Macron y Putin se aproximan en v¨ªsperas del G7 sin Rusia

Emmanuel Macron quiere anclar a Rusia en Europa, integrarla de nuevo en el juego de las potencias occidentales. El esfuerzo puede parecer vano. El presidente franc¨¦s se ha autoerigido en el portavoz de las democracias liberales que su hom¨®logo ruso, Vlad¨ªmir Putin desprecia por obsoletas. Pero este lunes volver¨¢ a intentarlo. Macron recibir¨¢ a Putin en el fuerte de Br¨¦gan?on, su residencia de verano a orillas del Mediterr¨¢neo. La reuni¨®n se celebra cinco d¨ªas antes de la cumbre del G7 en Biarritz (Francia), cumbre a la que Rusia no est¨¢ invitada desde que la anexi¨®n ilegal de Crimea en 2014 provoc¨® su expulsi¨®n.

La visita de Putin marca el inicio, para el presidente franc¨¦s, de su gran semana internacional, que culminar¨¢ con el G7. Llega reforzado, despu¨¦s de decantar los nombramientos de los cargos m¨¢s relevantes de la Uni¨®n Europea. La anunciada retirada de la canciller alemana, Angela Merkel, le deja espacio como l¨ªder m¨¢s influyente del club. Los bandazos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, crean otro vac¨ªo. Macron reclama la llamada tradici¨®n gaullo-mitterrandiana, por los presidentes De Gaulle y Mitterrand: Francia como mediadora entre potencias y como factor de equilibrio en el desorden global.

"El objetivo, muy acertado y formulado varias veces por Emmanuel Macron, es rearrimar Rusia a Europa, y corregir la pol¨ªtica occidental inconsecuente de los ¨²ltimos a?os, que ha empujado a Rusia hacia China", resume el exministro franc¨¦s de Exteriores, Hubert V¨¦drine, en una entrevista en el diario Le Figaro. "En la ¨¦poca de la URSS se hablaba con la URSS, a escala internacional hab¨ªa encuentros con los dirigentes sovi¨¦ticos quiz¨¢ incluso m¨¢s que con los rusos hoy", dijo esta semana una fuente del El¨ªseo. "No por tener diferencias con Rusia se deja de hablar con Rusia", a?adi¨®.

El ejercicio es delicado. ?C¨®mo conjugar el di¨¢logo con Putin y la defensa de los valores democr¨¢ticos y liberales? ?C¨®mo cortejarlo sin obviar las cr¨ªticas a su trato a la oposici¨®n ni los motivos que en 2014 llevaron a las sanciones occidentales y a la exclusi¨®n del G7? ¡°La pol¨ªtica rusa no se ha suavizado desde los golpes de fuerza que causaron un aislamiento de Rusia. La pol¨ªtica de Putin es igual de agresiva. No hay motivo para cambiar, para intentar reintegrar a Rusia en el juego¡±, dice la historiadora Fran?oise Thom, autora del libro Comprendre le poutinisme (Entender el putinismo). Y avisa: ¡°Es contraproducente darle a Putin el argumento de que los europeos miran a Rusia, de que el sistema ruso cada vez atrae a m¨¢s europeos, de que incluso alguien como Macron, campe¨®n del liberalismo, est¨¢ obligado a tratar con Putin. No hay que dar argumentos a la propaganda del Kremlin, que permite reforzar a un r¨¦gimen que cada vez m¨¢s rusos rechazan¡±.

En Br¨¦gan?on, Macron y Putin se reunir¨¢n cara a cara y despu¨¦s cenar¨¢n con sus equipos. Hablar¨¢n de Ucrania y Siria, motivo de divergencia entre ambos. Y de Ir¨¢n, donde Par¨ªs y Mosc¨² coinciden en la defensa del acuerdo nuclear de 2015 ante la retirada de EE UU y la voluntad iran¨ª de eludir parte de los compromisos.

¡°Hay una pol¨ªtica de peque?os pasos, una pol¨ªtica prudente. Se intenta avanzar. Porque Francia y Rusia son miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU. Y porque necesitamos a Rusia para hablar de Oriente Pr¨®ximo, de Siria, de Ir¨¢n. En estos temas no se puede avanzar sin Rusia¡±, dice Claude Blanchemaison, antiguo embajador franc¨¦s en Mosc¨² y en Madrid, y autor del libro Vivre avec Poutine (Vivir con Putin). Y en Ucrania, el nuevo presidente, Volod¨ªmir Zelenski, puede abrir perspectivas de negociaci¨®n, seg¨²n el El¨ªseo.

El veterano diplom¨¢tico define as¨ª la idea gaullo-mitterrandiana que Macron invoca para explicar su pol¨ªtica exterior: ¡°Significa tener en cuenta las realidades del momento y no encerrarse en esquemas preconstruidos e ideol¨®gicos. Adem¨¢s, ya no hay un mundo bipolar, ni la Guerra Fr¨ªa. No hay motivo para aplicar un esquema que sea el de los neoconservadores americanos para dejar a Rusia en el ostracismo ni tampoco el de los que, a la inversa, piensan que Rusia siempre tiene raz¨®n¡±. Y a?ade: ¡°La pol¨ªtica de Trump hace a¨²n m¨¢s necesario un di¨¢logo en la Gran Europa. La prioridad es la Uni¨®n Europea, es la construcci¨®n europea, pero en cuestiones de seguridad tambi¨¦n hay que hablar con los rusos¡±.

El di¨¢logo entre Macron y Putin nunca se ha interrumpido, desde la primera reuni¨®n en Versalles, en mayo de 2017, pocos d¨ªas despu¨¦s de que el franc¨¦s llegase al poder. Despu¨¦s Macron visit¨® San Petersburgo y Putin regres¨® a Par¨ªs en noviembre de 2018 para la conmemoraci¨®n del final de la Primera Guerra Mundial. El fuerte de Br¨¦gan?on es una nueva etapa en la danza ambigua entre los dos hombres, el experimentado ruso y el joven franc¨¦s.

¡°Macron intenta seducir a Putin agasajando su gusto por la historia, la cultura. Cita a escritores rusos, le recibe en Versalles y ahora en Br¨¦gan?on, donde durmi¨® De Gaulle y Mitterrand recibi¨® al canciller Helmut Kohl. Ambos comparten este gusto por la puesta en escena cultural e hist¨®rica¡±, explica Michel Eltchaninoff, autor de Dans la t¨ºte de Vladimir Poutine (En la mente de Vlad¨ªmir Putin) y redactor jefe de la revista Philosophie. ¡°Al mismo tiempo, son adversarios ideol¨®gicos. Putin apost¨® en Francia por la elecci¨®n de Marine Le Pen. Y Macron quiere ser el jefe de filas de la Europa liberal que ideol¨®gicamente se enfrenta con la Europa identitaria y autoritaria que Putin intenta promover¡±.

Existe el riesgo de que el presidente ruso instrumentalice la reuni¨®n para mostrarse como un l¨ªder asequible, avisa Eltchaninoff. El momento no es el mejor, en su opini¨®n. ¡°Recibir a Putin justo antes del G7, dando la impresi¨®n de que Rusia y Francia se pondr¨¢n de acuerdo en cierto n¨²mero de temas, y cuando en Mosc¨² hay una represi¨®n feroz y una denegaci¨®n de la democracia, es una coincidencia desafortunada¡±, explica. ¡°La ¨²nica manera para Macron de mantener la cabeza alta en este encuentro es ser muy convincente en la cuesti¨®n del respeto de los derechos humanos, de los nuevos disidentes rusos¡±.