Casi un siglo de obsesi¨®n argentina por el d¨®lar
¡°El mercado cambiario es un actor pol¨ªtico¡±, aseguran los soci¨®logos Mariana Luzzi y Ariel Wilkis, autores de 'El d¨®lar. Historia de una moneda argentina¡¯

?A qu¨¦ precio cotizaba el d¨®lar oficial para la venta el 26 de febrero de 2015? Esa fue una de las preguntas para una concursante del programa Qui¨¦n quiere ser millonario emitido por la televisi¨®n argentina el 8 de abril de 2019. En otros pa¨ªses, s¨®lo profesionales vinculados al mercado cambiario o a la exportaci¨®n conocer¨ªan la respuesta. Pero la concursante acert¨® -8,73 pesos-, como lo hubiesen hecho muchos de sus compatriotas. El inter¨¦s de los argentinos por la divisa verde comenz¨® en los a?os treinta y con el paso de los a?os se populariz¨® hasta convertirse en un dato m¨¢s de la vida cotidiana, del que informan a diario los medios junto a la temperatura y el estado del tr¨¢fico.
Los argentinos ahorran en d¨®lares para protegerse de la elevada inflaci¨®n y de las recurrentes devaluaciones. Esa es la explicaci¨®n m¨¢s habitual de los economistas a la obsesi¨®n nacional por la moneda estadounidense. Otra variable es la restricci¨®n externa. Pero los soci¨®logos Mariana Luzzi y Ariel Wilkis, autores del ensayo El d¨®lar. Historia de una moneda argentina (1930-2019) (Cr¨ªtica), subrayan que Argentina no es el ¨²nico pa¨ªs sudamericano con un historial de inflaci¨®n desbocada y menos todav¨ªa con restricciones externas, pero s¨ª uno de los que m¨¢s "piensa en verde" y consideran que la mayor singularidad en el pa¨ªs sudamericano es el rol pol¨ªtico de la divisa.
"Desde 1983 hasta la actualidad, el mercado cambiario ha tenido protagonismo en casi todas las elecciones presidenciales. El mercado cambiario es un actor pol¨ªtico en Argentina, esa es nuestra hip¨®tesis", dice Wilkis durante una entrevista en Buenos Aires. "El d¨®lar se convirti¨® en un artefacto de interpretaci¨®n de lo que pasa en la pol¨ªtica y en la econom¨ªa", subraya Luzzi.
El ¨²ltimo ejemplo se vivi¨® tras las elecciones primarias del pasado 11 de agosto. Ninguna encuesta anticip¨® la victoria por m¨¢s de 15 puntos del candidato presidencial peronista Alberto Fern¨¢ndez frente a Mauricio Macri. Al d¨ªa siguiente se desat¨® una tormenta financiera: el d¨®lar cerr¨® a 58 pesos, 12 m¨¢s que el viernes, y provoc¨® un nuevo salto inflacionario. La gente corri¨® a supermercados y centros mayoristas a comprar productos antes de que se encareciesen (lo que los argentinos llaman stockear) y, quienes pod¨ªan, compraron d¨®lares. Algunos negocios, como los concesionarios de autom¨®viles, suspendieron temporalmente las ventas hasta actualizar los precios.
En los d¨ªas posteriores, el Gobierno hizo todo lo posible por calmar al mercado cambiario. Macri reemplaz¨® a su ministro de Econom¨ªa, declar¨® una restructuraci¨®n de la deuda y volvi¨® a imponer controles cambiarios, aunque menores a los que rigieron durante los ¨²ltimos cuatro a?os de kirchnerismo. "Cuanto m¨¢s se escapa el d¨®lar, m¨¢s se aleja para el Gobierno la posibilidad de un triunfo", opina el soci¨®logo sobre el decisivo papel de la divisa estadounidense.
En el libro los autores rastrean los or¨ªgenes de esa obsesi¨®n, a la que ning¨²n gobierno ha logrado poner freno. Se remontan a 1931. "Ese a?o fue el primer control de cambios, la primera vez que el Estado decide regular el acceso al mercado cambiario y empieza un debate en los medios", se?ala Luzzi.
El salto se dio a finales de los a?os cincuenta, cuando Arturo Frondizi lanz¨® un ambicioso Plan de estabilizaci¨®n, firm¨® el primer acuerdo del pa¨ªs con el FMI y hubo una gran devaluaci¨®n. "Se cierra durante unos d¨ªas el mercado de cambio y cuando se reabre la prensa muestra a una multitud en la city a ver qu¨¦ pasa. El mercado dej¨® de ser un dato en una tabla para ser un evento de la vida p¨²blica ciudadana", afirma Wilkis.
La atenci¨®n al mercado cambiario se consolid¨® durante la d¨¦cada siguiente, caracterizada por una gran inestabilidad y grandes devaluaciones, y va in crescendo, con el par¨¦ntesis de los poco m¨¢s de diez a?os de convertibilidad (1991-2002), cuando se impuso la paridad de un peso - un d¨®lar que salt¨® por los aires en medio de la grave crisis del corralito. En 2019 todo sigue igual, con el d¨®lar como un ¨ªcono tan argentino y popular como el f¨²tbol o el tango.
"El d¨®lar est¨¢ muy presente en el proceso de valuaci¨®n de los bienes aunque no necesariamente despu¨¦s la transacci¨®n se va a hacer en d¨®lares", explica Luzzi. En el caso de las viviendas, las compras suelen ser en la divisa estadounidense. En la de los autom¨®viles, en cambio, las operaciones son en pesos, al precio de cambio del d¨®lar de ese d¨ªa.
"Parte de las decisiones que toma el Gobierno [argentino] sobre su moneda impacta ¨²nicamente en un sector de la econom¨ªa, pero hay otro conjunto importante de transacciones vinculadas a una moneda que no domina y sobre la que no tiene control", advierte Wilkis. "Una de las conclusiones de nuestro libro para el debate p¨²blico es que el d¨®lar no es parte del ADN de los argentinos sino que es un proceso hist¨®rico que ha sido largo y lento y, por lo tanto, es reversible en el largo plazo", concluye.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.