Modi culmina la divisi¨®n de Cachemira tras retirarle su estatus de autonom¨ªa
La regi¨®n, que visit¨® el martes un grupo de europarlamentarios ultras, pasa a ser territorio federal de la India y a depender directamente de Nueva Delhi
Jammu y Cachemira ha dejado de existir como uno de los 29 Estados que formaban India, y queda desde hoy dividido en dos territorios federales de la uni¨®n, dependientes directamente de Nueva Delhi. La modificaci¨®n culmina las duras medidas impuestas por el Gobierno central desde agosto en esta disputada regi¨®n del norte del pa¨ªs,?fronteriza con Pakist¨¢n y la ¨²nica de mayor¨ªa musulmana. Entonces, Delhi decid¨ªa unilateralmente revocar el estatus auton¨®mico especial de Cachemira ¡ªvigente durante 72 a?os¡ª al tiempo que sitiaba a¨²n m¨¢s una regi¨®n ya militarizada, mediante el env¨ªo de 40.000 soldados extras, el arresto de medio millar de l¨ªderes locales y la restricci¨®n de movimiento y comunicaciones. Tres meses despu¨¦s, la comunidad local sigue parcialmente incomunicada entre protestas intermitentes.
¡°Han pasado 84 d¨ªas y la conexi¨®n total a Internet no se ha restablecido. Se han denunciado torturas y siguen las detenciones arbitrarias. La econom¨ªa ha colapsado y se ha dejado a la gente sin empleo ni educaci¨®n. Es un lastre psicol¨®gico para la poblaci¨®n¡±, dice por tel¨¦fono Ahmer Khan, exmiembro de un grupo de derechos humanos. Mientras la BBC revelaba torturas de las fuerzas de seguridad indias a algunos detenidos, estimaciones de la C¨¢mara de Comercio regional cifran las p¨¦rdidas econ¨®micas en 1.200 millones de euros y m¨¢s de 100.000 puestos de trabajo. ¡°No hay protestas masivas como otras veces, salvo la realizada en contra de los europarlamentarios. Pero cientos de personas siguen arrestadas y ahora atribuyen a la insurgencia la muerte de obreros procedentes de otras partes de la India. Esto es un volc¨¢n a punto de estallar¡±, resume.
En la primera visita extranjera desde que India anul¨® la autonom¨ªa especial de la regi¨®n, 27 europarlamentarios de partidos de extrema derecha, populistas y ultranacionalistas viaj¨® este martes a Jammu y Cachemira. As¨ª, el Gobierno de Delhi intentaba aparentar normalidad tras haber prohibido la visita de una comisi¨®n del Congreso estadounidense e, incluso, la de pol¨ªticos de la oposici¨®n india. Pero el viaje extraoficial de los europarlamentarios fue recibido con protestas en 40 localidades de Srinagar, principal ciudad del valle de Cachemira. La visita coincidi¨® con el asesinato de cinco obreros del este del pa¨ªs, lo que eleva el n¨²mero de muertos no cachemires a 11 desde que se reforz¨® la seguridad en la regi¨®n. Por su parte, la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos contradec¨ªa a Delhi con un informe en el que mostraba "extrema preocupaci¨®n" por la poblaci¨®n, "privada de un amplio abanico de derechos humanos".
A medida que el Gobierno de India suspend¨ªa la autonom¨ªa de Jammu y Cachemira, el Ejecutivo de Pakist¨¢n ¡ªque administra parte de Cachemira y aspira al control de toda la regi¨®n, disputada por ambas potencias nucleares desde la partici¨®n del subcontinente en 1947¡ª ha intentado internacionalizar la cuesti¨®n. Mientras la ONU ha manifestado inquietud por la situaci¨®n de los derechos humanos, China ¡ªque controla el 25% del territorio, al noreste¡ª ha rechazado la medida, aunque sin consecuencias diplom¨¢ticas. Sin embargo, Estados Unidos y aliados tradicionales de Pakist¨¢n como Emiratos ?rabes Unidos se refieren a este tema como un ¡°asunto interno¡±; validando as¨ª la forma en que el Gobierno de Delhi ha tratado la situaci¨®n en Cachemira.
"La calma que precede a la tormenta"
¡°Los cachemires estamos humillados. Pero su reacci¨®n esta vez no tiene precedentes. Se quedan en casa y no abren comercios por desobediencia civil, para no participar en un sistema que les ignora¡±, cuenta Farah Bashir, que regres¨® hace dos d¨ªas de visitar a su familia. Criada en Srinagar, donde su colegio permanec¨ªa meses cerrado en el repunte de la insurgencia en los noventa, Bashir explica que las pocas protestas se deben a la ausencia de l¨ªderes, detenidos, y a la exacerbada militarizaci¨®n de las calles; donde, dice, hay dos soldados cada 20 metros. La militarizaci¨®n de Jammu y Cachemira alcanza estos d¨ªas el mill¨®n de soldados, seg¨²n diversas estimaciones, para una regi¨®n con una poblaci¨®n de ocho millones de habitantes. ¡°La situaci¨®n fuera de la ciudad es a¨²n peor. El lechero, que vive en un pueblo, nos contaba que deten¨ªan a ni?os diariamente para interrogarles¡±, dice Bashir, que teme por la vulnerabilidad de quienes depend¨ªan hasta ahora de la protecci¨®n especial de sus propiedades en Cachemira.
La derogaci¨®n del estatuto de autonom¨ªa ha suprimido tambi¨¦n la cl¨¢usula constitucional que imped¨ªa a ciudadanos de otros Estados indios comprar terrenos o acceder a empleos y escuelas p¨²blicas en Cachemira. La eliminaci¨®n de este privilegio, seg¨²n la mayor¨ªa musulmana, provocar¨¢ la transformaci¨®n demogr¨¢fica por la llegada de asentamientos hind¨²es. Aunque no todos piensan as¨ª. ¡°La gente a¨²n tiene miedo de vivir aqu¨ª, en Cachemira, prefieren Jammu¡±, dice Jeevu Singh. Hombre de negocios perteneciente a la comunidad religiosa sij. Singh conf¨ªa en que la decisi¨®n traiga el progreso anunciado por Modi: ¡°Vendr¨¢n inversores y se abrir¨¢n comercios. Pero el Gobierno debe ofrecer oportunidades a la gente de Jammu y Cachemira, que desconf¨ªa de ellos. Tiene que ocurrir cuanto antes para demostrar que hay una buena raz¨®n detr¨¢s de esto¡±.
A. K., comerciante hind¨² de la comunidad pandit, critica c¨®mo se ejecut¨® la medida: ¡°Incluso coincidiendo con el Gobierno en la necesidad de restringir la comunicaci¨®n, abrir 200 quioscos con un ordenador para dar servicio de Internet a una ciudad de un mill¨®n de habitantes, es rid¨ªculo¡±, se queja este residente en Srinagar. ¡°Afecta a estudiantes y comerciantes¡±, dice, y resalta que el n¨²mero de militares se ha reducido en las ¨²ltimas semanas, sobre todo en las zonas ricas de la ciudad. No opinan igual los activistas, que culpan al Ej¨¦rcito de numerosos arrestos indiscriminados, obligando al traslado de prisioneros a c¨¢rceles de fuera de la regi¨®n, menos saturadas. ¡°La polic¨ªa dice haber liberado a cientos. Pero nadie sabe lo que sucede al sur de Cachemira, por ejemplo¡±, dice Ahmer Khan. ¡°Esta calma sin precedentes es la que precede a la tormenta¡±.
La extrema derecha europea se hermana con el nacionalismo hind¨²
"El primer ministro de la India, Narendra Modi, recibe a Vox en Nueva Delhi para tratar la crisis de Cachemira", ha escrito en Twitter Hermann Tertsch, eurodiputado del partido espa?ol de ultraderecha Vox. ?l y miembros de Reagrupaci¨®n Nacional (RN), de Marine Le Pen; el nacionalista polaco Ley y Justicia (PiS, en el poder) y el Partido del Brexit (BP) dicen representar a "una delegaci¨®n del Parlamento Europeo". Pero una portavoz de la delegaci¨®n de la Uni¨®n Europea en India afirm¨® a la agencia Efe que las actividades del grupo en el pa¨ªs asi¨¢tico eran a t¨ªtulo personal.
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