La irritaci¨®n del funcionario portugu¨¦s frena la euforia del Gobierno
Costa ha soportado m¨¢s huelgas que el anterior ejecutivo conservador, pese a que rebaj¨® el horario laboral y aument¨® puentes y promociones
En la sala de espera del centro de salud de Gr?ndola, en el Alentejo portugu¨¦s, no hay nadie. Jos¨¦ Ant¨®nio y Mar¨ªa de la Gloria salen del edificio por sus propios pies. ¡°Hay d¨ªas que funciona mejor que otros, hoy bien¡±. Hoy hay ocho m¨¦dicos en plantilla. ¡°Nuestro mayor problema es la falta de mano de obra, en concreto de m¨¦dicos, t¨¦cnicos y auxiliares, tanto en el centro de salud como en el hospital de Santiago de Cacem¡±, explica Ant¨®nio Figueira Mendes, el alcalde comunista de este municipio de casi 15.000 habitantes al sur de Lisboa, la capital del pa¨ªs.
La falta de profesionales de la salud es un problema en todo Portugal, como no se cansa de denunciar el presidente del Colegio de M¨¦dicos, Miguel Guimar?es. En julio realiz¨® una ronda por los hospitales. La gira se convirti¨® en un rosario de lamentos. En el centro de Sintra faltaban camillas, ventiladores y m¨¢s de 90 m¨¦dicos; en el de Portim?o, 200 m¨¦dicos; en el de Faro hay 11 ortopedistas cuando deb¨ªa haber el triple; en el hospital de Vila Real hay que esperar 1.829 d¨ªas para una primera consulta de Urolog¨ªa.
Apenas el 4,8% del PIB portugu¨¦s se destina al Servicio Nacional de Salud (SNS), un porcentaje inferior al anterior Gobierno pese a las estrecheces que impon¨ªa la troika en los tiempos del rescate econ¨®mico. Casi el 40% de los portugueses tiene un seguro privado. Seg¨²n Guimar?es, el Estado no da abasto y tiene que pagar 2.000 millones al sector privado para pagar servicios que la sanidad p¨²blica no puede cubrir por falta de profesionales y de equipamientos.
El descontento de los profesionales de la sanidad p¨²blica se ha reflejado en el incremento del absentismo el pasado a?o, seg¨²n el Informe Social del Ministerio de Salud. Entre enfermeros, m¨¦dicos, t¨¦cnicos de diagn¨®stico y personal auxiliar sumaron, todos ellos, casi 175.000 ausencias al trabajo por huelgas, m¨¢s del doble que en 2014. Casi 100.000 de esas faltas al puesto de trabajo, los protagonizaron los enfermeros.
Jam¨¢s m¨¦dicos, enfermeros y otros profesionales de la sanidad realizaron tantas huelgas en Portugal como con el Gobierno socialista de Ant¨®nio Costa, favorito para las elecciones del 6 de octubre. En sus cuatro a?os, el Ejecutivo portugu¨¦s logr¨® controlar el Parlamento con el apoyo del Partido Comunista y Bloco de Esquerda, pero se le fue la calle de las manos. Aplaudida su gesti¨®n por los datos macroecon¨®micos, los servicios p¨²blicos son el punto d¨¦bil del Gobierno.
El a?o pasado hubo 733 convocatorias de huelgas, la cifra m¨¢s alta desde 2015. Aunque el protagonismo fue de profesores y sanitarios, hubo paros hasta de los empleados del Teatro S?o Carlos. Para Arm¨¦nio Carlos, secretario general del sindicato Confederaci¨®n General de Trabajadores Portugueses (CGTP), tanta huelga refleja la indignaci¨®n de los trabajadores. ¡°No tuvimos aumentos salariales, ni la promoci¨®n de las carreras ni la concretizaci¨®n de los compromisos asumidos por el Gobierno¡±.
Entre enfermeros, m¨¦dicos, t¨¦cnicos de diagn¨®stico y personal auxiliar fueron casi 176.000 ausencias al trabajo por huelgas, m¨¢s del doble que en 2014
Sin embargo, el Ejecutivo de Costa devolvi¨® a los trabajadores cuatro festivos, subi¨® el salario m¨ªnimo de 500 a 600 euros, aument¨® pensiones y subsidios. Para disgusto del sindicalista y del PC, no revoc¨® la legislaci¨®n laboral implantada en tiempos de la troika.
Representante de un partido, el comunista, que apoy¨® a Costa en estos cuatro a?os, el alcalde de Gr?ndola hace equilibrios entre las cr¨ªticas y los elogios. ¡°Hay pol¨ªticas con las que estamos de acuerdo, claro, como el aumento de las pensiones, el aumento del salario m¨ªnimo y las promociones a los funcionarios. No estamos de acuerdo con la subordinaci¨®n del PS a la Uni¨®n Europea¡±.
Gr¨¢ndola, s¨ªmbolo de la memorabilia revolucionaria, mantiene su fidelidad al Partido Comunista. La formaci¨®n perdi¨® 10 de sus 35 Ayuntamientos en las ¨²ltimas elecciones municipales, pero conserv¨® Gr?ndola . Ahora prepara su primer Festival de la Canci¨®n Protesta. En la entrada de la vila morena, como cantara Z¨¦ Afonso, un gran panel de azulejos recuerda la revoluci¨®n del 25 de abril, la de los claveles. Varios obreros municipales reparan la calzada portuguesa, piedra a piedra. ¡°Nos reunimos muchas veces con este Gobierno, conseguimos alguna cosa, pero nunca claudicamos de nuestras convicciones¡±, explica el alcalde.
Algunas de las medidas que apoya el Partido Comunista, como la rebaja del horario laboral de 40 a 35 horas semanales, ha tenido un impacto directo en el aumento de las horas extra en la SNS: 13,1 millones de horas, 1,3 millones m¨¢s que en 2017. A diferencia de la Educaci¨®n, donde hay 45.000 escolares menos y 5.000 profesores m¨¢s; en Sanidad, con una poblaci¨®n envejecida, aumentan las necesidades y la contrataci¨®n de profesionales es insuficiente. Para Guimar?es lo l¨®gico ser¨ªa que el Gobierno contratara m¨¢s m¨¦dicos en lugar de gastar el dinero en horas extras y en facturas por servicios desviados al sector privado.
El dinero pagado en extras equivale a contratar a 7.500 m¨¦dicos, casi la mitad de los actuales (18.500), excluidos los interinos. Pese a que Costa asegura que su Gobierno ha contratado a 11.000 profesionales y ha invertido 1.600 millones, para el 45% de los portugueses la sanidad p¨²blica ha empeorado, frente al 12% que cree que mejor¨®, seg¨²n una reciente encuesta. Tanto para simpatizantes socialistas como comunistas es el primer problema del pa¨ªs.
Pero la percepci¨®n de la calidad de los servicios p¨²blicos tambi¨¦n depende del lugar desde el que se mire. El brasile?o Adillon se acaba de apear en Gr?ndola del tren que le trae de Lisboa. La estaci¨®n se ha transformado en un local para jubilados, pero el tren que une la localidad con la capital para unos minutos cuatro veces al d¨ªa. Adillon, que viene para trabajar unos meses en un hotel de la ciudad, se ha quedado asombrado de la puntualidad del tren. ¡°Estoy sorprendido con este pa¨ªs, todo funciona bien¡±.
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