Chile negocia contra reloj una salida a la crisis
El Gobierno de Pi?era no logra controlar el orden p¨²blico, mientras la oposici¨®n pide unida que se convoque una asamblea constituyente tras casi un mes de protestas
Chile vive uno de los momentos pol¨ªticos de mayor complejidad desde que el 18 de octubre, hace casi un mes, estall¨® una crisis nunca vista en su historia reciente, con in¨¦ditos niveles de violencia y destrucci¨®n de sus ciudades. El Gobierno no ha logrado en estos 27 d¨ªas controlar el orden p¨²blico. El martes, en una jornada de paro nacional convocada por un centenar de sindicatos y fuerzas sociales, las concentraciones y marchas pac¨ªficas fueron seguidas por altercados provocados?por grupos violentos que nadie controla y que generaron el caos en varias ciudades y pueblos del pa¨ªs. De acuerdo con las cifras oficiales, hubo al menos mil detenidos, casi 400 heridos (46 civiles y 347 agentes de la polic¨ªa y las fuerzas armadas), un centenar de saqueos a comercios, unos 200 cortes de v¨ªas de comunicaci¨®n y al menos 30 incendios en todo el pa¨ªs. Fue quemada infraestructura p¨²blica y privada, sedes de partidos pol¨ªticos, edificios de viviendas y universitarios y oficinas gubernamentales. Adem¨¢s, el Ejecutivo inform¨® de que una persona fue atropellada en una carretera del norte del pa¨ªs, por lo que son ya 21 los fallecidos a causa de la crisis (cinco de ellos a manos de agentes).
La pol¨ªtica chilena vive horas cruciales. Busca una salida institucional al conflicto, pero esta se ve todav¨ªa lejana y adem¨¢s no parece que pueda apaciguar la violencia de?una protesta sin l¨ªderes y que enfrenta a las instituciones democr¨¢ticas con una severa crisis de representatividad, incluidos todos los partidos. Mientras la oposici¨®n pide unida un plebiscito y la convocatoria a una Asamblea Constituyente ¡ªen la que participen diferentes actores de la sociedad civil adem¨¢s del Parlamento¡ª para modificar la actual Constituci¨®n de 1980, el presidente, Sebasti¨¢n Pi?era, hizo en medio de una noche extremadamente dif¨ªcil como la de este martes, un llamamiento a un acuerdo por la paz entre los partidos, organizaciones sociales y ciudadanos.
¡°Los acuerdos que Chile necesita no pueden avanzar con la violencia e igual como no toleramos ninguna violaci¨®n a los derechos humanos, tampoco toleramos ninguna impunidad ante delitos que reflejan tanta maldad y que han causado tanto da?o¡±, indic¨® Pi?era, que anunci¨® querellas ¡°contra todas aquellas personas que han incitado, promovido, fomentado o participado en la comisi¨®n de los graves delitos" vividos en esta jornada. El presidente, con una p¨¦rdida de credibilidad que lo ha dejado en torno al 15% de respaldo, hizo un llamamiento por su parte para alcanzar acuerdos por la justicia social y una nueva Constituci¨®n, a lo que se abri¨® su Gobierno el pasado fin de semana. Nunca antes la derecha se hab¨ªa avenido a reemplazar la Ley Fundamental heredada de la dictadura militar y la decisi¨®n del Ejecutivo en medio de la crisis fue considerada un hecho hist¨®rico: ser¨¢ la primera vez que el pa¨ªs tendr¨¢ una Constituci¨®n nacida de la discusi¨®n democr¨¢tica.
Encrucijada del presidente
El presidente se encuentra en una encrucijada: atrapado entre la necesidad urgente de restablecer el orden p¨²blico y las decenas de acusaciones de violaciones a los derechos humanos por parte de las Fuerzas Armadas, que han sido denunciados ante la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). En estos 27 d¨ªas de protestas, unas 197 personas han sufrido da?os oculares, especialmente por el disparo de escopetas de perdigones de los agentes.
La oposici¨®n est¨¢ dividida despu¨¦s de la derrota electoral de 2017, no tiene un proyecto pol¨ªtico com¨²n ni el control de la calle. Al igual que el Gobierno y el oficialismo, se encuentra desprestigiada ante la ciudadan¨ªa. Est¨¢ compuesta por 14 partidos con m¨²ltiples concepciones. En el centroizquierda, la Democracia Cristiana mantiene fuertes diferencias con sus antiguos socios de la Concertaci¨®n, que gobern¨® entre 1990 y 2010, agrupados en Convergencia Progresista: los socialistas, los radicales y el PPD. A la izquierda, Unidad para el Cambio, que re¨²ne al PRO, los regionalistas y los comunistas (que formaron parte del ¨²ltimo Gobierno de Michelle Bachelet en un conglomerado extinguido cuando finaliz¨® esa Administraci¨®n, la Nueva Mayor¨ªa). Luego, el Frente Amplio, la coalici¨®n de izquierda que mira a Podemos en Espa?a, nacida despu¨¦s de las protestas estudiantiles de 2011. Compuesta por siete partidos y movimientos, en las ¨²ltimas elecciones logr¨® 20 parlamentarios en el Congreso.
Pese a su variedad, sin embargo, la oposici¨®n logr¨® acordar una declaraci¨®n conjunta en la que ratifican su respaldo a un plebiscito y la convocatoria a una asamblea constituyente para modificar la actual Constituci¨®n de 1980. ¡°Las y los ciudadanos movilizados en todo el territorio nacional han establecido, por la v¨ªa de los hechos, un proceso constituyente en todo el pa¨ªs¡±, indicaba el texto publicado este martes, en referencia a iniciativas como las de los alcaldes de diferentes ideolog¨ªas, que realizar¨¢n en diciembre un plebiscito ciudadano para consultar a la ciudadan¨ªa si quiere una nueva Ley Fundamental. ¡°Las fuerzas pol¨ªticas tenemos el deber de hacer viable un plebiscito vinculante para el establecimiento de una nueva Carta Magna que rija los destinos del pa¨ªs¡±.
Los 14 partidos de la oposici¨®n cerraron la puerta al m¨¦todo que hab¨ªa sido propuesto por el Gobierno para el cambio constitucional: un congreso constituyente ¡ªcon amplia participaci¨®n y plebiscito ratificatorio, pero formada por parlamentarios¡ª que no ha sido explicado por La Moneda. Seg¨²n la oposici¨®n, el camino propuesto por el Ejecutivo ¡°se aleja de la demanda popular por participaci¨®n y deliberaci¨®n¡±, por lo que proponen una asamblea constituyente, aunque hasta ahora solo se conozca el titular y ninguna f¨®rmula espec¨ªfica. Fue una declaraci¨®n que pareci¨® dejar arrinconada a La Moneda en su hora de mayor dificultad, cuando se pensaba que Pi?era optar¨ªa por devolver a los militares a la calle.
En Chile se viven horas de negociaciones contra reloj. La mayor¨ªa de los partidos de la oposici¨®n recogi¨® el llamamiento a la paz del presidente y se producen di¨¢logos entre los distintos sectores para intentar darle una salida institucional a la crisis. Como expres¨® el l¨ªder del Partido Radical, Carlos Maldonado, buscan llegar a un acuerdo con ¡°la m¨¢xima urgencia¡± dada la complejidad actual: ¡°Ojal¨¢ en las pr¨®ximas 24 horas¡±, indic¨® el dirigente de centroizquierda.
Una salida intermedia ser¨ªa la de una convenci¨®n constitucional, propuesta por el segundo Gobierno de Michelle Bachelet (2014-2018)?en abril de 2017 para reformar la Ley Fundamental. Fue esa Administraci¨®n la que llev¨® adelante un proceso de di¨¢logo en el que participaron 204.000 personas y cuyas conclusiones se presentaron en un proyecto de nueva Constituci¨®n pocos d¨ªas antes de dejar el poder. Su propuesta de convenci¨®n constitucional habilita a un organismo distinto del Congreso para la discusi¨®n y redacci¨®n de una nueva Constituci¨®n, pero no entra en detalles sobre su composici¨®n ni tiempos de trabajo. Podr¨ªa estar conformada por una mezcla entre delegados y parlamentarios, en un porcentaje acordado por los dirigentes pol¨ªticos. Esta salida parece atractiva para diferentes sectores porque otorga legitimidad y, al mismo tiempo, otorga garant¨ªas como la permanencia de los qu¨®rum actuales para cambiar las leyes.
P¨¦rdidas econ¨®micas
Mientras tanto, en estas casi cuatro semanas, el pa¨ªs est¨¢ lejos de recuperar la normalidad. Los locales comerciales en diferentes zonas de Santiago tienen placas de acero para protegerse de los saqueos, que han generado p¨¦rdidas incuantificables para las peque?as y medianas empresas. Algunos negocios han sido asaltados hasta tres veces seguidas. Las plazas p¨²blicas de municipios populares, como el de Maip¨², en el poniente de la capital, se encuentran destruidos. Una casa hist¨®rica del centro de Santiago, donde se encontraba la universidad privada Pedro de Valdivia, fue quemada hace algunos d¨ªas. Los bancos apenas abren una puerta peque?a para controlar los accesos. Las universidades p¨²blicas se encuentran paralizadas, como la Universidad de Chile, que no tiene actividades acad¨¦micas desde el 18 de octubre. Los centros escolares funcionan con irregularidad, incluso los privados. El f¨²tbol profesional se encuentra paralizado. La red de metro de Santiago de Chile ¡ªel orgullo del pa¨ªs, que trasladaba diariamente a 2,8 millones de personas¡ª tardar¨¢ meses en funcionar como antes del estallido social: de las 136 estaciones de la red de Metro, 118 presentan da?o y 25 fueron completamente quemadas.
El peligro de una recesi¨®n en 2020
La crisis pol¨ªtica se ha trasladado a la econom¨ªa chilena, que podr¨ªa entrar en recesi¨®n por primera vez en mucho tiempo en 2020, seg¨²n advierten diversos economistas, como Jos¨¦ de Gregorio, expresidente del Banco Central, y l¨ªderes de las grandes empresas, como el presidente de la Confederaci¨®n de la Producci¨®n y del Comercio (CPC), Alfonso Swett. La incertidumbre ha golpeado este mi¨¦rcoles nuevamente al peso chileno que se ha depreciado fuertemente frente al d¨®lar desde el estallido de las protestas el pasado 18 de octubre. Durante la jornada, la moneda local alcanz¨® su menor valor desde 2002, hasta cambiarse a 794,97 pesos por d¨®lar, un 1,5% m¨¢s que el martes que lleg¨® a 783 pesos. Se trata de los m¨¢ximos hist¨®ricos de la divisa norteamericana frente al peso chileno. ¡°La recesi¨®n t¨¦cnicamente deber¨ªa darse en marzo¡±, asegur¨® Swett.
En medio de un escenario de incertidumbre pol¨ªtica y social, el Banco Central llam¨® el martes a la calma y manifest¨® su "disposici¨®n a actuar frente a situaciones an¨®malas". El ministerio de Hacienda, en tanto, anunci¨® que liquidar¨¢ mil millones de d¨®lares del FEES (Fondo de Estabilizaci¨®n Econ¨®mica y Social) .
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