Ra¨ªces europe¨ªstas para la primera presidenta
Hija de un alto funcionario comunitario, Ursula von der Leyen regresa a su ciudad natal para liderar la Comisi¨®n

Reconoce que siempre so?¨® con trasladarse a Bruselas, su ciudad natal, como miembro de la Comisi¨®n Europea. Pero Ursula von der Leyen probablemente no esperaba que el salto llegase hasta el puesto m¨¢s poderoso de una ciudad en la que pas¨® su infancia y en la que se jugar¨¢ el veredicto final sobre su particular trayectoria pol¨ªtica, tan fulgurante como desigual.
Solo dos a?os despu¨¦s de adentrarse en la escena pol¨ªtica local, Von der Leyen se incorpor¨® en 2003 al primer Gobierno de Angela Merkel. Y es la ¨²nica persona que ha pertenecido desde entonces a todos los Ejecutivos de una canciller que la ha mantenido en el cargo de ministra de Defensa a pesar de las grandes cr¨ªticas a su gesti¨®n.
Suele decir que naci¨® europea y se convirti¨® en alemana. Y es que Von der Leyen (Bruselas, 1958) pertenece a la primera generaci¨®n de hijos de funcionarios europeos nacidos en la capital comunitaria al calor de la Comisi¨®n Europea. Su desembarco tiene aires de estreno. Seis d¨¦cadas despu¨¦s de la creaci¨®n del organismo, por primera vez una mujer ocupar¨¢ la presidencia. Y tambi¨¦n por primera vez el cargo recaer¨¢ en una persona nacida en la capital de la UE.
Hija de la germanista Heidi Stromeyer y de Ernst Albrecht, alto funcionario europeo destacado en Bruselas, durante un tiempo no pareci¨® evidente que Von der Leyen fuera a seguir los pasos de su padre en pol¨ªtica.
Sus primeros a?os, como los de tantos otros hijos de pol¨ªticos, diplom¨¢ticos y funcionarios destinados en Bruselas, estuvieron marcados por la intensidad de las ambiciones profesionales paternas. Tras pasar por una de las escuelas europeas de la capital belga, en las que estudian los hijos de los funcionarios comunitarios, Von der Leyen, entonces apellidada Albrecht, lleg¨® a los 13 a?os a Alemania, el pa¨ªs de sus padres y desde entonces el suyo. Una edad delicada para una ruptura tan emocional como el cambio de pa¨ªs. Cabe imaginarla despidi¨¦ndose de una primera hornada de amistades tempranas gestadas en Bruselas. De B¨¦lgica se llev¨® el manejo del franc¨¦s, oxidado despu¨¦s de tantos a?os, que une a su dominio del ingl¨¦s y a conocimientos de neerland¨¦s.
La pol¨ªtica marc¨® la vida del hogar familiar, con Ernst Albrecht convertido en presidente de la regi¨®n de Baja Sajonia con la CDU y con aspiraciones, nunca cumplidas, de llegar a ser canciller federal. Albrecht era una persona tan relevante que su hija lleg¨® a vivir bajo un seud¨®nimo por temor a un atentado del grupo terrorista Fracci¨®n del Ej¨¦rcito Rojo (la temida banda conocida como Baader-Meinhof).
Pero lo que Von der Leyen prefiere recordar de aquella ¨¦poca es que su padre fue el primero en abrir las puertas de Alemania a los refugiados que buscaban un lugar donde reconstruir sus vidas despu¨¦s de la sangrienta Guerra de Vietnam. Un gesto que le marc¨® y que ella ha emulado apoyando la apertura de fronteras de Merkel a los refugiados de la guerra de Siria.
Era el a?o 1978. Pero el momento del compromiso pol¨ªtico personal no hab¨ªa llegado a¨²n para una joven estudiante de Econ¨®micas que decidi¨® seguir los estudios en la prestigiosa London School of Economics. Lleg¨® a Londres en plena bacanal de la revoluci¨®n cultural punk y se sinti¨® embargada por los aires de libertad que cruzaban la capital brit¨¢nica. ¡°Viv¨ª m¨¢s que estudi¨¦¡±, reconoc¨ªa a?os despu¨¦s en una entrevista con Die Zeit. ¡°No me pidan detalles, por favor¡±.
El a?o loco londinense puso fin a la vocaci¨®n de economista y abri¨® el camino a los estudios de Medicina, que completar¨ªa en Hannover en 1987. Pero en el camino sucedieron dos cosas que cambiar¨ªan su vida. Se afili¨® a la CDU ¡ªel partido de Merkel¡ª. Y conoci¨® a Heiko von der Leyen, profesor de Medicina, empresario de biotecnolog¨ªa y arist¨®crata heredero de una longeva dinast¨ªa dedicada al negocio de la seda.
La pareja Von der Leyen tiene siete hijos, una cifra sorprendentemente alta en un pa¨ªs que ronda los 1,6 hijos por mujer. Y en contra de lo que era frecuente en la Alemania de finales de los ochenta, R?schen ¡ªRosita, como la apoda su c¨ªrculo cercano¡ª, no abandon¨® su carrera profesional por la maternidad. Entre los 29 y los 41 a?os dio a luz a David, Sophie, Donata, las gemelas Victoria y Johanna, Egmont y Gracia. "Mis compa?eros de trabajo estaban profundamente decepcionados porque creyeron que nunca regresar¨ªa a mi empleo", dijo al?Financial Times en 2013 al rememorar el nacimiento de su primer hijo.
Lejos de encerrarse en casa, su ascenso en la estructura del partido la llev¨® al Ministerio de Familia, primero en su regi¨®n, y poco despu¨¦s en el Gobierno de Alemania. Ah¨ª dej¨® notar su impronta cuando promovi¨® el aumento de las plazas de guarder¨ªa y m¨¢s ayudas para los padres. Buscaba as¨ª dar soluci¨®n a una de sus grandes obsesiones, vivida y sufrida en carne propia: las dificultades para conciliar trabajo y familia. El movimiento, como su apoyo al matrimonio homosexual, incomod¨® al sector m¨¢s reaccionario de la CDU, partidario de que las mujeres permanezcan en casa al cuidado de los hijos, pero eso no fren¨® a Von der Leyen, acusada por sus cr¨ªticos de ser demasiado individualista en la toma de decisiones.
Su para¨ªso personal se encuentra cerca de Hannover, en una casa de campo fuera de la gran ciudad. All¨ª da de comer a cabras, perros y gallinas y monta a caballo para desconectar. Y all¨ª cuid¨® de su padre, enfermo de alzh¨¦imer, en sus peores momentos. "Cuando tus hijos se van de casa no esperas que haya alguien m¨¢s a quien tengas que cuidar cada minuto. Pero al pensar en cu¨¢nto me ayud¨® en el camino de la vida, me resulta obvio ayudarlo al final de su vida", afirm¨® en una entrevista al diario Die Welt en 2013, un a?o antes de la muerte de su padre.
Ahora, Von der Leyen regresa a Bruselas, un hogar lejano y a la vez cercano por historial familiar, para llevar las riendas de la Comisi¨®n Europea, la m¨¢s importante de las instituciones europeas. Si el calendario previsto se cumple y la Euroc¨¢mara no lo impide, Von der Leyen asumir¨¢ el pr¨®ximo 1 de noviembre la presidencia de la Comisi¨®n Europea, un organismo de m¨¢s de 30.000 funcionarios que marca, en gran parte, el rumbo de la Uni¨®n Europea. Su elecci¨®n el pasado martes en el Parlamento Europeo, por 383 votos a favor y 327 en contra, augura un mandato dif¨ªcil, con un primer reto a la vuelta de la esquina: formar una Comisi¨®n (paritaria, seg¨²n su objetivo) que reciba la confianza de la Euroc¨¢mara despu¨¦s del verano.?
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