr¨® tanto inter¨¦s por el Sahel como Al Bagdadi hizo en su v¨ªdeo de abril de este a?o, ya con el califato sobre cenizas.
Camillo Casola, del centro italiano ISPI (Instituto para los Estudios de Pol¨ªtica Internacional), apunta a que el "incremento en el n¨²mero de franquicias regionales dispuestas a reconocer la autoridad pol¨ªtica e ideol¨®gica del califato ayuda al ISIS a fortalecer la narrativa seg¨²n la cual su capacidad de actuar no ha cambiado, tapando as¨ª sus derrotas en el escenario local". La franquicia de Al Sahrawi, no obstante, ya hab¨ªa jurado lealtad al califato en mayo de 2015, pero solo ahora ha recibido la bendici¨®n definitiva. Al Bagdadi reconoce adem¨¢s a este grupo dentro de lo que llama la provincia Estado Isl¨¢mico de ?frica Occidental (ISWAP, en sus siglas en ingl¨¦s), hasta ahora gobernada por la escisi¨®n de Boko Haram en Nigeria bajo las ¨®rdenes de Abu Musab al Barnawi y demoledora en la regi¨®n de lago Chad (Nigeria, Chad, Camer¨²n y N¨ªger)
Seg¨²n cifras reunidas en el informe de la ONU, ISWAP tiene entre 1.500 y 3.000 combatientes. Esta misma organizaci¨®n calcula que en el ¨²ltimo semestre de 2018, los hombres de Al Barnawi mataron a 700 militares nigerianos. "El grupo", se?ala el reporte, "tuvo acceso a fuentes de liquidez y equipo militar, como armas, munici¨®n y veh¨ªculos, adem¨¢s de desarrollar sistemas de reconocimiento a trav¨¦s de drones". Por todo esto, H¨¦ni Nsaibia, de ACLED, los considera los m¨¢s peligrosos de entre los terroristas africanos en el escenario ISIS.
Pero hay m¨¢s. En la grabaci¨®n emitida en abril por la productora yihadista Al Furqan, Al Bagdadi sostiene entre las manos un informe bajo el t¨ªtulo Provincia de ?frica Central. Esto es, el ISIS extiende sus tent¨¢culos al sur del Sahel. Esa provincia yihadista har¨ªa referencia sobre todo a la actividad terrorista en la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo del grupo islamista Fuerzas Democr¨¢ticas Aliadas (m¨¢s conocido por su denominaci¨®n inglesa Allied Democratic Forces, ADF), nacido en la vecina Uganda a mediados de los noventa. Aunque los lazos operacionales con el califato ya ca¨ªdo son incluso m¨¢s dif¨ªciles de sostener que los del Sahel, la maquinaria de propaganda del ISIS ya ha mostrado im¨¢genes de sus uniformados y asumido la autor¨ªa de tres ataques este a?o en Beni, en el este de Congo.
Esta suerte de departamento yihadista en el ?frica Central llevar¨ªa su marca m¨¢s all¨¢ de la propia geograf¨ªa, hasta Mozambique, en la franja sureste africana, donde el ISIS ha mostrado ya sus simpat¨ªas hacia un grupo islamista en la regi¨®n de Cabo Delgado. "La clave", se?ala Le Roux, del centro de an¨¢lisis ACSS, "no es la adhesi¨®n al ISIS, sino la fuerza y conexi¨®n de un grupo extremista con la poblaci¨®n. Cuando alguien se une a un grupo radical, no est¨¢ necesariamente pensando en si es el que m¨¢s cerca est¨¢ del ISIS sino en si es el que mejor protege sus intereses". Para esta analista, pese a la fuerza de la marca ISIS, a¨²n hoy, el mayor reto a la seguridad en ?frica lo representan dos organizaciones que amenazan la autoridad del Estado, esto es, Boko Haram en Nigeria y Al Shabab en Somalia. De este ¨²ltimo, por cierto, tambi¨¦n existe una escisi¨®n bajo la esfera del Estado Isl¨¢mico.
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