?En qu¨¦ se basan las acusaciones de fraude que sacuden Bolivia?
Las im¨¢genes difundidas en las redes sociales no constituyen una prueba pese a su impacto, pero contin¨²an las sospechas sobre el Gobierno
Distintos sectores de la sociedad boliviana creen que hubo fraude en las elecciones del pasado 20 de octubre. ?En qu¨¦ se basan para pensarlo? Para muchos la prueba de la manipulaci¨®n de las elecciones fue la circulaci¨®n en las redes sociales de fotos y v¨ªdeos de cajas llenas de votos, que estaban almacenadas en casas particulares y eran trasladadas en autom¨®viles o, incluso, llevadas por personas que caminaban por la calle. Las fotograf¨ªas han causado un fuerte impacto en la sociedad pero, en realidad, no constituyen una prueba de fraude, y por ello ni siquiera fueron mencionadas en el informe preliminar de la misi¨®n de observaci¨®n de la Organizaci¨®n de los Estados Americanos (OEA).
Seg¨²n la ley boliviana, una vez que los jurados electorales firman el acta de recuento de una mesa, el d¨ªa de las elecciones, los votos f¨ªsicos ya no tienen valor, puesto que en ning¨²n caso se ha de volver a contarlos. Si un acta recibe observaciones, dice la ley, debe volverse a votar en la mesa a la que esta corresponde. As¨ª que nadie se preocupa demasiado por conservar con cuidado los votos.
El Tribunal Supremo Electoral ¡ªque para los dos bandos en los que est¨¢ dividido el pa¨ªs ha tenido un desempe?o ¡°inepto¡±¡ª no fue capaz de aclarar con contundencia las im¨¢genes distribuidas en las redes, y dej¨® que la sensaci¨®n de fraude se extendiera. En teor¨ªa, los partidos pol¨ªticos deber¨ªan tener copias de las actas de votaci¨®n, y contrastar con ellas el conteo oficial. En realidad, dada la extensi¨®n del pa¨ªs y las dificultades de acceso ¡ªf¨ªsicas y pol¨ªticas¡ª a las zonas rurales, la oposici¨®n no posee copias de todas las actas, con lo que podr¨ªan pedir la anulaci¨®n de los votos de determinadas mesas.
Esto podr¨ªa haber sido particularmente importante en estas elecciones, en las que los votos necesarios para no ir a la segunda vuelta han sido unas pocas decenas de miles. En lugar de seguir este procedimiento, la oposici¨®n bas¨® su acusaci¨®n de fraude en el incidente que se present¨® durante la transmisi¨®n preliminar de resultados.
La noche de las elecciones, este sistema, que acumula los datos a trav¨¦s de fotograf¨ªas de las actas, fue interrumpido por el Tribunal Electoral al llegar al 83% escrutado. En este momento, la diferencia entre el presidente Evo Morales y el opositor?Carlos Mesa era escasa y el resultado obligaba?a una segunda vuelta. Al d¨ªa siguiente, cuando el sistema fue reanudado, la diferencia creci¨® y daba la victoria a Morales en primera vuelta.
?Por qu¨¦ se par¨® la transmisi¨®n de resultados? Las justificaciones de las autoridades y los involucrados han sido varias ¡ªlo que, como es l¨®gico, no ha ayudado mucho a calmar las cr¨ªticas¡ª. Antonio Costas, el vicepresidente del Tribunal Electoral que renunci¨®, precisamente, por la suspensi¨®n del flujo de informaci¨®n electoral, dijo que hubo una alerta de ataque inform¨¢tico, y que esta fue procesada con ¡°impericia¡± por el Tribunal, pero que el ¡°alboroto¡± t¨¦cnico no cambi¨® la veracidad de los resultados.
Seg¨²n la misi¨®n de la OEA, el Tribunal Electoral boliviano le dio al menos dos otras razones distintas sobre la mencionada suspensi¨®n de datos. Finalmente, el embajador boliviano ante la OEA, Jos¨¦ Alberto Gonz¨¢lez, se?al¨® que el corte se debi¨® a que faltaba escrutar una porci¨®n de las actas, pues las fotograf¨ªas de estas deb¨ªan llegar de ¨¢reas rurales en las que no hay Internet m¨®vil, y entonces no se pod¨ªa realizar una transmisi¨®n inmediata.
No es la primera vez, en las elecciones bolivianas, que el sistema de transmisi¨®n de resultados se detiene alrededor del 80% del escrutinio. Sin embargo, en este caso el hecho adquiri¨® una dimensi¨®n enorme por dos factores: primero, la noche de las elecciones, la oposici¨®n encontr¨® poco cre¨ªbles los argumentos que entonces dio el Tribunal y exigi¨® que se revelara el conteo completo. Un d¨ªa despu¨¦s, cuando se reanud¨®, la oposici¨®n se top¨® con la noticia de que el resultado no le favorec¨ªa y, sin pensarlo mucho, se lanz¨® a las calles.
En segundo lugar, la misi¨®n de observaci¨®n de la OEA encontr¨® que entre el 20 y 21 de octubre, el conteo r¨¢pido ¡°cambi¨® de tendencia¡± y que lo hizo ¡°de manera inexplicable¡± y contraria a las previsiones estad¨ªsticas de la misi¨®n. Esta declaraci¨®n, emitida en un comunicado el 21 de octubre, justo cuando se produc¨ªan protestas por el supuesto ¡°cambio del resultado¡±, fue clave dentro de la actual crisis boliviana, porque liber¨® a la oposici¨®n de la obligaci¨®n de justificar sus acusaciones de fraude. Por eso mismo, ahora dicha declaraci¨®n del organismo internacional est¨¢ en el centro de una controversia diplom¨¢tica.
En la primera sesi¨®n del Consejo de la OEA que discuti¨® el caso boliviano, los representantes de Nicaragua y M¨¦xico criticaron el hecho de que la misi¨®n, dirigida por Gerardo de Icaza, hubiera tenido un papel tan protagonista en los sucesos y que se hubiera pronunciado antes de que las autoridades aclararan qu¨¦ hab¨ªa sucedido exactamente. Aunque la misi¨®n de la OEA dio a la oposici¨®n boliviana argumentos sobre la existencia de fraude, en realidad, los militantes del partido de Carlos Mesa hicieron acusaciones de fraude incluso antes de las elecciones.
La causa de este comportamiento suspicaz y desconfiado, que tambi¨¦n fue el de la gente que se puso a fotografiar material electoral o que corri¨® a las oficinas de recuento a revisar cada autom¨®vil que entraba en ellas, reside en la creencia com¨²n de que el Tribunal Electoral est¨¢ al servicio del Gobierno, y de que este no tiene dificultades para quebrantar la ley, con tal de quedarse en el poder. Esta es la creencia que las clases medias tienen de las instituciones estatales y del oficialismo por haber deso¨ªdo al refer¨¦ndum de 2016, que vot¨® en contra de que Evo Morales se postulara de nuevo.
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