Detenido en Argelia un dirigente opositor por atentar contra la ¡°moral¡± del Ej¨¦rcito
El general Gaid Salah se encasilla en el poder tras 30 semanas de protestas mientras la calle sigue pidiendo su salida
La bota del Ej¨¦rcito se vuelve m¨¢s pesada que nunca en Argelia, 30 semanas despu¨¦s de que se iniciaran las protestas multitudinarias. El jefe del Estado Mayor, el general Ahmed Gaid Salah, de 79 a?os, intenta sofocar sin ¨¦xito el movimiento ciudadano que irrumpi¨® de forma pac¨ªfica el 22 de febrero. El pasado mi¨¦rcoles fue detenido en su casa el carism¨¢tico opositor Karim Tab¨², de 46 a?os, portavoz de la Uni¨®n Democr¨¢tica y Social (UDS), partido no legalizado por el Ministerio del Interior. Tab¨² es una de las figuras m¨¢s destacadas del movimiento ciudadano que provoc¨® en abril la dimisi¨®n de Abdelaziz Buteflika. Se le acusa de ¡°atentar contra la moral del Ej¨¦rcito¡±.
El pasado junio tambi¨¦n fue encarcelado por ¡°atentar contra la moral del Ej¨¦rcito¡± el antiguo combatiente contra la independencia, Lajdar Bureg¨¢, de 86 a?os, miembro del opositor Frente de Fuerzas Socialistas (FFS). Un mes antes tambi¨¦n ingres¨® en la c¨¢rcel el general retirado Hocine Benhadid, de 73 a?os, sobre quien pesa la misma acusaci¨®n. Este general hab¨ªa escrito una carta en el diario El Watan dirigida a Gaid Salah donde le ped¨ªa que la democracia no fuera una palabra hueca.
La justicia ya hab¨ªa ordenado en mayo el ingreso en prisi¨®n de la dirigente pol¨ªtica Louisa Hanoune. Pero a diferencia de Bureg¨¢ y de Tab¨² ¡ªdetenidos por ejercer el derecho a la libertad de expresi¨®n¡ª esta dirigente fue acusada de intervenir en un ¡°complot contra la autoridad del Ej¨¦rcito y del Estado¡±. Tambi¨¦n han sido detenidos desde el pasado junio varias decenas de activistas que portaban la bandera tricolor amazigh (bereber) en las manifestaciones. Unos fueron liberados al cabo de varias semanas y otros contin¨²an en prisi¨®n. La bota sigue apretando, pero las protestas no cesan.
Este viernes, como los 30 anteriores, decenas de miles de ciudadanos se manifestaron a partir del mediod¨ªa en las principales ciudades del pa¨ªs para exigir un cambio de r¨¦gimen. Y como era previsible, este viernes el objetivo al que apuntaron los manifestantes era precisamente, la moral del Ej¨¦rcito, o m¨¢s bien la de su jefe Gaid Salah. ¡°El pueblo quiere la ca¨ªda de Gaid Salah¡±. Otros cantaban: ¡°Gaid se ha convertido en un fara¨®n [clara alusi¨®n al general egipcio Abdel Fatah al Sisi], habla desde el cuartel todos los d¨ªas, pisotea la Constituci¨®n, llevemos a ese dictador a [la c¨¢rcel de] El Harrach¡±.
Los mensajes en las redes insist¨ªan en mantener el car¨¢cter pac¨ªfico que hab¨ªan mostrado hasta ahora estas protestas. Incluso el padre del opositor detenido Karim Tab¨² insisti¨® en ese aspecto a trav¨¦s de un v¨ªdeo que se hizo viral: ¡°No hay que abandonar el camino que eligi¨® mi hijo, que es el de la paz¡±. Y la marcha se desarroll¨® de forma pac¨ªfica al menos hasta bien entrada la tarde. En las fotos difundidas en las redes sociales de las protestas en Argel aparec¨ªa la madre de Tab¨² y tambi¨¦n sus hijos menores.
La ca¨ªda de Buteflika hizo albergar esperanzas de cambio en millones de argelinos. Pero Gaid Salah, que es el jefe del Estado Mayor desde 2004, se ha opuesto a las medidas de regeneraci¨®n que demanda la calle. Tras impulsar la dimisi¨®n de Buteflika en abril, Gaid Salah se apoy¨® sobre buena parte de las autoridades del r¨¦gimen de Buteflika como Abdelk¨¢der Bensal¨¢, quien ejerce ahora como presidente interino. En realidad, Bensal¨¢ est¨¢ considerado por muchos activistas como una simple marioneta en manos de Gaid Salah.
Contra la voluntad de la calle, el jefe del Estado Mayor impuls¨® tambi¨¦n unas elecciones presidenciales para el 4 de julio. La sociedad civil se opuso a esas elecciones porque entend¨ªan que no estaban garantizadas las m¨ªnimas condiciones de transparencia y juego limpio. El r¨¦gimen se vio obligado a anularlas ante la falta de candidatos. Bensal¨¢ continu¨® como presidente en funciones, aunque su interinidad solo estaba prevista en la Constituci¨®n hasta julio. Y ahora, Gaid Salah pretende impulsar la celebraci¨®n de otras presidenciales lo antes posible. O sea, a mediados de diciembre, seg¨²n auguran la mayor parte de los analistas. Pero el movimiento sigue oponi¨¦ndose a unos comicios controlados por las mismas autoridades que controlaban el poder durante el mandato de Buteflika (1989-2019).
El Gobierno de Argelia sigue denegando a parte de la prensa internacional los visados pertinentes para cubrir sobre el terreno las protestas.
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