El investigador que agita a las ¡®sardinas¡¯
Un bolo?¨¦s de 32 a?os es el portavoz del movimiento espont¨¢neo que planta cara a la ultraderecha en las calles de norte a sur de Italia
Ser la n¨¦mesis del hiperactivo l¨ªder de la Liga, Matteo Salvini, requiere dedicaci¨®n completa. Mattia Santori (Bolonia, 1987) lo descubri¨® hace un mes. Investigador de recursos energ¨¦ticos, ten¨ªa cuatro empleos distintos y un malestar creciente ante lo que ve¨ªa en Italia y se acercaba cada vez m¨¢s a su casa bolo?esa. Quiso reaccionar y el 14 de noviembre sucedi¨® algo inesperado. Hoy recibe unas 80 llamadas telef¨®nicas al d¨ªa, tiene 250 conversaciones y dedica semanas enteras a acudir a los plat¨®s de televisi¨®n a desmentir bulos. Santori es el l¨ªder y portavoz del movimiento de las sardinas, una efervescencia pol¨ªtica espont¨¢nea que ha sacado a miles de personas a la calle en Italia contra la ultraderecha y el populismo y que el pr¨®ximo 14 de diciembre, un mes despu¨¦s de la primera concentraci¨®n, intentar¨¢ reunir a un mill¨®n de personas en Roma. "Una locura, esa es la palabra", admite al tel¨¦fono.
Italia, sumida en una guerra de trincheras electoral, se juega su futuro pol¨ªtico el pr¨®ximo 26 de enero en los comicios de Emilia Roma?a, un feudo hist¨®rico de la izquierda con plazas cruciales como Bolonia. Salvini, contra todo pron¨®stico, ha logrado un avance que le sit¨²a ya cerca de tomar la delantera en los sondeos y su candidata, Lucia Borgonzoni, pisa los talones al actual gobernador de la regi¨®n, Stefano Bonaccini. Las peleas entre el PD y el Movimiento 5 Estrellas (M5S), que finalmente no concurrir¨¢n unidos como hicieron en Umbria, han debilitado la candidatura de la izquierda y si Salvini se hace con la regi¨®n, ser¨¢ dif¨ªcil negarle unas elecciones anticipadas. Por eso Santori y tres amigos (Roberto Morotti, Giulia Trappoloni y Andrea Garreffa) quisieron llevar a 6.000 personas a la calle, 500 m¨¢s de las que cab¨ªan en el auditorio donde iba a hablar el l¨ªder de la Liga. Al final fueron 7.000 y comenz¨® una peque?a e inesperada revoluci¨®n c¨ªvica coordinada desde Facebook, donde tienen ya 200.000 seguidores.
El movimiento de las sardinas, en el que est¨¢ prohibido ondear la bandera de ning¨²n partido o que suba al escenario cualquiera de sus dirigentes, ha sacudido Italia de norte a sur. All¨¢ donde va Salvini le siguen tambi¨¦n ellos cantando el Bella ciao. Al experimento de Bolonia, se sumaron luego Padua, Ferrara, Perugia, Tur¨ªn o Palermo. Hoy llegan solicitudes de personas de todas las ciudades para organizar manifestaciones. Santori y el resto de coordinadores (unos 20) hacen algunas comprobaciones, se ponen en contacto con ellas y les dan algunos consejos. ¡°Hay que crear una alternativa narrativa. Sin reglas. Pero el lenguaje no debe hacer referencias a la negatividad, a la violencia o al insulto. Todo tiene que ser limpio y divertido. Fue la respuesta que dimos en Bolonia y funcion¨®. Ahora vamos 10 a 0 llevando a la calle una alternativa que es m¨¢s potente que los relatos de Internet¡±.
El objetivo de las sardinas, cuya p¨¢gina en Facebook fue bloqueada por la compa?¨ªa durante unas horas el pasado domingo, es ahora una gran manifestaci¨®n en Roma en la que esperan sumar un mill¨®n de personas a un movimiento que todav¨ªa no ha capitalizado ning¨²n partido. ¡°No tenemos certezas, cada d¨ªa descubrimos distintas variables. Hay un vac¨ªo muy grande en la sociedad italiana, en su cultura pol¨ªtica, que ha sido ocupado violentamente por las promesas del populismo de derecha. Nosotros intentamos activar el cerebro de la pol¨ªtica, damos identidad y creamos una medicina¡±, explica Santori. El movimiento tiene una media de edad de unos 30 a?os. Ese sector de la poblaci¨®n que el soci¨®logo Ilvo Diamanti defin¨ªa el pasado martes en La Repubblica como ¡°j¨®venes adultos¡± y del que dos de cada tres tienen que marcharse de Italia para buscarse la vida.
El tremendo ¨¦xito ha obligado a Salvini a contrarrestar. En todas sus intervenciones televisivas ¡ªy es el l¨ªder pol¨ªtico que m¨¢s plat¨®s pisa¡ª?les acusa de ser marionetas del PD. Luego, en redes sociales, con una campa?a ir¨®nica ¡ªy algo rid¨ªcula para su elevada capacidad de enfangar¡ª de gatitos que comen sardinas, en la que el l¨ªder de la Liga elude por primera vez la confrontaci¨®n directa. Las claves del ¨¦xito son dos, seg¨²n Santorini. La primera es una t¨¦cnica comunicativa distinta que obliga a los participantes a construirse una sardina recort¨¢ndola y colore¨¢ndola. ¡°Se propone una alternativa a la violencia. La se?ora de 60 a?os, el parado, el estudiante o la madre con su hijo interact¨²an y eso?les permite sentirse parte de algo". La otra es la ausencia de banderas, de partidos y de asociaciones. "Es un frente humanitario y social contra una deriva populista. Y eso permite tener a mucha gente dentro¡±, insiste.
El problema ahora, como sucedi¨® en Italia con otros movimientos que precedieron a este como los? Girotondi, que protestaron en 2002 contra el Gobierno de Silvio Berlusconi y que promovi¨® el cineasta Nanni Moretti, es dise?ar su evoluci¨®n. Las sardinas pueden disolverse en el oc¨¦ano pol¨ªtico italiano o constituir una formaci¨®n, como sucedi¨® con el M5S y las concentraciones de Beppe Grillo previas a la constituci¨®n del partido. Un paso que supondr¨ªa un riesgo a corto plazo. ¡°Ser un partido no est¨¢ en nuestro programa, nos arriesgar¨ªamos a ir a competir a un territorio que no nos pertenece. No hacemos pol¨ªtica, aunque alguno de nosotros empiece a hacerlo. El fen¨®meno de las sardinas tiene que quedar en lo cotidiano¡±.
El movimiento, sin embargo, ya ha tomado partido en Emilia Roma?a. Una regi¨®n donde la guerra se librar¨¢ entre dos candidatos y no hay mucho margen para sutilezas. ¡°No nos presentamos, pero decimos: abstenci¨®n o buscar una parte pol¨ªtica del centroizquierda. Aqu¨ª ya es as¨ª. En el resto de Italia todav¨ªa es un experimento que no sabemos c¨®mo cristalizar¨¢¡±. Roma dar¨¢ la medida exacta de hasta d¨®nde puede llegar.
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