Chechenia, un cuestionado destino tur¨ªstico
Ramz¨¢n Kad¨ªrov, fiel aliado de Putin, busca atraer visitantes pese a las denuncias por la vulneraci¨®n de los derechos humanos
Como si fuera una estrella del rock, Jeda y Fatim¨¢ Bagaeva atesoran en sus m¨®viles decenas de fotograf¨ªas de Ramz¨¢n Kad¨ªrov. De uniforme, en ch¨¢ndal, con sombrero¡ El exc¨¦ntrico l¨ªder de Chechenia, firme aliado de Vladimir Putin, sonr¨ªe tambi¨¦n desde el salvapantallas de los tel¨¦fonos de las dos hermanas, finamente maquilladas y cubiertas con un pa?uelo de seda blanco. ¡°Es un patriota, un orgullo para Chechenia¡±, recalca Jeda, de 20 a?os. La joven contable de ojos almendrados ha salido a pasear por el parque Grozni Mar del brazo de su madre y de su hermana Fatim¨¢, de 17. Al fresco de la noche y rodeadas de grupitos de j¨®venes y familias con ni?os, observan el espect¨¢culo de chorros de agua y luz al ritmo de la m¨²sica que el Ayuntamiento de Grozni programa dos d¨ªas por semana en el lago.
Cualquier rastro de guerra se ha barrido de la capital de Chechenia (1,3 millones de habitantes), una regi¨®n predominantemente musulmana en el turbulento C¨¢ucaso norte ruso. Kad¨ªrov ha gastado? millones de euros ¡ªen su mayor¨ªa procedentes de los programas de financiaci¨®n estatales de Rusia¡ª en reconstruir la ciudad en ruinas tras las dos contiendas (1994-1996 y 2000-2003) entre las fuerzas federales enviadas por Mosc¨² y los independentistas chechenos que llegaron al poder al derrumbarse la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Hoy abundan los caf¨¦s, las boutiques y acaba de terminarse la construcci¨®n de una calle peatonal, ribeteada de bancos y ¨¢rboles.
Y de Grozni, al resto de la regi¨®n. Pese a los lacerantes informes y el escrutinio internacional por constantes violaciones de los derechos humanos, los ataques a opositores, las represalias y torturas contra los insurgentes y la brutal represi¨®n de los homosexuales, Kad¨ªrov sue?a con convertir Chechenia en un destino tur¨ªstico. Con un par de estaciones de esqu¨ª, torneos deportivos y resorts de lujo que puedan impulsar econ¨®micamente la regi¨®n de exuberantes bosques. Ahora, planea instalar oficinas de turismo en Par¨ªs, Berl¨ªn o Estambul.
Ramz¨¢n Kad¨ªrov, una vez rebelde y hoy aupado ¡ªy mantenido¡ª en el poder por Vlad¨ªmir Putin tras el asesinato en un atentado en 2004 de su padre, Ajm¨¢t Kad¨ªrov, gobierna la regi¨®n con pu?o de hierro. El l¨ªder checheno, de 42 a?os, en la lista de sancionados por EE UU por sus ataques contra los derechos humanos, sofoca inmediatamente cualquier amago de cr¨ªtica u oposici¨®n. Y mientras tanto, el Kremlin premia su fidelidad y la estabilidad de la regi¨®n mirando hacia otro lado ante las denuncias de las vulneraciones de derechos o los informes que implican a chechenos en los asesinatos del opositor ruso Bor¨ªs Nemtsov, en Mosc¨², y de la activista de derechos humanos Natalia Estim¨ªrova.
Chechenia, una de las regiones m¨¢s subsidiadas de Rusia ¡ªm¨¢s de un 80% de su presupuesto, el equivalente en rublos a mil millones de euros en 2018, proviene de programas federales¡ª, atrajo a 90.000 turistas en 2016. El a?o siguiente, a 130.000. En 2018, coincidiendo adem¨¢s con el Mundial de F¨²tbol ¡ªfue sede de la selecci¨®n de Egipto¡ª, la visitaron 146.670 personas; entre ellas, solo 5.928 extranjeros, seg¨²n los datos del Ministerio de Turismo checheno. Djambulat Umarov, ministro de Pol¨ªtica Interna e Informaci¨®n checheno, asegura que la regi¨®n tiene ¡°mucho potencial¡±.
En el restaurante de un nuevo hotel de la estaci¨®n de invierno de Veduchi, Umarov habla entre otras cosas del desarrollo del centro de esqu¨ª, que Kad¨ªrov inaugur¨® el a?o pasado. Una estaci¨®n en la que se invertir¨¢n, si todo sale seg¨²n lo previsto, 110 millones de euros de fondos estatales y que planea tener 17 pistas y hoteles con capacidad para unos 5.000 hu¨¦spedes.
Hace unos d¨ªas, el diario ruso Novaya Gazeta publicaba otro informe con evidencia de las torturas y ejecuci¨®n extrajudicial de 27 personas sospechosas de terrorismo hace dos a?os. Pero el ministro de Informaci¨®n no parece pensar que los informes sobre la vulneraci¨®n de los derechos civiles vayan a preocupar a los potenciales turistas. ¡°No hacemos ejecuciones extrajudiciales. Queremos que queden vivos porque les interrogamos y hacemos un trabajo de prevenci¨®n¡±, afirma Umarov a un grupo de periodistas occidentales. ¡°?Torturas? Cuentan muchas cosas. Hans Christian Andersen tambi¨¦n escribi¨® muchos cuentos¡±, a?ade agitando las manos.
Umarov asegura tambi¨¦n sin pesta?ear que las denuncias sobre las oleadas de purgas contra gais y lesbianas en Chechenia son parte de una ¡°guerra de informaci¨®n¡±. ¡°Entiendan: aqu¨ª no existe la homosexualidad. Ni como una cultura ni como una subcultura; nuestra sociedad es diferente¡±, asevera. ¡°Nuestros valores son muy tradicionales y nuestra heterosexualidad es f¨¦rrea¡±, zanja.
No quedan en Chechenia organizaciones de derechos civiles o activistas que, abiertamente, reporten sobre el terreno. Las ONG y otros organismos internacionales, acosados por el r¨¦gimen de Kad¨ªrov que los ha llegado a acusar de amparar a terroristas, se han retirado. ¡°Lo que sale a la luz es solo una peque?a parte de lo que sucede. Cosas que la gente no tuvo miedo de contarnos para que fuese difundido¡±, lamenta Oyub Tit¨ªev, de 61 a?os, director hasta hace unos meses de la oficina en Grozni de la organizaci¨®n Memorial. Tit¨ªev ha cumplido un a?o y tres meses de prisi¨®n. Fue acusado y condenado a cuatro a?os por posesi¨®n de drogas que asegura que las autoridades plantaron en su coche, una acci¨®n m¨¢s del acoso que ha sufrido durante sus m¨¢s de tres lustros de trabajo en la regi¨®n. Hace algo m¨¢s de un mes, tras un recurso judicial, fue liberado anticipadamente y se ha instalado en Mosc¨².
¡°La principal amenaza a los derechos humanos en Chechenia es el derecho a vivir. Tambi¨¦n a moverse con libertad, a la libertad de expresi¨®n; todo lo garantizado por la Constituci¨®n rusa. Y no solo en esa regi¨®n, estos derechos est¨¢n siendo reprimidos en toda Rusia¡±, remarca. Sentado junto a un retrato de Natalia Ester¨ªmova, su predecesora en la direcci¨®n de Memorial en Grozni, asesinada hace 10 a?os sin que hasta hoy se haya encontrado y castigado a los culpables, Tit¨ªev sostiene adem¨¢s que Chechenia es ¡°un campo de pruebas¡± para Mosc¨². Y rechaza los esfuerzos de la Administraci¨®n de Kad¨ªrov para pulir la imagen de la regi¨®n con la acogida de turistas: ¡°Si pudiera elegir d¨®nde ir de vacaciones: Canarias, Turqu¨ªa o Chechenia ?d¨®nde ir¨ªa?¡±.
A orillas del lago Kezenoyam, a unos 100 kil¨®metros de Grozni o dos horas y media por tormentosas? carreteras, Tamara Umaeva comenta que tiene la esperanza de que las hospitalarias tradiciones de Chechenia atraigan a los visitantes. Mientras sirve t¨¦ caliente y viandas a los participantes y espectadores de la regata Ajm¨¢t, en honor del padre de Ramz¨¢n Kad¨ªrov, Umaeva, pensionista de 65 a?os con cuatro hijos y 11 nietos, reconoce que la situaci¨®n econ¨®mica en la regi¨®n no es ideal. ¡°Como en toda Rusia¡±, dice encogi¨¦ndose de hombros. ¡°Pero en Chechenia la situaci¨®n ha mejorado mucho. Ojal¨¢ no haya nunca m¨¢s una guerra¡±, repite.
La regi¨®n del C¨¢ucaso norte tambi¨¦n sufre graves problemas econ¨®micos por las sanciones internacionales y la ca¨ªda del precio del petr¨®leo. Como en todo el pa¨ªs euroasi¨¢tico, los ingresos reales corrientes de los chechenos han ca¨ªdo un 13% desde que Rusia se anexion¨® la pen¨ªnsula ucrania de Crimea, en 2014. Y a eso se a?ade que, seg¨²n los analistas, Chechenia tiene importantes problemas de corrupci¨®n que desecan sus arcas y lastran a¨²n m¨¢s la econom¨ªa.
Sin embargo, la frase ¡°todo est¨¢ mejor¡± es como un mantra repetido por cualquiera que hable abiertamente en esta regi¨®n del C¨¢ucaso norte. En privado algunos chechenos, sobre todo aquellos que han viajado, reconocen que las libertades han sufrido. Pero nadie con nombre y apellidos y que a¨²n viva en Chechenia quiere recordar la guerra. O hablar de represi¨®n. Las noticias de Grozni TV son un constante reportaje propagand¨ªstico del l¨ªder checheno, que ha construido su dominio en gran medida alimentando el culto a su persona: Kad¨ªrov recibiendo en su despacho a un ni?o de cinco a?os que sue?a con ser guardaespaldas, de visita a un pueblo de alta monta?a con un equipo de primeros auxilios, despachando con sus consejeros.
En un escenario junto al lago Kezenoyam, un grupo de m¨²sica tradicional y de bailarines ameniza el anuncio de los ganadores de la regata Ajm¨¢t. A unos pocos metros, otro de esos constantes carteles con la fotograf¨ªa del l¨ªder checheno, con su caracter¨ªstica barba pajiza, lo observa todo con ojos inanimados. Isma¨ªl M¨¦guisev, joven profesor de 21 a?os, y un grupo de tres amigos, comen pipas justo al lado. ¡°Todo lo que se dice en Europa sobre nosotros son puros estereotipos¡±, dice. Y mientras mira de reojo el enorme p¨®ster, a?ade: ¡°Esta es la regi¨®n m¨¢s segura de Rusia. Y todo gracias a Ramz¨¢n Kad¨ªrov¡±.
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