Mal¨ª dialoga con los yihadistas para frenar la violencia en el Sahel
El Gobierno abre canales con los grupos armados locales pero excluye al gran enemigo a batir, el cada vez m¨¢s aguerrido Estado Isl¨¢mico de Al Saharaui
El Gobierno de Mal¨ª ha admitido, por primera vez, que est¨¢ dialogando con los grupos yihadistas que operan en el centro y norte del pa¨ªs. Mientras la comunidad internacional se escandaliza ante la mera posibilidad de hablar con ¡°terroristas¡±, esta soluci¨®n cuenta con respaldo popular. Sin embargo, no se discute con todos: la idea es aislar al grupo que m¨¢s crece y con m¨¢s capacidad operativa, el Estado Isl¨¢mico del Gran S¨¢hara (EIGS) liderado por Abu Walid Al Saharaui, nacido en El Aai¨²n cuando el S¨¢hara Occidental a¨²n era territorio espa?ol.
El debate est¨¢ servido. ?Se puede tener contactos, dialogar o incluso negociar nada con aquellos a quienes Occidente considera terroristas? Seg¨²n Ibrahim Boubacar Keita, presidente de Mal¨ª, s¨ª. As¨ª al menos lo admiti¨® en la ¨²ltima cumbre de la Uni¨®n Africana celebrada en febrero en Etiop¨ªa. ¡°Tenemos que crear todos los espacios posibles (¡). No somos personas brutas u obtusas¡±, dijo asumiendo lo que ya era un secreto a voces, que exist¨ªan cauces de comunicaci¨®n con los grupos de dos yihadistas malienses: Amadou Koufa, l¨ªder de la Katiba Macina; e Iyad Ag Ghali, el rebelde tuareg reconvertido a la yihad que est¨¢ al frente del Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM).
La seguridad se ha deteriorado a pasos agigantados en el Sahel, donde hubo casi 5.000 muertos por la violencia en el ¨²ltimo a?o, pero desde el pasado verano la palabra di¨¢logo est¨¢ en boca de todos. Incluso la Uni¨®n Africana ha animado el proceso. Por la parte maliense hay dos personas clave; el expresidente de la transici¨®n, Dioncounda Traor¨¦, y el primer ministro, Boubou Ciss¨¦. Ambos ya han enviado emisarios al centro y norte del pa¨ªs y los canales han sido creados.
Aunque los riesgos son patentes, el fracaso de la respuesta militar es tan clamoroso que el Gobierno ha decidido explorar esta opci¨®n. Experiencias como la de N¨ªger, donde m¨¢s de 300 combatientes de Boko Haram en la zona de Diffa est¨¢n siendo reintegrados en la sociedad civil, animan a seguir adelante.
¡°Estos grupos armados tienen l¨®gicas diferentes entre los distintos niveles jer¨¢rquicos. Las personas que ocupan los puestos de mando no tienen por qu¨¦ perseguir los mismos objetivos que quienes se encuentran en la base¡±, asegura la experta Lori-Anne Th¨¦roux-B¨¦noni, directora regional del Instituto de Estudios de Seguridad (ISS). ¡°Si contactas con quienes ocupan los puestos m¨¢s bajos quiz¨¢s puedas desmovilizarlos. Muchas veces se trata de gente que estaba en el lugar y el momento equivocados, o personas que necesitan protecci¨®n o una actividad econ¨®mica¡±, a?ade. Un estudio del ISS con entrevistas a m¨¢s de 60 exmiembros de grupos yihadistas revel¨® que las din¨¢micas y conflictos locales y el ansia de protecci¨®n de su familia o comunidad jugaban un peso relevante en el reclutamiento.
Mientras los intentos de acercamiento a Koufa y Ag Ghali o a sus combatientes son cada vez menos tab¨², en la reuni¨®n de Pau del pasado 13 de enero entre los l¨ªderes del G5 del Sahel ¡ªMal¨ª, Chad, N¨ªger, Burkina Faso y Mauritania¡ª y el presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, se fij¨® el nuevo gran objetivo militar en la regi¨®n: el EIGS de Al Saharaui.
Este grupo terrorista que se mueve con extrema facilidad en la zona fronteriza entre N¨ªger y la regi¨®n maliense de Menaka ha ido ganando fuerza tanto en n¨²mero de efectivos como en capacidad operativa, lo que obedece a su extraordinario anclaje local, pero tambi¨¦n a sus crecientes v¨ªnculos con los nigerianos del Estado Isl¨¢mico de ?frica Occidental y a la llegada de posibles refuerzos desde Libia y Siria.
Abu Walid Al Saharaui, cuyo nombre es Lehbib Ould Abdi Ould Said, naci¨® en El Aai¨²n en los 70, donde creci¨® antes de trasladarse a los campamentos de refugiados de Tinduf. Junto a otros saharauis y mauritanos, se uni¨® en 2003 al Grupo Salafista para la Predicaci¨®n y el Combate (GSPC). Posteriormente se convirti¨® en uno de los fundadores del Movimiento para la Unicidad de la Yihad en ?frica del Oeste (Muyao) que en 2013 ocup¨® la ciudad maliense de Gao. Dos a?os m¨¢s tarde, tras casarse con una mujer de etnia peul tolebb¨¦ de N¨ªger, cre¨® su propio grupo, el EIGS. Su lugarteniente, Abdel Hakim, tambi¨¦n es saharaui, mientras que en un tercer nivel de mando hay jefes nigerinos.
El EIGS, un grupo en expansi¨®n
El grupo terrorista EIGS est¨¢ en fase de expansi¨®n hacia el este y sur de Burkina Faso y, en buena medida, es responsable del incremento de la violencia en el pa¨ªs, donde solo el ¨²ltimo a?o se han producido m¨¢s de 700.000 desplazados internos. Sus fuentes de financiaci¨®n son el cobro de impuestos locales a cambio de protecci¨®n, la venta de ganado, el robo y el bandidismo, diversos tr¨¢ficos como el de armas, drogas, tabaco, combustible, veh¨ªculos e incluso los secuestros.
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