Guaid¨® pide reactivar la presi¨®n en las calles contra Maduro
El l¨ªder de la oposici¨®n venezolana insiste en tomar lo ocurrido en Bolivia como ejemplo
Juan Guaid¨® intent¨® este s¨¢bado reactivar la oposici¨®n en las calles de Venezuela con dos mensajes clave. El primero: tomar como inspiraci¨®n Bolivia, donde las protestas por el par¨®n en el recuento electoral y el fin del respaldo militar forzaron la salida del ya expresidente Evo Morales. El segundo: mantener frente al r¨¦gimen de Nicol¨¢s Maduro una protesta sostenida. ¡°No hay soluciones m¨¢gicas¡±, dijo en la concentraci¨®n en Caracas. El chavismo march¨® en apoyo a Morales.
¡°Tenemos que insistir hasta que el poder de las armas no est¨¦ del lado del usurpador, sino del lado de la Constituci¨®n¡±, dijo Guaid¨® ante miles de simpatizantes concentrados en el este de Caracas. ¡°Es el factor [el de los militares] que hoy nos falta, es el factor que hoy debe tomar una decisi¨®n¡±, a?adi¨® el opositor en una concentraci¨®n en la que habl¨® desde un cami¨®n con un micr¨®fono, por la imposibilidad de conseguir un proveedor que se arriesgue a prestarle servicios a la oposici¨®n tras varias detenciones de equipos dedicados a esta log¨ªstica. Ante los asistentes, que llenaban unas tres cuadras, llam¨® a sumarse a una agenda de protestas la pr¨®xima semana, que incluyen una marcha estudiantil hasta el principal cuartel militar de Caracas, el Fuerte Tiuna, el jueves.
Aunque lejos de las manifestaciones masivas posteriores a la proclamaci¨®n de Guaid¨® como presidente interino el pasado enero, en Venezuela no se ha dejado de protestar. Cerca de 15.000 se han registrado en los 10 primeros meses del a?o: por los apagones, falta de agua, gas, gasolina, medicamentos, abusos policiales, bajos salarios o la hiperinflaci¨®n. ¡°Es el momento de insistir, de mantenernos. Hay una agenda de protestas sostenidas. Tenemos que exigir a los pocos que soportan la dictadura que se unan a nosotros. La calle sin retorno significa estar en la calle por la falta de servicios, con las enfermeras, con los profesores, los estudiantes. Y tenemos que protestar hasta lograr elecciones libres¡±, dijo el jefe del Parlamento, reconocido como presidente interino por m¨¢s de 50 Gobiernos.
Guaid¨® tambi¨¦n insisti¨® en usar el emblema de Bolivia como bandera, hasta el punto de que, tras la concentraci¨®n y de forma inesperada, se dirigi¨® con parte de las personas hasta la Embajada de ese pa¨ªs en Caracas para dar respaldo al nuevo Ejecutivo interino.
Entre los asistentes, sin embargo, no se ve¨ªa con tanta claridad la comparaci¨®n. ¡°Bolivia tiene unas Fuerzas Armadas serias, ac¨¢ eso no va a pasar. Llevamos al menos 18 a?os protestando, pasamos meses en la calle en 2014 y en 2017 y nada pas¨®. Yo tengo claro que no hay soluciones m¨¢gicas y que tampoco hay mes¨ªas¡±, coment¨® Valentina Garc¨ªa, nutricionista de 44 a?os, que mostraba en la calle su descontento. ¡°Qu¨¦ m¨¢s quisiera yo que que este fuera el ¨²ltimo d¨ªa de protesta, pero quiz¨¢s pueda ser el comienzo de otra etapa y que la gente se vaya entusiasmando. Quedarme en casa no es opci¨®n¡±.
El estancamiento de la lucha pol¨ªtica de la oposici¨®n y la agudizaci¨®n de la precariedad en la vida cotidiana han hecho de Venezuela una sociedad cansada, lo que ha tenido un precio para el poder de convocatoria de Guaid¨®. El dirigente no hac¨ªa un llamamiento de este tipo desde hace tres meses, tras los traspi¨¦s con la entrada de la ayuda humanitaria, la fallida operaci¨®n militar de abril y la deriva de las negociaciones con el chavismo iniciadas en Noruega. Al l¨ªder de la oposici¨®n lo respalda hoy menos gente en las calles de Venezuela, aunque ayer hubo m¨¢s de la que el des¨¢nimo general proyectaba.
Carmenza Gonz¨¢lez, enfermera en un hospital p¨²blico, lo reconoce. Este gremio lleva meses protestando por los bajos salarios y pr¨®ximamente ir¨¢ a una huelga general junto al de los maestros. ¡°Somos muy pocas las que salimos a la calle, porque tambi¨¦n quedamos muy pocas. Todas mis compa?eras se est¨¢n yendo del pa¨ªs, toda mi familia se ha ido. Nos estamos quedando solos. Tampoco podemos protestar todos los d¨ªas porque no podemos dejar solos a los pacientes y tenemos que trabajar para poder comer¡±, dice la mujer de 67 a?os, que llevaba una pancarta que ped¨ªa la renuncia de Nicol¨¢s Maduro.
En algunas capitales del interior la movilizaci¨®n fue mayor, como en Valencia, en el centro del pa¨ªs. Pero tambi¨¦n hubo intimidaci¨®n de grupos parapoliciales en los Estados de M¨¦rida y Amazonas.
En Caracas, el despliegue policial fue grande y el Gobierno de Maduro cerr¨® el metro para limitar el transporte de las personas y se bloque¨® el acceso a Internet y redes sociales, pr¨¢cticas habituales en los ¨²ltimos a?os. Los agentes antimotines lanzaron gases lacrim¨®genos a los peque?os grupos que se concentraron en el oeste, muy cerca de donde se reun¨ªan los seguidores de Maduro en respaldo a Evo Morales. Esta fue otra movilizaci¨®n disminuida, a la que ni siquiera acudi¨® Maduro.
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