El gran plan contracorriente de L¨®pez Obrador
La apuesta del presidente de M¨¦xico por construir una refiner¨ªa y expandir los combustibles f¨®siles choca con la determinaci¨®n de muchos pa¨ªses de luchar contra el cambio clim¨¢tico
Un joven pescador saca la cabeza de las aguas del r¨ªo Mecoac¨¢n y al abrir su mano muestra satisfecho un pu?ado de almejas. Sus compa?eros le esperan a unos metros debajo del puente que une al r¨ªo con el puerto de Dos Bocas (Estado de Tabasco, sur de M¨¦xico). La pesca en los ¨²ltimos d¨ªas no ha sido generosa. Algunos buzos se dedican a matar el tiempo a la sombra de la estructura, otros ya est¨¢n en la carretera vendiendo los moluscos frescos. Por el puente, decenas de camiones cruzan cada minuto abandonando la localidad de Para¨ªso, cargados de fango y restos del manglar verd¨ªsimo que abundaba en donde hoy el Gobierno mexicano construye una refiner¨ªa. El ruido del escape de los camiones es ensordecedor, pero los pescadores, callados, siguen con la rutina. La vida rural de la costa de Tabasco convive con el proyecto industrial gubernamental, aunque su futuro es incierto.
Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador es el presidente que apuesta por el petr¨®leo en la ¨¦poca de la emergencia clim¨¢tica. El mandatario mexicano ha impulsado en su primer a?o de Gobierno el crecimiento de la estatal Petr¨®leos Mexicanos (Pemex) y ha planteado como proyecto estrella la construcci¨®n de una refiner¨ªa en el puerto de Dos Bocas. El plan del mandatario mexicano se resume a la necesidad de producir m¨¢s combustibles en casa y evitar la importaci¨®n, principalmente, de Estados Unidos. Su perspectiva de meter el acelerador a la producci¨®n de combustibles f¨®siles contrasta significativamente con las iniciativas internacionales que buscan la reducci¨®n de las emisiones de carbono, para dar tregua al cambio clim¨¢tico.
La planta para procesar petr¨®leo crudo se construye deprisa en el municipio de Para¨ªso, una localidad de 80.000 habitantes frente a las costas del golfo de M¨¦xico. En el terreno adyacente al puerto de Dos Bocas, decenas de camiones sacan tierra del solar de 700 hect¨¢reas para comenzar a construir los cimientos del proyecto. Antes de esta escena, la regi¨®n era toda verde: un manglar que se perd¨ªa entre los r¨ªos que rodean a Para¨ªso. Solo en diciembre, el Gobierno mexicano arras¨® con 270 hect¨¢reas ¡ªm¨¢s de 200 veces las dimensiones del Estadio Azteca¡ª de vegetaci¨®n, seg¨²n datos de Global Forest Watch. La construcci¨®n de la refiner¨ªa comenz¨® oficialmente en junio, sin embargo, la tala y remoci¨®n del manglar contin¨²a hasta la fecha, seg¨²n ha podido comprobar este diario.
El proyecto de Dos Bocas es el primero que L¨®pez Obrador ha conseguido echar a andar sin demasiada resistencia. Para el presidente la refiner¨ªa se trata, a la vez, de un emblema para demostrar que la industria petrolera en M¨¦xico puede resurgir despu¨¦s del descalabro financiero de Pemex y una misi¨®n casi personal para llevar crecimiento econ¨®mico a su natal Tabasco, cuyo desarrollo se contrajo un 6,4% en 2018, seg¨²n datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica y Geograf¨ªa (Inegi). Un plan de 8.000 millones de d¨®lares para poner de pie, en tres a?os, una planta capaz de procesar 340.000 barriles de petr¨®leo al d¨ªa. Gasolina, diesel, turbosina y asfaltos para evitar que el 77% de estos productos sean importados. Una planta que generar¨¢ 135.000 empleos: m¨¢s trabajos que habitantes en Para¨ªso.
Para Jorge Isaac Madrigal, un jubilado de 69 a?os, son los empleos la parte m¨¢s prometedora de la nueva refiner¨ªa. Para ¨¦l, atr¨¢s quedaron los a?os en los que los habitantes de Para¨ªso viv¨ªan del cultivo de cacao o de la pesca de camarones, ostiones y mojarras. ¡°Esto es lo que esperaba la juventud porque es una esperanza laboral. Hablan de que la contaminaci¨®n nos va a hacer da?o, y puede que sea cierto, pero Pemex ya contamina en Para¨ªso desde hace muchos a?os. Si va a haber trabajo, que sea para nuestros j¨®venes que ya se han tecnificado para eso¡±, comenta. La mayor¨ªa de los habitantes de la regi¨®n entrevistados por EL PA?S reconocieron que entre sus preocupaciones est¨¢n que los empleos que la planta genere no sean para los locales. El Gobierno mexicano abri¨® durante unos d¨ªas en junio una bolsa de trabajo en la capital del Estado, Villahermosa (a 75 kil¨®metros de distancia), sin que en Para¨ªso existiese una convocatoria para la poblaci¨®n local.
La inquietud por el da?o medioambiental no est¨¢ sobre la mesa entre los vecinos de Para¨ªso. ¡°Es algo casi inevitable¡±, dice Lorena Murillo, una maestra de 34 a?os. La construcci¨®n de la refiner¨ªa supone una intervenci¨®n en el ecosistema de la costa de Tabasco tanto en el suelo, el agua y el aire. La destrucci¨®n del manglar ha eliminado una zona de amortiguamiento vegetal en la cuenca de Mecoac¨¢n contra las inundaciones y los huracanes. Una advertencia que desde 2016 ya hac¨ªa la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM): ¡°Del litoral costero tabasque?o, la zona de muy alta vulnerabilidad es de unos 10 kil¨®metros, ubicada frente al sistema lagunar Mecoac¨¢n. Es importante destacar que dicha ¨¢rea se encuentra inmersa en la zona de influencia del puerto de Dos Bocas, donde la actividad antropog¨¦nica es notable¡±. El Gobierno del Estado de Tabasco admiti¨®, en 2017, en su programa de ordenamiento ecol¨®gico que la regi¨®n es altamente vulnerable ante el cambio clim¨¢tico.
El terreno de la refiner¨ªa de Dos Bocas se encuentra rodeado por el r¨ªo Mecoac¨¢n que conectado a un sistema de lagunas y el golfo de M¨¦xico representa la regi¨®n de donde se extraen un 90% de los productos pesqueros de Tabasco, seg¨²n se?ala Greenpeace. Con la construcci¨®n de la planta, a los pescadores de la regi¨®n se les ha prohibido acercarse a las aguas m¨¢s cercanas a los terrenos de Pemex. Mientras tanto, unos kil¨®metros m¨¢s adelante y cerca de la Playa de Varadero, un tubo devuelve al mar las descargas de empresas energ¨¦ticas que trabajan en el puerto. El mar devuelve a la playa espuma gris a unos metros de donde un grupo de ba?istas juega de espaldas a un par de plataformas petroleras instaladas mar adentro.
El per¨ªmetro de la nueva refiner¨ªa colinda con un kindergarten [guarder¨ªa] y una primaria, adem¨¢s de m¨¢s de m¨¢s de un centenar de casas propiedad de los empleados sindicalizados de la petrolera. ¡°Dicen que va a haber ruidos m¨¢s fuertes cuando ya funcione, pero no me molesta, vivo tranquila¡±, dice Mar¨ªa P¨¦rez, vecina de 72 a?os y viuda de un extrabajador de Pemex. La operaci¨®n de la planta supondr¨¢ la emisi¨®n de gases: mon¨®xido de carbono, ¨®xido de azufre, ¨®xido de nitr¨®geno, entre otros. ¡°Algunos son cancer¨ªgenos potenciales¡±, explica Gustavo Ampugnani, director de Greenpeace M¨¦xico. Pemex es una de las 20 empresas energ¨¦ticas en el mundo que ha aportado un 35% de las emisiones de gases de efecto invernadero del planeta desde 1965. Ocupa en el noveno puesto mundial, seg¨²n un estudio del Climate Accountability Institute, publicado este mes por The Guardian.
Mientras pa¨ªses como Alemania buscan tasar las emisiones de carbono y elevar los precios de los combustibles para desincentivar el uso de los autom¨®viles, la nueva estrategia de M¨¦xico est¨¢ abocada a producir gasolina para abaratar su coste. ¡°Va a generar que avance la demanda de las gasolinas y que M¨¦xico no pueda salir del c¨ªrculo vicioso de la adicci¨®n al petr¨®leo. Entendemos la visi¨®n de la administraci¨®n actual de alcanzar la soberan¨ªa y la seguridad energ¨¦tica, pero ¨¦sta tambi¨¦n se puede alcanzar apost¨¢ndole a las renovables. La refiner¨ªa es una apuesta de muy corto plazo y se pierde una oportunidad para hacer una transformaci¨®n en el sector energ¨¦tico¡±, apunta Ampugnani, de Greenpeace M¨¦xico.
Pa¨ªses como Ecuador, Estados Unidos, India y China tambi¨¦n se encuentran construyendo refiner¨ªas, sin embargo en la mayor¨ªa de los proyectos se trata de una expansi¨®n de las ya existentes o de una reconfiguraci¨®n de la instalaciones para producir combustibles bajos en azufre, significativamente menos contaminantes. ¡°Hacer negocios con la refinaci¨®n va a ser cada d¨ªa menos rentable¡±, explica el consultor en energ¨ªa Gonzalo Monroy. El presidente mexicano ha garantizado que la nueva refiner¨ªa abaratar¨¢ el coste de las gasolinas, un escenario complicado ante el surgimiento de las nuevas tecnolog¨ªas para los energ¨¦ticos.¡°Hay un gran error en pensar en barriles, cuando se trata de si la refinaci¨®n hace dinero o no. En este momento sale m¨¢s barato importar a que lo haga directamente Pemex¡±, opina.
La petrolera m¨¢s endeudada del mundo ya est¨¢ a cargo de seis refiner¨ªas (Cadereyta, Madero, Tula, Salamanca, Minatitl¨¢n y Salina Cruz) y aunque no funcionan al m¨¢ximo de su capacidad, el Gobierno de L¨®pez Obrador tambi¨¦n est¨¢ impulsando su renovaci¨®n. El plan, sin embargo, no contempla una modernizaci¨®n que rebaje el impacto en el medio ambiente en el mediano plazo. ¡°Hacer Dos Bocas es como construir un vocho [un escarabajo antiguo] en la ¨¦poca de los tesla¡±, zanja el experto.
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