42 viernes por la democracia en Argelia
La farsa electoral organizada por el poder ha encendido a¨²n m¨¢s la movilizaci¨®n popular
Cada viernes, desde hace 42 semanas, los argelinos vienen tomando pac¨ªficamente las calles del pa¨ªs en demanda de una aut¨¦ntica transici¨®n democr¨¢tica. Es lo que se denomina hirak, una movilizaci¨®n popular, transversal y ac¨¦fala que ha hecho temblar los cimientos del bien asentado Estado profundo argelino, conocido como le pouvoir. Las dos expresiones, el hirak y le pouvoir, resumen una larga historia de desencuentros cuyo futuro m¨¢s inmediato se dirime en las elecciones presidenciales de este jueves.
Le pouvoir, dicho as¨ª, en franc¨¦s, es un reflejo de la alienaci¨®n afrancesada ¡ªgrave acusaci¨®n donde las haya en Argelia¡ª que sufre la casta que gobierna el pa¨ªs desde su costos¨ªsima independencia de Francia en 1962. Le pouvoir es el conglomerado civil y militar, econ¨®mico y pol¨ªtico, cultural y sindical que ha hundido en el abismo a un pa¨ªs que, un d¨ªa, abander¨® el sue?o revolucionario fanoniano de que otro mundo era posible. Por su parte, hirak es t¨¦rmino ¨¢rabe y da expresi¨®n a la reivindicaci¨®n activa de demanda de justicia y dignidad, esto es, de una verdadera democracia, por parte de los pueblos del norte de ?frica, que cuestionan la legitimidad de unos reg¨ªmenes que se perpet¨²an en contra del inter¨¦s del com¨²n de sus sociedades.
Lo m¨¢s novedoso del actual hirak argelino son las complicidades tejidas entre grupos y estamentos que tradicionalmente se hallaban encastillados. De ah¨ª el desaf¨ªo que suponen para el poder unas movilizaciones que no han hecho sino acrecentarse con el transcurso del a?o, y que amenazan el continuismo al que aspira Ahmed Gaid Salah, el actual hombre fuerte de la Argelia gerontocr¨¢tica, autoritaria, patriarcal y clasista que corroe al pa¨ªs. La farsa electoral organizada por el poder ha encendido a¨²n m¨¢s la movilizaci¨®n popular, pues los cinco candidatos son hijos del antiguo r¨¦gimen y est¨¢n al servicio de lo que la calle llama, en italiano esta vez, la ¡°mafia¡±. El llamamiento al boicot electoral es pr¨¢cticamente un¨¢nime, a¨²na a ¨¢rabes y cabile?os, argelinos y oraneses, laicos e islamistas, universitarios y obreros, j¨®venes y abuelos que vivieron la guerra de liberaci¨®n. El ¨ªndice de participaci¨®n y c¨®mo transcurra la jornada ser¨¢n decisivos para el d¨ªa despu¨¦s, que comienza con un nuevo viernes en el que siguen previstas las movilizaciones.
El miedo que hab¨ªa tenido paralizado al pa¨ªs desde la guerra civil de la d¨¦cada de 1990 se ha transformado en una resoluci¨®n l¨²cida y valiente de luchar por la democracia, que se mantiene alerta ante la fabricaci¨®n de derivas contrarrevolucionarias. Los argelinos miran de reojo lo ocurrido en Libia, Siria y Egipto, pero, al contrario de lo que le pouvoir pretend¨ªa, no se han desanimado: pocos pueblos saben m¨¢s del precio de la libertad que el de Argelia. Hoy corean, al igual que vienen haciendo sudaneses, libaneses e iraqu¨ªes, una m¨¢xima de la primavera ¨¢rabe que algunos, interesadamente, se hab¨ªan apresurado a enterrar: ¡°La revoluci¨®n contin¨²a¡±. Pase lo que pase en las elecciones.
Luz G¨®mez es profesora de Estudios ?rabes de la Universidad Aut¨®noma de Madrid. Su libro m¨¢s reciente es Entre la shar¨ªa y la yihad. Una historia intelectual del islamismo (Catarata, 2018).
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