Bogot¨¢ vive el toque de queda entre la desinformaci¨®n y el miedo
De 45 llamadas a la polic¨ªa alertando por actos de vandalismo, solo un hecho fue real. Algunos ciudadanos pasaron la noche en vela armados con palos
Una noche de desinformaci¨®n y miedo. El toque de queda en Bogot¨¢ se vivi¨® a trav¨¦s de chats de WhatsApp que se inundaron con supuestos testimonios de vandalismo y con v¨ªdeos que circulaban por las redes sociales, compartidos incluso por referentes pol¨ªticos, creando un ambiente de zozobra que se mantuvo hasta la madrugada en la capital de Colombia.?Durante todo el viernes, se presentaron actos vand¨¢licos?verificados en zonas populares del sur de la ciudad. Inicialmente, el alcalde Enrique Pe?alosa hab¨ªa decretado el toque de queda solo para los barrios afectados. Minutos despu¨¦s, el Gobierno de?Iv¨¢n Duque decidi¨® instaurarlo en toda la ciudad, una medida que no se aplicaba desde 1977 en la capital y sac¨® a 13.000 integrantes del Ej¨¦rcito y de la polic¨ªa a patrullar las calles. Sin embargo, la decisi¨®n caus¨® que el miedo se extendiera a otros barrios donde, como afirm¨® el alcalde, no pasaba nada en realidad. Muchos de los v¨ªdeos falsos correspond¨ªan a los mismos que se difundieron en Cali la noche del 21 de noviembre, tras el toque de queda en esa ciudad.
En varias ocasiones, los porteros de los edificios y conjuntos residenciales hicieron sonar las alarmas y los vecinos salieron con palos a defenderse de los supuestos v¨¢ndalos. As¨ª ocurri¨® en Salitre y Fontib¨®n, en el occidente de la ciudad. ¡°Unos 30 vecinos salieron a perseguir a un ladr¨®n, lo cogieron y se lo entregaron a la polic¨ªa. Se han escuchado varios disparos¡±, report¨® el periodista de El Tiempo, Jos¨¦ Mojica. Pe?alosa tuvo que hacer una llamada a la calma y desminti¨® esos hechos. ¡°Hemos revisado cientos de llamadas y nunca ha sido algo real. Parece una campa?a orquestada. Los invito a la tranquilidad. Incluso donde nos han dicho que se han escuchado disparos, son vecinos que en medio de la tensi¨®n han disparado¡±, dijo sobre las once de la noche. Y el director de la polic¨ªa, ?scar Atehort¨²a, secund¨® m¨¢s tarde con un dato: de 45 llamadas que recibieron, solo un caso era real.
¡°En Cali quisieron causar terrorismo psicol¨®gico y exactamente lo mismo ocurri¨® en Bogot¨¢. Esto no es casual. Personas inescrupulosas al tiempo que invitan [a realizar] acciones vand¨¢licas env¨ªan informaci¨®n para que las personas se recluyan en sus casas, aparezcan con temor o para que alguien les cause un da?o a sus vecinos¡±, explic¨® Atehort¨²a. Pero ni el alcalde ni el director de la polic¨ªa explicaron qui¨¦n estaba detr¨¢s de esta ¡°estrategia orquestada¡± de miedo. Tampoco inform¨® si hubo capturados por actos vand¨¢licos o por violar la restricci¨®n de movilidad, ni el origen de los v¨ªdeos que mostraban hombres baj¨¢ndose de camiones y asustando a la poblaci¨®n.
El congresista Roy Barreras, asegur¨® que promover¨¢ una investigaci¨®n por ¡°p¨¢nico inducido por el Estado¡±. ¡°Procurador y fiscal general investigar¨¢n denuncias sobre vandalismo inducido para generar p¨¢nico y deslegitimar protesta pac¨ªfica. Hay v¨ªdeos. Hay denuncias. ?Hay una estrategia estatal para generar p¨¢nico y reemplazar clamor de cambio por clamor por represi¨®n?¡±, escribi¨® en su cuenta de Twitter. En el mismo sentido se pronunci¨® el congresista Iv¨¢n Cepeda. "Pido a la ciudadan¨ªa me env¨ªe toda la informaci¨®n que pueda dilucidar la naturaleza de los ataques vand¨¢licos: simultaneidad, origen y composici¨®n de los grupos de atacantes, eventuales v¨ªnculos con la Fuerza P¨²blica, focalizaci¨®n en ciertos conjuntos residenciales, etc¨¦tera".
Mientras eso ocurr¨ªa en Bogot¨¢, una explosi¨®n de un cilindro en Santander de Quilichao, en el departamento de Cauca, dej¨® tres polic¨ªas muertos y siete heridos. Atehort¨²a lo calific¨® como un atentado terrorista, pero tampoco aclar¨® si este hecho estaba conectado con las protestas.
Los cacerolazos del descontento
En la madrugada, las calles permanec¨ªan desoladas, sin ciudadanos, y la actividad de las redes mengu¨®, aunque no se detuvo. En algunos conjuntos cerrados, las personas vestidas de camisetas blancas y con palos hicieron guardia tomando bebidas calientes o licor esperando la supuesta llegada de los v¨¢ndalos.
El p¨¢nico contrast¨® con la alegr¨ªa previa de los cacerolazos que se escucharon por segundo d¨ªa y se convirtieron en el sonido del descontento. El toque de queda entr¨® en vigencia y a¨²n hab¨ªa muchas personas participando en cacerolazos. Pasadas las nueve de la noche, grandes grupos de ciudadanos segu¨ªan concentrados, bailando y tocando cacerolas en distintos barrios de Bogot¨¢ desafiando la medida impuesta por Duque. Unas horas m¨¢s tarde, ya con la gente en las casas, el sonido de las cacerolas segu¨ªa escuch¨¢ndose.
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