La investidura de dos presidentes rivales subraya la crisis pol¨ªtica de Afganist¨¢n

La fragilidad del sistema pol¨ªtico en Afganist¨¢n se ha puesto en evidencia este lunes durante la investidura del presidente Ashraf Ghani. Para empezar, su principal rival pol¨ªtico, Abdullah Abdullah, que rechaza su triunfo en los comicios del pasado septiembre desestimando el dictamen de la Comisi¨®n Electoral y las presiones de Estados Unidos, ha llevado a cabo su propia ceremonia de toma de posesi¨®n. La bicefalia al frente del pa¨ªs complica los planes de Washington para retirar sus tropas. Adem¨¢s, justo en el momento en que Ghani juraba el cargo para un segundo mandato, dos cohetes han alcanzado el per¨ªmetro del palacio presidencial.

¡°No llevo chaleco antibalas, s¨®lo mi camisa, y me quedar¨¦ aqu¨ª incluso si debo sacrificarme¡±, ha declarado Ghani, cuyo discurso ha sido interrumpido por las explosiones, pero que no ha abandonado el estrado como ha podido verse en las im¨¢genes de ToloNews. Seg¨²n un reportero de esta cadena, uno de los proyectiles ha alcanzado el aparcamiento del palacio y da?ado el veh¨ªculo de uno de los asistentes. El Estado Isl¨¢mico se ha responsabilizado del ataque que no ha causado v¨ªctimas.

El reelegido presidente acababa de jurar su cargo ante las principales autoridades del pa¨ªs y numerosos diplom¨¢ticos extranjeros, incluido el representante especial de Estados Unidos, Zalmay Khalilzad. Faltaban no obstante prominentes pol¨ªticos afganos como el expresidente Hamid Karzai, el exdirigente muyahid¨ªn Abdrab Rasul Sayyaf o el exvicepresidente Yunus Qanuni. Su ausencia se interpreta como un respaldo a Abdullah, quien a esa misma hora organizaba su propia investidura en otra ala del recinto.

¡°No vamos a aceptar un Gobierno salido del fraude¡±, ha asegurado el autoproclamado presidente ante una presencia tambi¨¦n nutrida de p¨²blico. ¡°La mejor forma de acabar con la crisis es a trav¨¦s de conversaciones directas y estamos dispuestos a hablar¡±, ha a?adido dejando una puerta abierta. No est¨¢ claro si los ministros y gobernadores que nombre van a intentar ocupar las correspondientes oficinas por la fuerza.

Hasta el ¨²ltimo momento, el enviado de EE UU intent¨® sin ¨¦xito que ambos rivales llegaran a un acuerdo para evitar una situaci¨®n de bicefalia al frente del pa¨ªs. De hecho, la investidura se retras¨® varias horas a la espera de alg¨²n avance en su mediaci¨®n. Sin embargo, seg¨²n ToloNews Abdullah ¡°no acept¨® la propuesta de Ghani para compartir el poder en las ¨¢reas de seguridad, gobernanza y paz¡±.

De acuerdo con esa fuente, Ghani ofreci¨® a Abdullah el 40% de los puestos de su Gabinete, as¨ª como un sitio en el Consejo de Seguridad Nacional y la presidencia del Consejo Superior de Paz, que ser¨¢ el encargado de las negociaciones con los talibanes. Eso s¨ª, exig¨ªa que todos los ministerios e instituciones de seguridad informaran exclusivamente al presidente. Abdullah, por su parte, insisti¨® en anular los resultados electorales antes de discutir el reparto de poder. Tras las presidenciales de 2014, con un desenlace igualmente disputado, Abdullah acept¨® el inventado cargo de ¡°jefe ejecutivo¡±.

¡°Muy triste y peligroso. Dos ceremonias paralelas. Esto simplemente no puede continuar. Se necesita una unidad s¨®lida, no rivalidades destructivas¡±, ha tuiteado Kai Eide, exrepresentante de la ONU, haci¨¦ndose eco de una preocupaci¨®n muy extendida.

La crisis institucional complica a¨²n m¨¢s el acuerdo de Estados Unidos con los talibanes para retirar sus tropas de Afganist¨¢n. Seg¨²n el texto p¨²blico de ese pacto, la guerrilla y el Gobierno de ese pa¨ªs deben proceder a la liberaci¨®n rec¨ªproca de prisioneros antes de ma?ana, como medida de confianza para iniciar un di¨¢logo interafgano. Al recelo de Ghani a liberar a 5.000 insurgentes como le pide Washington, se suma ahora la dificultad de que el Gobierno hable con una sola voz.

El presidente Ghani ha asegurado durante su discurso que el equipo negociador estar¨¢ listo para ma?ana y que emitir¨¢ un decreto sobre el proceso de paz. No obstante, tampoco ha escondido su desconfianza hacia los talibanes al afirmar que el atentado del pasado viernes probaba que exist¨ªa una relaci¨®n ¡°invisible¡± pero ¡°b¨¢sica¡± entre dicha milicia y el Estado Isl¨¢mico. Este grupo se atribuy¨® el ataque, el primero tras la reducci¨®n de violencia a la que se comprometieron los insurgentes, que dej¨® una treintena de muertos en Kabul.