El agosto horrible de Argentina
Macri vive un final de mandato ag¨®nico, con depreciaciones continuas de la moneda y riesgo de suspensi¨®n de pagos
¡°Nos toca vivir de nuevo la misma historia¡±, dijo un importante intermediario financiero, en un restaurante de Buenos Aires. ¡°Otra vez lo mismo¡±, suspir¨® una empleada dom¨¦stica mientras planchaba en un apartamento de Recoleta. ¡°Los argentinos nunca aprendemos¡±, mascull¨® un camarero. Entre la angustia y la resignaci¨®n, Argentina soporta su en¨¦sima crisis. Los elementos son los de siempre: alta inflaci¨®n, falta de crecimiento, depreciaci¨®n del peso, necesidad de d¨®lares e incapacidad para pagar las deudas. La semana que se cierra hoy ha sido de v¨¦rtigo. Agosto ha sido un mes horrible. Y cunde la sensaci¨®n de que lo peor est¨¢ a¨²n por llegar.
Hern¨¢n Lacunza asumi¨® la cartera de Hacienda el 17 de agosto. Solo once d¨ªas despu¨¦s, el pasado mi¨¦rcoles, se vio forzado a despertar los peores fantasmas del pasado: anunci¨® que la deuda ser¨ªa ¡°reperfilada¡± (cada crisis tiene su neologismo), es decir, que no se pagar¨ªa en la fecha debida, con el fin, dijo, de ahorrar reservas, apuntalar el peso, tranquilizar los mercados y reducir el riesgo-pa¨ªs. Dos d¨ªas despu¨¦s, el riesgo-pa¨ªs (el sobreprecio que exigir¨ªa un prestamista) hab¨ªa saltado de 2.100 a 2.500, el d¨®lar hab¨ªa pasado de 60 a 62 pesos, los mercados segu¨ªan en alarma roja y las agencias de calificaci¨®n de deuda empezaban a mencionar la palabra m¨¢s temida: default, o suspensi¨®n de pagos. Otra vez.
Todo el mes de agosto fue una pesadilla para la econom¨ªa argentina. El momento clave se produjo con las elecciones primarias del d¨ªa 11, esas que seg¨²n el presidente Mauricio Macri iban a definir ¡°los pr¨®ximos 30 a?os¡±: Macri sufri¨® un descalabro monumental (49% frente a 33%) y qued¨® claro que el pr¨®ximo presidente no iba a ser ¨¦l, sino el peronista Alberto Fern¨¢ndez, acompa?ado en la vicepresidencia por la muy amada y muy odiada ex presidenta Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner. Los indicadores financieros se desplomaron al d¨ªa siguiente, lunes. El drama de agosto se resume con unas pocas cifras: la Bolsa de valores cay¨® un 72%, el peso se depreci¨® un 38%, el valor de la deuda en bonos se redujo un 55% y la inflaci¨®n se descontrol¨®. A¨²n no hay cifras oficiales, pero se estima que los precios habr¨¢n subido al menos un 5% en un mes. Eso sit¨²a la inflaci¨®n interanual en torno al 60%.
Para Macri, evidentemente conmocionado desde las primarias, y para el conjunto de coalici¨®n en el gobierno, el desplome se debe al temor de los inversores a un regreso del kirchnerismo. Ese factor cuenta, sin duda. Pero tambi¨¦n cuentan los errores de Macri, a quien la deuda se le fue de las manos (por lo que se vio obligado a buscar auxilio contrayendo una deuda adicional de 57.000 millones de d¨®lares con el Fondo Monetario Internacional), que no fue capaz de dome?ar la inflaci¨®n, que provoc¨® una recesi¨®n con su pol¨ªtica austeridad y, sobre todo, que no supo percibir el malestar que se respiraba en los hogares de un pa¨ªs en el que m¨¢s de un tercio de la poblaci¨®n vive en la pobreza, y casi el 10% sufre deficiencias alimentarias severas.
La grieta pol¨ªtica, m¨¢s profunda
Abrumado por la situaci¨®n, y tras una delirante declaraci¨®n tras la derrota en las primarias (acus¨® a los argentinos de haber votado mal), Mauricio Macri ofreci¨® di¨¢logo a su rival Alberto Fern¨¢ndez. Di¨¢logo, consenso, acuerdo de m¨ªnimos: los pol¨ªticos reciben esa reclamaci¨®n desde casi todos los ¨¢mbitos.
Pero el sistema electoral est¨¢ mostrando su lado m¨¢s perverso. Fern¨¢ndez solo ha ganado unas primarias, no las elecciones reales, que quedan a¨²n muy lejos (el 27 de octubre), y para consolidar su ventaja, y disponer de manos libres cuando ocupe la Casa Rosada, necesita desvincularse de la pol¨ªtica de Macri. Macri, a su vez, necesita recortar diferencias para que su coalici¨®n, Juntos por el Cambio, pase a la oposici¨®n con unos n¨²meros dignos, y ello requiere atacar a Fern¨¢ndez y al kirchnerismo. Cosa que hacen con ferocidad su candidato a la vicepresidencia, el ex peronista Miguel? ?ngel Pichetto, y su inefable aliada Lilita Carri¨®. ?Resultado? La grieta pol¨ªtica es m¨¢s profunda que nunca, justo cuando har¨ªa falta lo contrario.
Fern¨¢ndez pareci¨® romper la baraja el pasado viernes, cuando declar¨® a The Wall Street Journal que Argentina estaba ¡°en suspensi¨®n de pagos virtual¡±. Lo hab¨ªa dicho ya en junio, pero entonces el abismo no se encontraba tan cerca y no se escuchaban sus palabras con tanta atenci¨®n. Ni el FMI, ¨²nico prestamista efectivo que le queda a Argentina m¨¢s all¨¢ de sus fronteras, mostraba entonces los actuales resquemores.
El pr¨¦stamo de 57.000 millones concedido en septiembre de 2018, el mayor en la historia del organismo, fue una apuesta personal de la entonces directora Christine Lagarde, respaldada por Donald Trump, amigo personal de Macri. Trump ahora prefiere no hablar de Argentina, Lagarde se ha ido al Banco Central Europeo y los t¨¦cnicos del Fondo, que siempre tuvieron dudas, comprueban que han dejado de cumplirse las condiciones bajo las que se concedi¨® la ayuda (Macri ha adoptado varias medidas de tono populista para reducir su impopularidad) y que desde Buenos Aires se plantea la necesidad de renegociar porque, seg¨²n est¨¢n las cosas, el pr¨¦stamo no podr¨¢ ser devuelto en los plazos convenidos. De momento se habla de aplazamientos. En el mercado de bonos, sin embargo, los inversores empiezan a descontar ya alg¨²n tipo de default y de quita en la deuda.
El lunes volver¨¢ a ser cr¨ªtico. Macri y su ministro Lacunza han decidido que para evitar el colapso lo esencial es apuntalar el peso. Parecen dispuestos a poner sobre la mesa todas las reservas del Banco Central, algo m¨¢s de 50.000 millones de d¨®lares, y vender cualquier cantidad necesaria de divisa estadounidense para mantener la cotizaci¨®n en torno a los 60 pesos. A lo largo de agosto, el Banco Central ya ha gastado 13.000 millones de d¨®lares para robustecer el peso, sin gran ¨¦xito. La apuesta de Lacunza es a todo o nada. Si la moneda sigue depreci¨¢ndose, habr¨¢ que imponer alg¨²n tipo de control de cambios, algo que esta semana se ha establecido ya para las grandes operaciones bancarias. M¨¢s all¨¢ de esto, se abre lo desconocido. O lo demasiado conocido. Porque Argentina sabe ya lo que es la quiebra.
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