Los talibanes matan a seis soldados afganos en su primera prueba de fuerza tras el acuerdo con EE UU
El presidente Ghani, partidario de extender la tregua, critica la actitud de la guerrilla
Seis soldados afganos han muerto hasta este martes en varios ataques de los talibanes que la v¨ªspera dejaron de respetar la ¡°reducci¨®n de violencia¡± acordada con Estados Unidos. Dos de las v¨ªctimas se han producido en la provincia de Kandahar y otras cuatro en la de Logar, seg¨²n fuentes oficiales citadas por las agencias de noticias locales. En una primera demostraci¨®n de poder¨ªo tras el acuerdo con la superpotencia firmado el pasado s¨¢bado en Qatar, la guerrilla talib¨¢n ha realizado operaciones contra fuerzas gubernamentales en al menos 13 de las 34 provincias de Afganist¨¢n. El presidente Ashraf Ghani, que el domingo expres¨® su disposici¨®n a extender esa tregua, les ha advertido de que ¡°matar afganos es un crimen¡±.
Ghani se encuentra entre la espada y la pared. Su Gobierno, que los insurgentes nunca han reconocido, qued¨® fuera de la negociaci¨®n entre la guerrilla y Estados Unidos para la salida de las tropas extranjeras de Afganist¨¢n. Sin embargo, el pacto contempla que libere a 5.000 presos talibanes antes del 10 marzo para que estos accedan a iniciar un di¨¢logo interafgano. El presidente ha dicho que esa medida de confianza no puede ser una precondici¨®n, sino que debe negociarse durante las conversaciones. ¡°Hay dos partes. Ellos tienen condiciones y nosotros tenemos condiciones¡±, ha precisado Ghani durante un mitin en la provincia oriental de Nangarhar este martes, del que ha dado cuenta la cadena ToloNews. ¡°Hab¨¦is hecho la paz con los extranjeros, entonces ?qu¨¦ significa vuestra yihad ahora? Matar afganos es un crimen¡±, ha interpelado a los talibanes. Sus dirigentes siempre han dicho que luchaban contra las fuerzas de ocupaci¨®n.
La guerrilla apenas dej¨® pasar 48 horas antes de anunciar el lunes que reiniciaban sus ataques contra las fuerzas de seguridad afganas, aunque no contra las tropas extranjeras. Los siete d¨ªas de ¡°reducci¨®n de violencia¡± que precedieron a la firma del acuerdo con EE UU fueron considerados un ¨¦xito tanto por los militares sobre el terreno como por las autoridades afganas. Pero sobre todo fueron muy celebrados por una poblaci¨®n agotada por cuatro d¨¦cadas de conflicto que, en algunas localidades, incluso celebr¨® con bailes tradicionales la buena nueva. Aunque no se trat¨® de un alto el fuego pleno, cesaron los ataques de mayor envergadura por ambas partes en el conflicto.
¡°Si el anuncio de la reanudaci¨®n de la violencia por los talibanes se verifica, va en contra del esp¨ªritu del acuerdo firmado en Doha. No es momento para el postureo, sino la fase de crear confianza y avanzar de forma constructiva¡±, ha tuiteado el enviado especial de la UE para Afganist¨¢n, Roland Kobia.
If the announcement of resumption of violence by Taliban is verified, this is against the spirit of the agreement just signed in Doha. This is not the time for posturing, but the phase to build trust & move forward in a constructive manner. #AfghanPeaceProcess #AfghanPeaceDeal
— Roland Kobia (@RolandKobia) March 3, 2020
La Misi¨®n de Naciones Unidas en Afganist¨¢n (UNAMA) tambi¨¦n ha hecho un llamamiento a que se mantenga la reducci¨®n de la violencia ¡°para favorecer un entorno que lleve al inicio de las negociaciones entre los afganos¡±.
Following the Taliban¡¯s reported resumption of military operations, the UN calls for continued reduced violence to maintain & enhance an environment conducive to the start of intra-Afghan negotiations, which should lead to a permanent ceasefire and a lasting political settlement. pic.twitter.com/IhwNJVotPZ
— UNAMA News (@UNAMAnews) March 3, 2020
La tregua fue un requisito de Estados Unidos como gesto de buena voluntad antes de formalizar el pacto por el que Washington se compromet¨ªa a la retirada de todas las tropas extranjeras de Afganist¨¢n en el plazo de 14 meses. A cambio, la guerrilla debe garantizar que no va a permitir la utilizaci¨®n de su pa¨ªs como base de organizaciones terroristas como Al Qaeda, el Estado Isl¨¢mico (ISIS, por sus siglas en ingl¨¦s) u otras similares.
El temor subyacente es que los talibanes, convencidos de que el Gobierno de Kabul no va a sobrevivir sin el respaldo militar occidental, solo traten de ganar tiempo para hacerse con el poder. Al mismo tiempo, Ghani se encuentra en una situaci¨®n de fragilidad porque su reelecci¨®n en los comicios del pasado septiembre es cuestionada por su principal rival, Abdullah Abdullah. Eso dificulta que en el di¨¢logo con la guerrilla el otro lado de la mesa hable con una sola voz.
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