La guerra encalla en Siria por la resistencia rebelde en su ¨²ltimo feudo
Fuerzas islamistas contienen desde hace m¨¢s de dos meses la ofensiva del r¨¦gimen en Idlib
Tras m¨¢s de ocho a?os de matanzas, la guerra de Siria ha encallado en su batalla final. M¨¢s de 20.000 insurgentes yihadistas y salafistas resisten en Idlib la ofensiva desencadenada hace dos meses por las fuerzas del r¨¦gimen de Damasco. El frente se ha estancado en la ¨²ltima provincia rebelde alzada, donde permanecen bajo los bombardeos tres millones de civiles, la mitad desterrados desde otras zonas del pa¨ªs. La ofensiva ya se ha cobrado 2.500 muertos, destruido cientos de viviendas y expulsado a 300.000 desplazados.
Idlib condensa la internacionalizaci¨®n del conflicto sirio. Las fuerzas leales al presidente Bachar el Asad est¨¢n apoyadas en su avance por la aviaci¨®n rusa, que por primera vez desde su intervenci¨®n directa en la guerra hace cerca de cuatro a?os, no parece estar siendo determinante en las hostilidades.
Las milicias insurrectas de Tahrir al Sham (antiguo Frente al Nusra, filial siria de Al Qaeda) se hicieron con el control de toda la provincia a finales de abril, pese al respaldo de Turqu¨ªa a otros grupos rebeldes islamistas. Esa fue la se?al interpretada por Damasco para librar una batalla que las tensas negociaciones entre Mosc¨² y Ankara hab¨ªan paralizado medio a?o antes.
Las tropas gubernamentales sirias han encontrado en Idlib y ¨¢reas lim¨ªtrofes una resistencia sin precedentes desde el sangriento asedio de Alepo, que se prolong¨® durante los ¨²ltimos seis meses de 2016 en la mitad oriental de la ciudad. La mayor¨ªa de los insurgentes de Idlib son veteranos curtidos en largos a?os de combates que fueron evacuados desde otras provincias tras sucesivas capitulaciones pactadas con el r¨¦gimen. Si ahora son derrotados de nuevo, ya no tienen adonde escapar.
En la actualidad disponen, en cambio, de todo un arsenal de misiles antitanques, seg¨²n fuentes de la oposici¨®n citadas por Reuters, con el que han logrado frenar el avance de los blindados del r¨¦gimen. Incluso se han atrevido a lanzar contraataques en la vecina provincia costera de Lataquia, en la que Rusia mantiene sus ¨²nicas bases aeronavales en el Mediterr¨¢neo. Gracias a la creciente coordinaci¨®n entre los distintos grupos rebeldes, ha asegurado a la misma agencia de noticias un comandante afiliado al Ej¨¦rcito Libre Sirio, alianza insurgente vinculada a Turqu¨ªa, la resistencia se ha reforzado.
Recrudecimiento de las hostilidades
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, que documenta la guerra con informadores sobre el terreno, constata el fracaso de la ofensiva de Idlib. Esta ONG ha registrado la muerte de cerca de 2.500 personas desde que comenzaron las operaciones militares. A partir del pasado mi¨¦rcoles los enfrentamientos se han recrudecido, con un saldo de m¨¢s de un centenar de v¨ªctimas mortales: 57 en el bando de las tropas gubernamentales y 44 en las filas las milicias rebeldes islamistas. Los bombardeos a¨¦reos rusos y del r¨¦gimen sirio se han cobrado la vida de 570 civiles mientras que las contraofensivas insurgentes se ha saldado con al menos 45 civiles muertos, tambi¨¦n seg¨²n el Observatorio.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha condenado los ¨²ltimos bombardeos, que han afectado sobre todo a centros sanitarios. ¡°Ha resultado da?ado el hospital de Maarat al Numan, uno de los m¨¢s importantes de la regi¨®n, y que hab¨ªa sido se?alizado a los beligerantes¡±, advirti¨® Guterres en un comunicado para reclamar que se respeten las instalaciones m¨¦dicas, que han sufrido dos docenas de ataques. Aunque limitada a una provincia, la batalla de Idlib est¨¢ resultando altamente mort¨ªfera y destructiva.
Hace un a?o, la ofensiva de las tropas leales al presidente El Asad para recuperar las provincias meridionales de Quneitra y Deraa, donde naci¨® la revuelta en 2011, se convirti¨® en un paseo militar. La rebeli¨®n huy¨® en desbandada en pocas semanas hacia el norte, o acept¨® los ¡°acuerdos de reconciliaci¨®n¡± (rendici¨®n negociada) con el r¨¦gimen. Desde entonces, dos tercios de Siria se hallan bajo control gubernamental, con influencia rusa y de las milicias proiran¨ªes, mientras Idlib se ha convertido en el ¨²ltimo feudo opositor, bajo la observaci¨®n del Ej¨¦rcito turco, que instal¨® una decena de puestos militares a su alrededor.
La parte occidental de la frontera con Turqu¨ªa est¨¢ en manos de fuerzas turcas y de sus aliados rebeldes, mientras el noreste del pa¨ªs queda para las Fuerzas Democr¨¢ticas Sirias, la alianza rebelde encabezada por las milicias kurdas Unidades de Protecci¨®n del Pueblo (YPG). Los combatientes kurdos que remataron sobre el terreno la derrota del Estado Isl¨¢mico la pasada primavera siguen bajo la tutela de EE UU, que pese al anuncio del presidente Donald Trump a¨²n no se han retirado de Siria.
Dos rivales bien avenidos
Rusia y Turqu¨ªa apoyan respectivamente al r¨¦gimen sirio y a milicias rebeldes, enfrentados en Idlib, mientras mantienen un antiguo entendimiento para evitar que se desborde el conflicto sirio. Tambi¨¦n gozan de buenas relaciones bilaterales, ahora extendidas al plano de la cooperaci¨®n militar. Tanto el presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, como su hom¨®logo turco, Recep Tayyip Erdogan, han demostrado su voluntad de impedir que el final de la guerra caiga por una espiral descontrolada. Con la venta de los misiles S-400, Mosc¨² ha tratado a Ankara como un socio, pese a su pertenencia a la OTAN. Para Turqu¨ªa, que ya acoge a 3,5 millones de refugiados sirios, un aluvi¨®n de cientos de miles de civiles atravesando sus fronteras desde Idlib, si se generalizan las hostilidades, supondr¨ªa un serio rev¨¦s para su estabilidad interna. Putin no parece dispuesto a que eso ocurra.
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