Los liberaldem¨®cratas brit¨¢nicos se aferran a la bandera europea para intentar abrir un hueco en el bipartidismo

La primera se?al de desesperaci¨®n de un candidato son los ataques personales. Jo Swinson (Glasgow, 39 a?os), la cara amable y fresca del Partido Liberal Dem¨®crata, cruz¨® la l¨ªnea roja el pasado jueves. "Solo por el machismo de comparar a nuestras deportistas de ¨¦lite con nutrias h¨²medas o de presumir de haber dado una palmada en el trasero a su jefa, este hombre no puede ser un modelo para nuestros hijos o alguien en quien nuestras hijas depositen su fe", dijo al referirse al l¨ªder conservador, Boris Johnson. "No le import¨¢is en absoluto ni vosotros ni vuestras familias. No est¨¢ a la altura para ser primer ministro", expres¨® en un arranque calculado de ira que fue interpretado por los medios como la confesi¨®n impl¨ªcita de que su campa?a se estaba hundiendo.

M¨¢s informaci¨®n

As¨ª van las encuestas en Reino Unido: los conservadores de Boris Johnson son los favoritos

Los conservadores brit¨¢nicos se lo juegan todo a la carta de Johnson

La ¨²ltima oportunidad para el giro izquierdista de Jeremy Corbyn

Esta vez parec¨ªa posible. Las encuestas sonre¨ªan a los liberaldem¨®cratas, y su ¨¦xito en las elecciones al Parlamento Europeo del pasado mayo (casi un 14% de los apoyos, y segunda posici¨®n detr¨¢s del Partido del Brexit del ultranacionalista Nigel Farage) parec¨ªa sugerir que iban en la buena direcci¨®n.El empe?o personal de Vince Cable, y m¨¢s tarde de su sucesora al frente de la organizaci¨®n, Swinson, de presentarse como los ¨²nicos partidarios de la permanencia del Reino Unido en la UE estaba dando sus frutos. En un clima extremadamente polarizado, eran una voz clara y firme frente al fanatismo euroesc¨¦ptico del Partido Conservador y de la tibieza oportunista del laborista Jeremy Corbyn.

Los ¨²ltimos sondeos, en la recta final de la campa?a, han comenzado a diluir el espejismo. Los brit¨¢nicos llevan d¨¦cadas programados para el bipartidismo que tanto favorece su sistema electoral (First past the post, o el ganador se lleva todos los votos) y lo m¨¢ximo a que puede aspirar un partido de centro es a hacerse un peque?o hueco en la C¨¢mara de los Comunes. "El sistema en el Reino Unido es completamente disfuncional y est¨¢ caducado. En nuestro caso, incluso en la peor de las circunstancias hemos tenido el apoyo de al menos el 7% del electorado, y solo logramos el 2% de los diputados. Es una situaci¨®n rid¨ªcula. Ocurre lo mismo con el Partido Verde, o incluso con el Partido del Brexit. El Parlamento no es nada representativo", se quejaba amargamente a EL PA?S Vince Cable en los d¨ªas previos al trasvase del mando a su sucesora.

Swinson, quien ha evitado pronunciarse sobre qu¨¦ tipo de Brexit defiende su partido porque presenta la propuesta m¨¢s radical de estas elecciones -revocar por completo la decisi¨®n de salir de la UE que se tom¨® en el refer¨¦ndum de 2016-, lleg¨® a creerse que el escenario pol¨ªtico hab¨ªa cambiado, que una nueva generaci¨®n hab¨ªa tomado las riendas y la divisi¨®n derecha / izquierda era ya mucho menos relevante que la de Europa s¨ª / Europa no. Hasta ocho diputados procedentes del laborismo y de los conservadores hab¨ªan desertado esta pasada legislatura para engrosar las filas de los liberaldem¨®cratas, que comenzaron en 2017 con 12 diputados y acabaron con 20. Fue Swinson quien, en una jugada sorprendente en colaboraci¨®n con el Partido Nacional Escoc¨¦s, forz¨® la mayor¨ªa necesaria para que Johnson tuviera el adelanto electoral que anhelaba. "Nunca imagin¨¦ que me presentar¨ªa hoy aqu¨ª para anunciar que aspiro a ser primera ministra del Reino Unido. Pero cuando observo a Boris Johnson y a Jeremy Corbyn, estoy absolutamente segura de que puedo hacerlo mejor que ellos", anunci¨® en el acto de presentaci¨®n de su campa?a.

Su rostro invadi¨® autobuses y carteles y el partido adopt¨® un tono presidencialista en sus mensajes. En parte porque, diluido el significado de liberal en la era Brexit, la apuesta era por la personalidad del candidato. En parte tambi¨¦n porque era necesario dar a conocer a una mujer que llevaba toda su vida en pol¨ªtica, pero siempre en un segundo plano. "?Swanton? ?Swanson? ?Swindon?", se han preguntado muchos de los 100 votantes reunidos por The Times en un grupo de discusi¨®n montado para intentar conocer las preocupaciones del electorado ante unas elecciones provocadas por el Brexit, en las que no se habla apenas del Brexit.

El ¨²ltimo sondeo de YouGov, la empresa que ha mantenido en los ¨²ltimos meses un registro m¨¢s constante y fiable del ¨¢nimo de los votantes, otorga a los liberales dem¨®cratas un 13% de apoyos el pr¨®ximo d¨ªa 12. A principios de noviembre lleg¨® a atribuirles un 17%. Pero su aparente ¨¦xito se deb¨ªa m¨¢s a las desinfladas expectativas de los laboristas que a una remontada efectiva. El empe?o de Swinson en rechazar cualquier colaboraci¨®n futura responde a un doble problema. Les cost¨® diez a?os de traves¨ªa del desierto que los votantes les perdonaran el Gobierno de coalici¨®n con los conservadores que formaron David Cameron y Nick Clegg. Cargaron con todas las culpas de las pol¨ªticas de austeridad y les arrebataron las escasas medallas que hab¨ªa para repartir. Y, de acuerdo con los sondeos, cualquier se?al de alianza con el impopular Jeremy Corbyn ser¨ªa una r¨¦mora.

"Cuando yo dej¨¦ el Partido Laborista, fund¨¦ el Partido Socialdem¨®crata. M¨¢s tarde perd¨ª la batalla sobre cu¨¢l deb¨ªa ser la naturaleza de la nueva formaci¨®n. Desaparecimos en menos de dos elecciones y desde entonces voto al Partido Verde", explica el hist¨®rico David Owen, para apuntar el origen de los liberaldem¨®cratas: la uni¨®n del Partido Liberal y de los restos de aquel experimento de izquierda moderada.

Swinson pens¨® que el centro ya no resist¨ªa los embates de ambos lados, y que el ¨²nico modo de sobrevivir era inventar un nuevo extremo. Eligi¨® defender la bandera de la UE, pero no entendi¨® que hasta el votante m¨¢s europe¨ªsta tiene ciertos escr¨²pulos ante la idea de deshacer de un plumazo la decisi¨®n de 17,5 millones de votantes en el refer¨¦ndum de 2016.