Johnson encarrila el Brexit, pero afronta graves retos territoriales

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Una vez recibido el encargo de la reina Isabel II de formar Gobierno, Johnson cumpli¨® con la tradici¨®n y compareci¨® ante la puerta del n¨²mero 10 de Downing Street. Era su tercera declaraci¨®n en menos de 24 horas, y reiter¨® el mensaje con el que pretende comenzar su mandato. El Parlamento, anunci¨®, volver¨¢ a constituirse el pr¨®ximo lunes para cumplir cuanto antes con la promesa de culminar el Brexit, y poder salir de la Uni¨®n Europea el 31 de enero. Y a partir de ese momento, ¡°permitir que todos los sentimientos de buena voluntad de aquellos ciudadanos que deseaban permanecer en la UE encuentren su expresi¨®n en la gran tarea del a?o que viene: forjar una nueva relaci¨®n con Bruselas como amigos y socios soberanos en pie de igualdad¡±.

Johnson abandon¨® en las ¨²ltimas horas el eslogan de campa?a de Get Brexit Done (Cumplamos ya con el Brexit) por el de The People¡¯s Government (el Gobierno del pueblo). ¡°A todos aquellos que votaron por primera vez al Partido Conservador, a los que les tembl¨® la mano al depositar esa papeleta y sintieron en su o¨ªdo las advertencias de padres y abuelos, les doy las gracias humildemente y les prometo que trabajaremos sin descanso para pagarles esa confianza¡±, dijo Johnson.

El Partido Conservador apenas ara?¨® un par de puntos en ¨¢reas de tradici¨®n hist¨®rica de voto de izquierdas, sobre todo en el norte de Gales y en el centro y norte de Inglaterra, pero se benefici¨® del estrepitoso hundimiento en esas regiones del Partido Laborista. Cuando en la madrugada del viernes se supo que Blyth Valley, una localidad minera en la costa nororiental inglesa que nunca? hab¨ªa dejado de votar al laborismo, pero que respald¨® mayoritariamente el Brexit en 2016, iba a enviar a Westminster un diputado conservador, qued¨® claro que las reglas del juego hab¨ªan cambiado. Johnson tiene ahora entre sus manos la delicada tarea de preservar y no defraudar a una ingente cantidad de votantes que, como aquellos ¡°conservadores de Blair¡± de los a?os noventa, han decidido cambiar de bando. ¡°Ha logrado descubrir y seducir a una nueva identidad cultural inglesa, y si sabe gestionarlo bien puede lograr forjar una nueva mayor¨ªa conservadora para toda una generaci¨®n¡±, reconoc¨ªa en la BBC Nicholas Soames, el nieto de Winston Churchill y uno de los conservadores moderados m¨¢s cr¨ªticos con Johnson, que se ha rendido tambi¨¦n a sus encantos.

A medio plazo, los problemas no le vendr¨¢n a Johnson de la oposici¨®n laborista, que con 203 diputados se ha hundido a su peor nivel desde 1935. Jeremy Corbyn, quien logr¨® entusiasmar a multitud de j¨®venes en 2015 con la propuesta de un giro a la izquierda, ha espantado a muchos votantes laboristas con un programa apabullante ¡ª¡°el m¨¢s radical de las ¨²ltimas d¨¦cadas¡±, lo defini¨®¡ª y decepcionado a otros tantos con su deliberada ambig¨¹edad sobre el Brexit, el asunto que ha definido hasta el final estos comicios.

En la madrugada del viernes Corbyn anticip¨® su voluntad de abandonar el liderazgo del partido, pero no sin antes abrir un proceso de deliberaci¨®n y toma de decisiones a principios de 2020. Si esto significa un intento de pilotar la transici¨®n y preservar el n¨²cleo del corbynismo en la formaci¨®n, todo anticipa una larga lucha de poder en el seno del laborismo.

M¨¢s preocupante ser¨¢ para Johnson el desaf¨ªo que le llegar¨¢ desde Escocia. El Partido Nacional Escoc¨¦s (SNP, en sus siglas en ingl¨¦s) ha arrollado en su territorio natural de combate al resto de formaciones. Ya era la tercera fuerza en la C¨¢mara de los Comunes, con 35 diputados. Ha logrado sumar 13 m¨¢s, y ha interpretado este incremento como una inyecci¨®n de legitimidad a sus pretensiones independentistas.

La ministra principal de Escocia y l¨ªder del SNP, Nicole Sturgeon, anunci¨® este viernes su intenci¨®n de presentar la semana que viene los planes para la celebraci¨®n de un nuevo refer¨¦ndum de independencia. El anterior, celebrado en 2014, supuso la victoria de los partidarios de permanecer en el Reino Unido. El Brexit, mayoritariamente rechazado por los escoceses, y la animadversi¨®n generalizada que provoca la figura de Johnson, han dado un nuevo impulso a los ¨¢nimos secesionistas.

Debacle liberaldem¨®crata

¡°No se trata de pedir permiso a Boris Johnson o a cualquier otro pol¨ªtico de Westminster. Este resultado es la afirmaci¨®n del derecho democr¨¢tico del pueblo de Escocia a determinar su propio futuro¡±, proclam¨® Sturgeon en Edimburgo. El primer ministro ya advirti¨® durante la campa?a, y antes de que comenzara, de que no caer¨ªa en la trampa de David Cameron y no acceder¨ªa a la celebraci¨®n de un nuevo refer¨¦ndum.

Este enfrentamiento poselectoral anticipa un incremento de la tensi¨®n territorial en el Reino Unido durante los pr¨®ximos meses. Tensi¨®n a la que se sumar¨¢ el resultado cosechado en Irlanda del Norte por los partidos republicanos, como el Sinn F¨¦in, partidarios de la unificaci¨®n de la isla de Irlanda. Por primera vez han cosechado en unas elecciones generales m¨¢s votos que sus rivales, las formaciones unionistas.

Junto al laborismo, el gran derrotado de estos comicios ha sido el Partido Liberal Dem¨®crata. A pesar de sus infladas expectativas, ha perdido un diputado y se queda con 11. Su l¨ªder, Jo Swinson, incapaz de revalidar su propio esca?o, anunci¨® ayer que abandonaba el puesto.