Farsa argelina

Por tercera vez este a?o los argelinos han sido convocados a las urnas para elegir al presidente de la Rep¨²blica, en concreto el 12 de diciembre. Fue anulada la primera convocatoria, el 12 de abril, al iniciarse una ola de manifestaciones contra el habitual ama?o electoral preparado para elegir por quinta vez a Abdelaziz Buteflika, de 82 a?os y 20 en el poder, a pesar de su p¨¦simo estado de salud y de su incapacidad para comunicarse, resultado de un ictus sufrido en 2013, antes ya de la cuarta reelecci¨®n. Lo mismo sucedi¨® con la segunda convocatoria, para el 4 de julio, en este caso por falta de candidatos que accedieran a participar en unos comicios organizados por quien detenta el poder f¨¢ctico del pa¨ªs, el general Ahmed Gaid Salah.

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Transici¨®n pendiente

Buteflika abandona

Es admirable la persistencia de la sociedad argelina, movilizada en demanda de una refundaci¨®n de la Rep¨²blica que signifique la reconquista de las libertades pol¨ªticas y del pluralismo secuestrados desde la independencia, cuando tom¨® el poder una casta pol¨ªtico-militar que todav¨ªa no lo ha soltado. Dura ya 10 meses el combate entre el Hirak ¡ªpalabra que significa movimiento en ¨¢rabe¡ª, que re¨²ne todos los viernes a millares de argelinos de todas las edades bajo una reivindicaci¨®n pac¨ªfica y democr¨¢tica, y Le Pouvoir ¡ªla expresi¨®n en franc¨¦s con la que se reconoce a la ¨¦lite que controla los resortes econ¨®micos, militares e institucionales del pa¨ªs¡ª.

La maniobra de Gaid Salah es una repetici¨®n escenogr¨¢fica de una falsa democracia que aparenta poseer todos los elementos necesarios para unas elecciones libres pero no cuenta con ninguno. Ha sido barrida la camarilla presidencial que rodeaba a Buteflika, incluyendo el encarcelamiento de destacados familiares y personalidades pr¨®ximas al anciano, pero Gaid Salah lo ha compensado con una brutal acometida contra periodistas, pol¨ªticos disidentes, manifestantes y dirigentes del Hirak.

Son cinco los candidatos a las elecciones, dos ex primeros ministros de Buteflika, dos exministros y un exdirigente del Frente de Liberaci¨®n Nacional, el antiguo partido ¨²nico, todos ellos surgidos del Estado profundo que manda en Argelia. Cumplen en sus campa?as con el guion de la farsa escrito por Le Pouvoir, movilizado para intentar llevar a la gente a los m¨ªtines y salvar las apariencias, pero el Hirak persiste exitosamente en su denuncia y en el boicoteo a las elecciones.

A pesar de la fuerza del Hirak, la transici¨®n ni siquiera ha empezado. Habr¨¢ que ver si el resultado de la elecci¨®n presidencial proporciona la oportunidad al candidato vencedor de emprender la tarea de apertura democr¨¢tica y de di¨¢logo entre la ciudadan¨ªa movilizada y los detentadores del poder que el general Salah no ha sido capaz ni siquiera de iniciar y Argelia se dirige al fin a un proceso constituyente que abra las puertas a la democracia.