El adi¨®s al ¡°presidente de todos¡±
Miles de franceses acuden al Palacio de los Inv¨¢lidos, en Par¨ªs, para despedir a Jacques Chirac
Cuando Jacques Chirac logr¨® por fin ganar las elecciones que lo llevar¨ªan a ocupar el El¨ªseo durante los siguientes 12 a?os, el 7 de mayo de 1995, hizo una promesa solemne: ¡°Ser¨¦ el presidente de todos los franceses¡±. Los analistas siguen discutiendo el legado tangible del quinto presidente de la V Rep¨²blica Francesa, lleno de luces, pero tambi¨¦n de sombras que incluyen ser el ¨²nico jefe de Estado galo hasta la fecha condenado por la justicia, por malversaci¨®n de dinero p¨²blico y abuso de confianza. Todo eso sin embargo no importaba a los miles de ciudadanos que este domingo desafiaron el desapacible tiempo parisino, con lluvias intermitentes y fuertes r¨¢fagas de viento, para rendir un ¨²ltimo homenaje a un mandatario que supo, como pocos, conectar con ¡°el pueblo¡±.
Reginald Poppe no pod¨ªa contener la emoci¨®n mientras aguardaba, pacientemente, para entrar en el Palacio de los Inv¨¢lidos de Par¨ªs, donde fue instalado el f¨¦retro de Chirac, fallecido el jueves a los 86 a?os, para que los ciudadanos pudieran darle un ¨²ltimo adi¨®s antes de las ceremonias oficiales del lunes.
¡°Ten¨ªa un gran valor, tenacidad y, al mismo tiempo, era muy, muy cercano a la gente, al pueblo, lo que es un don. Pod¨ªa ser muy popular en los salones, pero tambi¨¦n en la vida cotidiana, no hac¨ªa distinciones¡±, dijo Poppe, que viaj¨® desde B¨¦lgica, donde ahora vive, para despedirse del pol¨ªtico de centro-derecha.
Chirac nunca ocult¨® su amistad con los ricos y poderosos. Tras abandonar el poder, en 2007, se instal¨® en un lujoso apartamento parisino cedido, gratis, por la familia del magnate liban¨¦s y primer ministro Rafik Hariri, asesinado en 2005. Cuando, por motivos de movilidad reducida, tuvo que buscarse en 2015 un apartamento m¨¢s accesible, se mud¨® a otra lujosa vivienda prestada por otro millonario, el franc¨¦s Fran?ois Pinault.
No obstante, en el imaginario de los franceses Chirac sigue siendo ese hombre de la calle de gustos populares ¡ªla venta de cabeza de ternera, uno de sus platos favoritos, se ha disparado desde su muerte¡ª que no dudaba en tomarse una copa y fumarse un cigarro, o engullir embutidos, junto a los ciudadanos de a pie durante sus visitas por todo el pa¨ªs.
¡°Le gustaba de verdad la gente, era muy humanista¡±, comentaba St¨¦phanie, quien acudi¨® con su hijo de diez a?os ¡ª¡°naci¨® en la era Sarkozy¡±¡ª a rendir homenaje a un hombre del que apreciaba ¡°su personalidad, incluso si no estaba de acuerdo con todas sus ideas¡±. ¡°Ten¨ªa mucho carisma y era muy cercano a la gente¡±, coincidi¨® la jubilada Nicole Penicaude.
Es sobre todo esta cualidad la que lo ha llevado a lograr un hito de forma p¨®stuma: seg¨²n una encuesta del instituto Ifop para el dominical Journal du Dimanche, Chirac alcanza la misma popularidad que el general Charles de Gaulle (30%), muy por delante del otro gran presidente franc¨¦s fallecido, el socialista Fran?ois Mitterrand (17%). Una popularidad que, en el caso de Chirac, se debe m¨¢s a su car¨¢cter que a sus logros pol¨ªticos, salvo cuestiones muy concretas como su oposici¨®n a la guerra de Irak (destacado por el 71% de los encuestados) o la supresi¨®n del servicio militar obligatorio (41%). ¡°Los franceses quer¨ªan al hombre, menos al pol¨ªtico¡±, resumi¨® el director adjunto de Ifop, Fr¨¦d¨¦ric Dabi.
Despu¨¦s de que cientos de ciudadanos acudieran al El¨ªseo y al Ayuntamiento de Par¨ªs en los pasados d¨ªas a escribir en los registros un saludo al expresidente, la afluencia ciudadana en los Inv¨¢lidos fue tal el domingo que las autoridades anunciaron que el palacio que alberga la tumba de Napole¨®n permanecer¨¢ abierto hasta las 06.00 del lunes. Ese d¨ªa, jornada de luto nacional en el que las banderas ondear¨¢n a media asta, Chirac ser¨¢ despedido oficialmente en una ceremonia en la iglesia Saint-Sulpice de Par¨ªs a la que acudir¨¢n una treintena de mandatarios y exmandatarios, desde el ruso Vlad¨ªmir Putin al espa?ol Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero o el alem¨¢n Gerhard Schroeder.
Posteriormente, ser¨¢ enterrado en el cementerio parisino de Montparnasse, junto a los restos de su hija mayor, Laurence, fallecida en 2016. Pese a la sobriedad de su tumba, donde solo se ha grabado su nombre y fechas de nacimiento y muerte, es previsible que esta se convierta en un obligado punto de paso en un cementerio que alberga a otros iconos de Francia, como los fil¨®sofos Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir, el escritor Charles Baudelaire o, a escasos metros del expresidente, el no menos popular cantante y actor Serge Gainsbourg.
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