Los falsos positivos de Tamaulipas
La ONU investiga la denuncia de ocho supuestas ejecuciones extrajudiciales que la polic¨ªa estatal intent¨® cubrir con un montaje
La casa de Kassandra Trevi?o era un reguero de sangre. Desde el patio hasta las habitaciones. Los colchones y los juguetes de los ni?os. ¡°Qued¨® todo muy feo¡±, recuerda la joven de 18 a?os. A¨²n con rostro infantil, Trevi?o se ha convertido en la cara de la m¨¢s reciente acusaci¨®n de ejecuciones extrajudiciales que enfrenta la Polic¨ªa Estatal de Tamaulipas. El 5 de septiembre, asegura, al menos 15 elementos convirtieron su casa en un centro de operaciones. All¨ª ejecutaron a su padre, Severiano, y a otras siete personas. El crimen fue oculto en un montaje donde se hizo creer que las v¨ªctimas hab¨ªan muerto en una batalla m¨¢s contra el narcotr¨¢fico.
¡°A¨²n no s¨¦ por qu¨¦ me salv¨¦¡±, sonr¨ªe nerviosa. Desde que denunci¨® ante la Fiscal¨ªa la ejecuci¨®n de su padre, el 8 de septiembre, ha recibido amenazas de muerte. ¡°Me dijeron que ni se me ocurriera venir [a Ciudad de M¨¦xico] porque me ten¨ªan ubicada¡±, cuenta desde la capital mexicana, donde se reunir¨¢ con el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos de la Organizaci¨®n de Naciones Unidas. Las pruebas de las supuestas ejecuciones extrajudiciales en Tamaulipas han llamado la atenci¨®n de la ONU, que ha iniciado una investigaci¨®n esta semana.
La versi¨®n de Trevi?o afirma que su padre y su hija dorm¨ªan aquel jueves sobre las siete de la ma?ana cuando unos 15 oficiales, ¡°vestidos de la Polic¨ªa estatal¡±, tiraron la puerta de su casa. ¡°Preguntaban d¨®nde estaban las armas, que las sacara, y yo les dec¨ªa que no sab¨ªa de qu¨¦ hablaban¡±. El relato se detiene cuando recuerda la violencia policiaca. ¡°Entra una mujer y me empieza a pegar para que suelte a mi ni?a y yo, aferrada a ella, no la solt¨¦¡±. Calla al pensar en la sa?a contra su padre.
Severiano Trevi?o, empleado de una refresquera seg¨²n su hija, viv¨ªa junto a su familia en Valles de An¨¢huac, una precaria colonia a las afueras de Nueva Laredo, una ciudad fronteriza con Estados Unidos. ¡°Mi pap¨¢ andaba en short, camisa y chanclas y oigo que le dicen que se vista. Cuando lo meten a mi cuarto, lo tra¨ªan vestido de botas, pantal¨®n militar y sin camisa. Todo golpeado de la cara, esposado y con un casco negro en la cabeza¡±. A Kassandra la dejaron huir con su hija. ¡°Me dice el oficial que camine y que no mire, que me van a disparar por detr¨¢s", dice. Horas m¨¢s tarde entendi¨® el cambio de ropa de su padre, cuando la Polic¨ªa inform¨® de la muerte de sicarios vestidos con uniformes de estilo militar.
La versi¨®n oficial dista mucho de los recuerdos de Trevi?o. El comunicado emitido el 5 de septiembre por la Secretar¨ªa de Seguridad de Tamaulipas anunci¨® la muerte de ocho personas ¡°identificadas como integrantes de un grupo delictivo¡± despu¨¦s de un enfrentamiento. Los supuestos delincuentes hab¨ªan abierto fuego contra la Polic¨ªa desde una camioneta negra con blindaje casero. Las im¨¢genes difundidas mostraron los cuerpos abatidos con un uniforme con las siglas CDN, Cartel del Noreste, uno de los grupos criminales que opera en la regi¨®n.
El Comit¨¦ de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, una asociaci¨®n civil, ha confirmado el relato de Kassandra con fotos, v¨ªdeos, documentos y relatos de otros testigos. Todo esto pone en duda la versi¨®n oficial. Las autopsias de los cuerpos no reportan otras heridas de arma y establecen que fueron ¡°ejecutados¡±. Las fotograf¨ªas distribuidas por las autoridades sobre el supuesto enfrentamiento son pruebas del caso. Algunas muestran los uniformes mal puestos. Uno de los muertos tiene dos botas derechas en los pies.
Otra clave para desnudar el montaje fue el relato de un chofer de gr¨²a del municipio de Nuevo Laredo. El conductor asegur¨® haber puesto la camioneta negra en el lugar del supuesto enfrentamiento. ¡°El 5 de septiembre sobre las 7.45 yo andaba en mi gr¨²a cuando me llama mi jefe y me dice que fuera a apoyar a los estatales¡±, cuenta Ram¨®n Rodr¨ªguez a este peri¨®dico. ¡°Cuando llegu¨¦, los polic¨ªas me dijeron que nadie m¨¢s, excepto ellos y yo, sab¨ªa del traslado. Y que si se filtraba la informaci¨®n me iban a matar a m¨ª y a mi familia¡±.
Al menos tres camionetas de la Polic¨ªa estatal y del Ej¨¦rcito escoltaron a Rodr¨ªguez hasta su destino final, la casa de los Trevi?o. El recorrido qued¨® registrado en varios videos recogidos por las c¨¢maras de seguridad y recopilados por el Comit¨¦ de Derechos Humanos. Al ver el bolet¨ªn informativo oficial, Rodr¨ªguez decidi¨® denunciar porque ¡°algo no estaba bien¡±. Desde entonces ha sufrido varios intentos de intimidaci¨®n por parte de las fuerzas de seguridad de Tamaulipas.
La historia de Jennifer Romero, una de las ocho v¨ªctimas, tambi¨¦n complementa el caso. Romero, de 20 a?os, ten¨ªa dos meses de embarazo. Hab¨ªa llegado a Nuevo Laredo el 2 de septiembre junto a su novio. La tarde antes de su muerte habl¨® con su familia. Su t¨ªo reconoci¨® el cuerpo en una fotograf¨ªa. ¡°Cuando mi cu?ado fue a buscarla le dije que se fijara bien porque hablaban de una balacera¡±, cuenta Carlos Ram¨ªrez, t¨ªo de Romero. ¡°Y no, solo ten¨ªa un balazo en la cabeza y signos de tortura¡±.
Este caso ha producido un sismo pol¨ªtico en M¨¦xico. El presidente, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, pidi¨® investigar lo sucedido y advirti¨® de que no iba a ¡°permitir masacres¡±. Los familiares de las v¨ªctimas solicitan que sea la Fiscal¨ªa General quien se haga cargo de la indagaci¨®n para garantizar imparcialidad. La mayor¨ªa acusa la mano dura del gobernador, el conservador Francisco Garc¨ªa Cabeza de Vaca, del PAN. Tras el esc¨¢ndalo, el pol¨ªtico del PAN ha reafirmado que seguir¨¢ equipando y respaldando a las fuerzas de seguridad locales. La ¨²nica medida que se ha tomado desde entonces es la suspensi¨®n y el arresto de ocho polic¨ªas que participaron en el operativo.
El factor que ha dado atenci¨®n a este caso es que, por primera vez en mucho tiempo, un grupo de testigos ha alzado la voz. ¡°Hay que salir de la burbuja del miedo y denunciar. No puede llegar un escuadr¨®n de la muerte y joderte la vida porque eres un presunto delincuente¡±, dice Romero. ¡°Ninguna persona, por m¨¢s mala que sea, merece morir as¨ª¡±, concluye Kassandra.
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