El caliente verano pol¨ªtico de Rusia

¡°Libertad para Zh¨²kov¡±. El llamamiento estaba estampado en la camiseta que vest¨ªa un profesor de Ciencias Sociales de la Escuela Superior de Econom¨ªa de Mosc¨² (VSHE, por sus siglas en ruso, una universidad estatal fundada para la nueva Rusia en 1992). El profesor, Sergu¨¦i Medv¨¦dev, interven¨ªa en una discusi¨®n sobre las protestas del verano.

Ocurr¨ªa el jueves pasado en el auditorio del centro S¨¢jarov en uno de los varios debates que se celebraron la semana pasada en la capital rusa en v¨ªsperas de la jornada electoral de este domingo, en la que se renueva la Duma Municipal de Mosc¨², el Parlamento de la capital.

Zh¨²kov, de 21 a?os, es un estudiante de Politolog¨ªa en la VSHE, detenido por su participaci¨®n en las protestas del verano, que las autoridades califican de ¡°disturbios masivos¡±. Los jueces retiraron los cargos contra el estudiante por falta de pruebas, pero de inmediato lo acusaron de haber realizado exhortaciones extremistas por Internet. A favor de Zh¨²kov han intercedido profesores de la VSHE y estudiantes. Avaladas por centenares de firmas, las cartas en su defensa han sido difundidas en Doja, una p¨¢gina web creada para defender los derechos de los estudiantes y debatir sobre el papel de la universidad.

Al iniciarse la temporada de oto?o, soci¨®logos y polit¨®logos tratan de entender lo qu¨¦ ha supuesto el agitado verano de 2019 en la vida pol¨ªtica de Rusia. En general, hay coincidencia sobre la aceleraci¨®n e intensificaci¨®n de las protestas contra la pol¨ªtica del Kremlin, pero pocos se atreven a pronosticar c¨®mo evolucionar¨¢ la situaci¨®n.

Las manipulaciones y el intento de restringir el acceso a los candidatos inc¨®modos por parte de la Administraci¨®n rusa se dieron reiteradamente en el pasado y fueron de hecho el motivo de las protestas masivas de 2011 y 2012 en Mosc¨² y otras ciudades del pa¨ªs. En opini¨®n de Stanislav Andrichuk, del grupo de observaci¨®n electoral G¨®los, esas protestas fueron una reacci¨®n inmediata a las irregularidades en los comicios, pero las actuales van m¨¢s all¨¢ y han politizado los medios estudiantiles y acad¨¦micos en Mosc¨².

Las protestas actuales muestran una ¡°desaparici¨®n del miedo¡± y una nueva ¡°politizaci¨®n¡± que no se estructura de forma r¨ªgida en torno a l¨ªderes, seg¨²n explicaba el profesor Medv¨¦dev. Opinaba el profesor que el movimiento de protestas es ¡°difuso¡± y que el arresto de sus l¨ªderes (como Alex¨¦i Navalni) o las acciones contra sus n¨²cleos (como el Fondo de la Lucha contra la Corrupci¨®n) no parar¨¢ una oposici¨®n en la que surgir¨¢n nuevos l¨ªderes y nuevos n¨²cleos. Pero al car¨¢cter ¡°difuso¡± y de ¡°nube¡± presentado por la oposici¨®n, Medv¨¦dev opon¨ªa la p¨¦rdida de consistencia del sistema, a saber el deterioro de lo que se ha llamado la vertical de poder, que asegura la trasmisi¨®n de la pol¨ªtica de la Administraci¨®n a todos los niveles. En las instituciones del poder hay ¡°muchos actores¡± que tratan de promover sus causas y presentan ¡°hechos consumados¡± al Kremlin, opinaba. De ah¨ª, las contradicciones entre la severidad de algunas decisiones judiciales y la suavidad de otras.

¡°El Estado impone sentencias de forma arbitraria¡±, afirmaba Alex¨¦i Fedi¨¢rov, en el pasado fiscal y hoy miembro de Rusia encarcelada, una ONG de ayuda a presos. Prueba de ello, se?alaba, es que ¡ªcon las mismas pruebas y sin delito¡ª en unas ocasiones se impone una condena real y en otras se da por cerrado el proceso. Hoy, las autoridades rusas ¡°pueden asustar, pero no proceder a una represi¨®n de gran envergadura, como suced¨ªa en la URSS, porque no pueden cerrarse al mundo¡±, agregaba.

En los ¨²ltimos d¨ªas cinco personas han visto retirados los cargos contra ellas por participar en las protestas del verano y otras cinco han sido condenadas. Entre las condenas la que m¨¢s revuelo ha causado es la de cuatro a?os de c¨¢rcel al programador Konstant¨ªn K¨®tov, de 34 a?os, quien hab¨ªa recibido varias sanciones administrativas por organizar un piquete. Seg¨²n el Tribunal Constitucional, la suma de infracciones administrativas no puede convertirse en un delito penal y este principio parece haber sido ignorado por los tribunales en el caso de K¨®tov, seg¨²n la opini¨®n de diversos juristas.

Ni la oposici¨®n tiene la fuerza necesaria para imponerse ni las autoridades pueden suprimir las protestas. En Rusia no es posible un sistema totalitario como los de Corea del Norte o Turkmenist¨¢n, aseveraba Medv¨¦dev, que compara a su pa¨ªs m¨¢s bien con Turqu¨ªa.

Desde el p¨²blico, un estudiante de cuarto de Politolog¨ªa en la VSHE, vestido tambi¨¦n con la camiseta de apoyo a Zh¨²kov, afirm¨® que no era cierto que los que protestan no tengan miedo. Lo tienen, dijo, pero est¨¢n dispuestos a vencerlo, constat¨® el joven, que dijo llamarse Nikita.

Las mismas camisetas que llevaban el profesor Medv¨¦dev y Nikita en el centro S¨¢jarov aparecieron en el parque Gorki el mismo d¨ªa durante la fiesta anual de la VSHE. Mar¨ªa M¨¦nshikova, miembro del consejo de redacci¨®n de la revista Doja, afirm¨® que la direcci¨®n de la universidad les hab¨ªa prohibido utilizar la fiesta para escribir cartas a los detenidos as¨ª como para hacer un concurso sobre el nivel de conocimiento de sus propios derechos. El resultado aparentemente fue el contrario.