Menos tiempo para adaptarse al Brexit de Johnson
Las empresas advierten de que la incertidumbre por la desconexi¨®n brit¨¢nica es "extremadamente elevada"
Dise?ar un plan de negocio lleva su tiempo. Adaptarlo a la amputaci¨®n de uno de los mercados en los que operas tambi¨¦n tiene su aquel. El Brexit de Boris Johnson parece haber puesto fin a los tiempos de medias tintas para encarar una loca carrera sin frenos hacia el precipicio, haya o no red aguardando debajo. En la espera hasta el 31 de octubre, la en¨¦sima fecha supuestamente irreversible para la salida brit¨¢nica, las empresas europeas afinan sus estrategias para el d¨ªa despu¨¦s entre el temor a lo desconocido y el rechazo a seguir prolongando una agon¨ªa que dura ya m¨¢s de tres a?os.
Para evitar el caos el 1 de noviembre, Bruselas ha preparado planes de contingencia que colocar¨¢n el respirador artificial a la actual relaci¨®n con el Reino Unido. Despu¨¦s, la desconexi¨®n lo convertir¨¢ en un pa¨ªs tercero como cualquier otro si un acuerdo de ¨²ltima hora no lo impide. La Comisi¨®n admite que esas medidas "en ning¨²n caso podr¨¢n atenuar el impacto global de la falta de acuerdo", "ni reproducir¨¢n plenamente las ventajas de la adhesi¨®n a la Uni¨®n o las condiciones de un eventual periodo de transici¨®n", pero se puede decir que pavimentan el camino al vac¨ªo.
El calendario est¨¢ fijado. Las fechas estaban previstas para la salida en marzo, pero el aplazamiento del Brexit ha reducido los plazos para que las empresas se amolden. El transporte de mercanc¨ªas ser¨¢ la primera v¨ªctima propiciatoria de la reacci¨®n en cadena. La UE solo garantiza a los operadores brit¨¢nicos las mismas condiciones que a los europeos hasta el 31 de diciembre. Al empezar 2020, esa protecci¨®n desaparece, y si se cumplen los peores augurios, habr¨¢ grandes perturbaciones y colas en el concurrido t¨²nel del canal de la Mancha. Solo por el paso de Dover a Calais transitan cada d¨ªa m¨¢s de 11.000 camiones, es decir, cuatro millones al a?o.
De tres meses m¨¢s dispondr¨¢n las aerol¨ªneas. La UE garantiza la conectividad a¨¦rea b¨¢sica hasta el 30 de marzo, lo que ¨²nicamente permitir¨ªa a las compa?¨ªas brit¨¢nicas (entre ellas, Iberia y Vueling, integradas en IAG) vuelos de ida y/o vuelta entre un aeropuerto del Reino Unido y uno de la UE. Una vez concluido ese periodo, se restringir¨ªan las opciones de conexi¨®n.
Ese mismo 30 de marzo terminar¨¢ el periodo de gracia para los servicios financieros. "Los bancos europeos est¨¢n preparados para lidiar con el peor escenario", tranquilizan desde la Federaci¨®n Bancaria europea. Sin embargo, desde la entidad reconocen que hay temor a que los flujos de datos bancarios entre el Reino Unido y la UE se topen con restricciones. Los espa?oles Banco Santander y el Banco Sabadell est¨¢n entre los m¨¢s expuestos a esos vaivenes por su amplia presencia en el Reino Unido. Aunque su negocio est¨¢ m¨¢s enfocado en particulares que en banca de inversi¨®n o empresas, la vulnerabilidad de la libra puede seguir lastrando su cuenta de resultados.
Desde la patronal empresarial Business Europe advierten de que el nivel de incertidumbre es "extremadamente elevado" ante el alto riesgo de no acuerdo. La organizaci¨®n se muestra partidaria de evitar ese escenario, pero no a costa de prolongar la incertidumbre durante mucho m¨¢s tiempo. Las cifras del shock tampoco est¨¢n claras ."Es dif¨ªcil cuantificar el impacto de un Brexit sin acuerdo porque el nivel de integraci¨®n UE-Reino Unido es extremadamente alto. Las empresas est¨¢n acostumbradas a trabajar con el mercado del Reino Unido como si fuera su mercado interno. Si no hay acuerdo, el Reino Unido ser¨¢ como cualquier otro tercer pa¨ªs, pero sin ninguna red comercial de seguridad. Pasar¨¢ de la plena integraci¨®n con la UE a ser un pa¨ªs sin acuerdo con la UE, y no hay muchos en esa situaci¨®n", concluyen.
El momento para desencadenar la ruptura dif¨ªcilmente pod¨ªa ser m¨¢s inoportuno. Con la guerra comercial y de divisas entre EE UU y China haciendo temblar los mercados, y Matteo Salvini rompiendo el Gobierno italiano, los riesgos pol¨ªticos empujan a la econom¨ªa europea hacia la desaceleraci¨®n, y tras un segundo trimestre en negativo, el Reino Unido bordea la recesi¨®n. "El gran reto para el Gobierno brit¨¢nico ser¨¢ el hecho de que las relaciones con la UE, el principal mercado del Reino Unido y su mayor proveedor de bienes y servicios, as¨ª como su principal aliado en investigaci¨®n, seguridad y pol¨ªtica exterior, estar¨¢n bajo presi¨®n por un per¨ªodo de tiempo m¨¢s o menos largo. Eso supondr¨¢ un coste econ¨®mico y pol¨ªtico incalculable, incluso si el Reino Unido logra construir lazos m¨¢s estrechos con China y los Estados Unidos, lo cual est¨¢ por ver", dice Andr¨¦ Sapir, analista del think tank Bruegel.
Hay quien ve en el desaf¨ªo de Johnson de apostar todo al choque de trenes una secuela del cap¨ªtulo griego protagonizado por Yanis Varoufakis, que termin¨® con este fuera del Gobierno. Para Nicolas V¨¦ron, economista de Bruegel y del Peterson Institute, el diagn¨®stico es otro: Johnson,?el primero de los autores intelectuales de la campa?a por la salida de la UE que asume directamente la responsabilidad de levar el ancla brit¨¢nica de puerto comunitario, acabar¨¢ cediendo. "No estoy con lo que parece ser la opini¨®n mayoritaria de que hay una alta probabilidad de no acuerdo. Creo que el escenario m¨¢s probable es la ratificaci¨®n del actual o de uno muy parecido. Lo que dice el Gobierno de Boris Johnson no tiene mucha credibilidad. No es una indicaci¨®n de lo que van a hacer. Interpreta una estrategia de negociaci¨®n expresamente preparada para el p¨²blico brit¨¢nico seg¨²n la cual se muestra inflexible", predice.
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