La huelga general en Hong Kong provoca el caos en el transporte de la ciudad
Trabajadores del sector financiero, de los medios de comunicaci¨®n y de compa?¨ªas a¨¦reas se han sumado al primer paro en cinco d¨¦cadas
Cuatro d¨ªas consecutivos de movilizaciones y enfrentamientos con la polic¨ªa que han convertido el centro de Hong Kong en el escenario de una batalla campal culminaron este lunes con una convocatoria de huelga general, la primera en cinco d¨¦cadas. El paro ha bloqueado todos los medios de transporte, mientras trabajadores del sector financiero, de los medios de comunicaci¨®n y de compa?¨ªas a¨¦reas se sumaban al mismo. El caos redobl¨® la presi¨®n sobre el Gobierno e inquiet¨® a¨²n m¨¢s a los habitantes de una ciudad cuyo futuro se hace m¨¢s incierto cada d¨ªa que pasa. La crisis pol¨ªtica y social, originada por la protesta contra una ley de extradici¨®n a China, ya dura 10 semanas.
Hong Kong, una ciudad libre gobernada por la dictadura m¨¢s poderosa del mundo, es una anomal¨ªa que la Historia parece apresurarse a corregir. El conflicto m¨¢s grave reciente alcanz¨® este lunes un nuevo cl¨ªmax: la primera convocatoria de paro general desde los a?os sesenta del pasado siglo.
El paro logr¨® taponar la circulaci¨®n de la ciudad a primera hora de la ma?ana en carreteras, metro e incluso el aeropuerto. Ante el co¨¢gulo del tr¨¢fico, Carrie Lam, jefa del Ejecutivo local, reaccion¨® saliendo a la palestra, pero sus primeras palabras tras dos semanas de silencio no sirvieron para aliviar el bloqueo, pues se limit¨® a reafirmarse en su posici¨®n. La discutida jefa del gobierno aut¨®nomo declar¨® en rueda de prensa que ¡°algunos elementos radicales han cambiado la naturaleza de las protestas¡±, para lo que us¨® como ejemplo los da?os sufridos por el emblema nacional chino o la bandera continental que este fin semana acab¨® en aguas de la bah¨ªa.
¡°Estas acciones amenazan la soberan¨ªa y pueden empujar a Hong Kong a un camino de no retorno. ?Queremos utilizar las vidas de siete millones de personas y el futuro de Hong Kong como fichas en esta apuesta?¡±, sentenci¨®, sin dar m¨¢s detalles al respecto, en lo que muchos entendieron como una referencia a una hipot¨¦tica movilizaci¨®n del Ej¨¦rcito chino, ya insinuada en dos ocasiones por Pek¨ªn, y para la que solo ser¨ªa necesaria su aprobaci¨®n.
Lam se neg¨® a hacer ninguna concesi¨®n. Respecto a las cuatro demandas populares, reiter¨® que la ley de extradici¨®n a China ¡ªla demanda que origin¨® el movimiento de protestas¡ª est¨¢ ¡°suspendida¡±. Tambi¨¦n dijo que el departamento policial correspondiente ya ha comenzado a investigar el comportamiento de los agentes en la represi¨®n de las protestas, algo que no satisface a los manifestantes, que piden la intervenci¨®n de un organismo independiente. ¡°No creo que sea la mejor soluci¨®n en este momento¡±, respondi¨® a los que piden su dimisi¨®n.
Represi¨®n policial
La jefa del Ejecutivo parece incapaz de gestionar una situaci¨®n que le ha superado por completo, una idea extendida incluso en los sectores sociales m¨¢s prochinos. Seg¨²n una encuesta del Hong Kong Public Opinion Research Institute, menos de un 20% de la poblaci¨®n conf¨ªa en el Gobierno y un 66% cree que las fuerzas de seguridad se han excedido en su actuaci¨®n.
Otro punto en el que Carrie Lam se detuvo fue la idea de que ¡°las protestas destruir¨¢n la propiedad y la estabilidad de Hong Kong¡±, algo muy significativo en una ciudad que basa su prosperidad en su funci¨®n de enclave para el comercio internacional. En esa misma l¨ªnea se expresaba la semana pasada un informe de la c¨¢mara de comercio de Estados Unidos, que alertaba de que muchas de las empresas asociadas comenzaban a percibir la ciudad como un destino de riesgo para sus inversiones, por lo que muchas estaban optando por desplazarse a otros emplazamientos asi¨¢ticos como Singapur. El Hang Seng, ¨ªndice burs¨¢til hongkon¨¦s, perdi¨® el lunes un 2,85%. En las dos ¨²ltimas semanas, la ca¨ªda alcanza el 5,86%.
Con el paro de este lunes se cierra un ciclo de cuatro d¨ªas de protestas que arrancaron el viernes con una concentraci¨®n de funcionarios para expresar su rechazo al Gobierno del que forman parte y continuaron con enfrentamientos entre manifestantes y antidisturbios en Mong Kok el s¨¢bado y en Causeway Bay este lunes. Ante la actitud cada vez m¨¢s firme de la polic¨ªa, que ha apostado por una pol¨ªtica de detenciones ¡ª420 hasta el lunes¡ª para desincentivar las movilizaciones, la multitud ha puesto en marcha nuevas t¨¦cnicas de guerrilla urbana. En los ¨²ltimos d¨ªas han comenzado a moverse sin descanso por la ciudad, creando el caos a su paso pero evitando cualquier enfrentamiento directo.
No parece que haya espacio ni confianza para la negociaci¨®n. ¡°Cuando durante la revoluci¨®n de los paraguas en 2014 aceptamos la invitaci¨®n del Gobierno para hablar, nuestros l¨ªderes fueron detenidos. No volveremos a cometer el mismo error¡±, proclamaba este lunes un joven manifestante que insist¨ªa en ser identificado como ¡°un hongkon¨¦s, nada m¨¢s¡±. Todo hace pensar que la escalada de los acontecimientos superar¨¢ este cl¨ªmax como otro paso m¨¢s. Qu¨¦ pasar¨¢ con la ciudad de Hong Kong, bella y fr¨¢gil como la flor bauhinia que adorna su bandera, nadie lo sabe.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.