Los transportistas asfixian Ciudad de M¨¦xico para exigir un aumento de la tarifa
Los conductores planean una nueva huelga para el 17 de septiembre si el Gobierno de la capital no cede
Ning¨²n autob¨²s puede parar en el Z¨®calo, la gran plaza en el coraz¨®n de Ciudad de M¨¦xico. Sin embargo, este martes m¨¢s de 500 transportistas bloquearon con sus veh¨ªculos la plancha de concreto y sus principales v¨ªas de acceso para exigir un aumento del 40 % de la tarifa. El Gobierno ha confirmado que no la elevar¨¢. En una conferencia de prensa, la jefa de Gobierno de la capital, Claudia Sheinbaum, asegur¨® que los veh¨ªculos no cumplen las condiciones de servicio ni de seguridad para discutir la subida del precio del boleto. Las autoridades exigen que los veh¨ªculos de transporte p¨²blico cuenten con GPS, c¨¢maras de seguridad y contadores de pasajeros. Fernando P¨¦rez reposa al volante de su Volvo verde y, con cara de pocos amigos, afirma: ¡°Solo queremos un peque?o aumento¡±.
La huelga fue convocada por la Fuerza Amplia de Transportistas, que integra a 45 asociaciones, y exige que el pago m¨ªnimo en el transporte p¨²blico pase de seis a 10 pesos (50 centavos de d¨®lar). Tras cinco horas de reuniones, Sheinbaum asegur¨® que no habr¨¢ cambios tarifarios hasta 2020. Antes, P¨¦rez afirmaba que la falta de acuerdo obligar¨¢ a una huelga masiva en toda la ciudad el 17 de septiembre, fecha en la que la jefa de Gobierno rendir¨¢ su informe de labores frente al Congreso local. ¡°Si no hacemos esto, no nos hacen caso¡±, asever¨® P¨¦rez.
La huelga comenz¨® a las siete de la ma?ana. Casi 2.000 transportistas partieron de las cuatro puntas de la ciudad hacia el Palacio de Gobierno. En decenas de veh¨ªculos rezaba escrito en tinta rosa el mensaje ¡°no a los contadores¡±, en contra del sistema que limita el aforo del veh¨ªculo. Sus altavoces alternaban cumbias y reivindicaciones: ¡°?combustible caro, tarifa barata!¡±. Tambi¨¦n exigen no ser obligados a integrarse al sistema de tarjetas prepago y no tener que modernizar su flota de transporte.
¡°Todo nos lo absorbe el combustible¡±, lamenta Isaac P¨¦rez dentro del bus que conduce. Es ch¨®fer desde hace 29 a?os. Seg¨²n cuenta, gana 15 d¨®lares al d¨ªa y es el ¨²nico ingreso de una familia con cuatro hijos. ¡°Son 100 d¨®lares por semana trabajando 12 horas y seis d¨ªas. Solo pedimos un peque?o aumento¡±. El precio del combustible ha subido hasta un 35 % desde 2015, seg¨²n datos del Gobierno de M¨¦xico. El litro cuesta, como m¨ªnimo, 19 pesos (un d¨®lar americano). ¡°Pagamos m¨¢s por combustible que al propio patr¨®n¡±, concluye P¨¦rez.
La Ciudad de M¨¦xico no tiene un sistema de transporte p¨²blico estandarizado. Tiene tres: El primero es el sistema integrado de metro, metrob¨²s (un autob¨²s de tr¨¢nsito r¨¢pido) y tren ligero, que cuentan con un sistema de abono con una tarjeta de pago ¨²nico. El Sistema de Movilidad (M1), integra a los autobuses urbanos, que cubren 83 de las 207 colonias de la capital mexicana. El resto de las rutas est¨¢ cubierto por un sistema de colectivos llamados peseros, m¨¢s de 2.000 ramales que cubren, sobre todo, zonas restringidas de la capital. Conductores de todos los sectores reivindicaron la huelga.
Luis G¨®mez, de 28 a?os, es asiduo de los peseros¡°?Qu¨¦ soluciones hay? Las c¨¢maras no me dan seguridad porque los asaltantes se cubren el rostro¡±, comenta. Nataly Mart¨ªnez, de 32 a?os, coincide: ¡°Me parece bien que se suba el precio si se aumenta la seguridad. Los sigo tomando porque no tengo alternativa¡±.
Todas las miradas est¨¢n puestas en el 17 de septiembre. El gobierno no cede. Los transportistas tampoco y el colapso de la capital parece inevitable. Sandro Gonz¨¢lez de 44 a?os, se resigna a volver ma?ana a su ruta diaria sin aumento. ¡°Si bajara el precio de la gasolina, no ser¨ªa necesario todo esto¡±, admite, y sigue: ¡°Pero estamos en un lugar donde no decides t¨². Deciden ellos¡±.
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