El laborismo busca aliados para echar a Johnson y evitar un Brexit duro
Un nutrido sector de diputados contrarios al Brexit duro aboga por un Gobierno de unidad para frustrar ese escenario
En pleno receso estival del Parlamento brit¨¢nico, se intensifican las maniobras para desalojar a Boris Johnson de Downing Street antes de que ejecute su amenaza de abandonar la UE sin acuerdo. Llegan desde varios frentes del arco pol¨ªtico: mientras el laborismo est¨¢ fraguando un pacto con los independentistas de Escocia ante la perspectiva de un adelanto de las generales en oto?o, un nutrido sector de diputados contrarios al Brexit duro aboga por un Gobierno de unidad para frustrar ese escenario. En ambos casos ser¨ªa necesaria una moci¨®n de censura contra el primer ministro, que todos dan por hecha tras el verano.
En su condici¨®n de jefe de la oposici¨®n, corresponde al laborista Jeremy Corbyn presentar una moci¨®n de censura contra Johnson, que podr¨ªa ganar con el apoyo de los esca?os ¡ªincluidos varios conservadores¡ª opuestos a decir adi¨®s a Europa el 31 de octubre sin un acuerdo con Bruselas. El gran objetivo de Corbyn es forzar la convocatoria de elecciones legislativas anticipadas para desbancar a los tories. Las ¨²ltimas encuestas no son, sin embargo, favorables al laborismo, cuyos votantes de las grandes ciudades desconf¨ªan de la ambig¨¹edad respecto a Europa del l¨ªder, un izquierdista muy cr¨ªtico con la UE.
En ese punto entra en escena el independentista SNP escoc¨¦s, radicalmente contrario a un Brexit a las bravas, pero que utiliza esa amenaza para justificar un nuevo refer¨¦ndum (ya hubo uno en 2014) sobre la independencia del territorio auton¨®mico. El laborismo, por primera vez, se dice dispuesto a ¡°no bloquear¡± la convocatoria de un nuevo plebiscito soberanista a cambio de forjar una alianza poselectoral con el SNP en el caso de que hubiera comicios anticipados. Aunque Nicola Sturgeon, jefa del Gobierno de Escocia, no se declara ¡°una gran fan¡± de Corbyn, especialmente en cuanto a su confusa y cambiante posici¨®n sobre el Brexit, acaba de abrir la puerta a una ¡°alianza progresista¡± con el laborismo para evitar que los conservadores retengan el Gobierno.
¡°Es el Parlamento de Escocia quien debe decidir si quiere celebrar otro refer¨¦ndum. Nosotros [los laboristas] no bloquear¨ªamos tal decisi¨®n que corresponde al pueblo escoc¨¦s. De eso versa la democracia¡±, dijo el martes el n¨²mero dos de Corbyn, John McDonnell. Esa declaraci¨®n pas¨® inadvertida para muchos observadores, pero The Times la insert¨® ayer como tema principal de su portada en una advertencia a Johnson. La de que el Reino Unido puede acabar desmembr¨¢ndose si el primer ministro persiste en su empe?o de llevar el Brexit duro hasta sus ¨²ltimas consecuencias.
La perspectiva de que Corbyn pudiera relevar a Johnson al frente del Gobierno no seduce ni se ve como una soluci¨®n por el frente multipartito que quiere evitar a toda costa el desengarce brit¨¢nico de la UE en octubre. Ese bloque diverso en cuanto a filiaci¨®n pol¨ªtica, pero unido en su determinaci¨®n de poner coto a un Brexit salvaje, juega con el escenario del ¨¦xito de una moci¨®n de censura contra Johnson para proponer acto seguido un Gobierno de unidad nacional. El ¨²nico prop¨®sito de esa operaci¨®n ser¨ªa parar el reloj que aboca hacia el Brexit y solicitar a la UE una pr¨®rroga en la activaci¨®n del art¨ªculo 50 del Tratado de Lisboa sobre la salida de uno de sus miembros.
No todos los diputados laboristas apoyar¨ªan esa iniciativa ¡ªhay esca?os ganados en circunscripciones que abrazan el Brexit¡ª, pero s¨ª una porci¨®n importante a la que se sumar¨ªan los europe¨ªstas del Partido Liberal Dem¨®crata, los nacionalistas escoceses y galeses y un pu?ado de parlamentarios independientes. Esos son los c¨¢lculos del conservador Dominic Grieve, ex fiscal general, cabecilla rebelde entre sus propias filas y activista contra el Brexit duro.
Escenarios
Ante la posici¨®n de Grieve se ha plantado el principal asesor de Downing Street, Dominic Cummings, alegando que la victoria euroesc¨¦ptica en el refer¨¦ndum del 2016 no va a ser revertida, cualesquiera que sean los medios para cumplirlo. Cummings, el gran estratega de aquella campa?a del Vote Leave apoyada en muchas mentiras, ha llegado a sugerir que si Johnson pierde una moci¨®n de censura no se sentir¨¢ obligado a abandonar el cargo inmediatamente. En su mano estar¨ªa la convocatoria del calendario para nuevas elecciones, que fijar¨ªa para despu¨¦s del 31 de octubre y una vez ejecutado el Brexit a las bravas. Con ese lema, el de haber hecho posible el resultado de las urnas de 2016, aspirar¨ªa a neutralizar a la ultraderecha euroesc¨¦ptica (el Partido del Brexit, de Nigel Farage) y ganar los comicios.
El escenario que plantea Cummings entra?a una crisis constitucional. Si Johnson se aferrara al puesto una vez perdida su mayor¨ªa en una moci¨®n de censura, ?qu¨¦ deber¨ªa hacer Isabel II en su papel de ¨¢rbitro? ¡°Dispensarle de sus servicios¡±, es la respuesta de Grieve. El contraataque de Cummings aparece lapidario: el Boris m¨¢s populista esgrimir¨¢ el lema de ¡°el poder del pueblo frente a los pol¨ªticos¡± para resistirse.??
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