Puesta en escena para quedarse en el Kremlin

Por fin qued¨® claro el objetivo clave de la reforma constitucional iniciada por Vlad¨ªmir Putin. El presidente ruso quiere conservar la posibilidad de quedarse en el poder en 2024, cuando concluye su ¨²ltimo mandato, de acuerdo con la Ley Fundamental que ahora se altera.

La mayor¨ªa de los observadores intu¨ªan este fin, pero no sab¨ªan de qu¨¦ instrumentos se valdr¨ªa el antiguo agente de seguridad ducho en esquemas conspirativos de muchos registros. Putin actu¨® como un prestidigitador que saca un conejo de un sombrero, pero el truco, esta vez, estaba poco elaborado y se le ve¨ªan los hilvanes, aunque los propagandistas del Kremlin, como en ¨¦poca sovi¨¦tica, se esforzaron por presentar el espect¨¢culo como resultado de las ¡°numerosas peticiones¡± formuladas desde la sociedad rusa.

Durante la elaboraci¨®n del texto constitucional, la primera mujer cosmonauta, Valentina Tereshkova, no tuvo grandes cosas que decir en la Duma Estatal. Sin embargo, la disciplinada dama apareci¨® en la sesi¨®n plenaria de ayer con una propuesta para dar a Putin la posibilidad de permanecer en el cargo actual tras la reforma. Poco despu¨¦s de que Tereshkova leyera el papel que hab¨ªa tra¨ªdo, el jefe del Estado irrumpi¨® en la sala de plenos, provisto tambi¨¦n de un papel del cual ley¨® un texto preparado. Contrapuso Putin la estabilidad (es decir la que supuestamente proporciona su mandato tal como ¨¦l lo ve) a la vulnerabilidad de Rusia (derivada seg¨²n sus razonamientos de los riesgos que la acechan, desde los precios del petr¨®leo al brote de coronavirus pasando por las aviesas intenciones de sus adversarios exteriores y las secuelas de la desintegraci¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica).

Con sospechosa modestia, el jefe del Estado se mostr¨® dispuesto a considerar la posibilidad de competir por el cargo de presidente en 2024, si as¨ª lo permite el Tribunal Constitucional y lo apoya el pueblo. El texto constitucional aprobado por la Duma en segunda lectura supone hacer tabula rasa para quienes ya fueron presidentes de Rusia (Putin y Dmitri Medv¨¦dev) y no computarles el tiempo que ya ejercieron el cargo, es decir, si el Constitucional lo aprueba, para ambos comenzar¨ªa en 2024 una nueva contabilidad a partir de cero y ambos podr¨ªan acogerse a la norma general de dos mandatos (que se conserva) como si jam¨¢s hubieran sido presidentes.

Como prestidigitador, el presidente ruso parece haber recuperado el factor ¡°incertidumbre¡± (renovar o no renovar el cargo en 2024), que puede serle ¨²til, porque as¨ª deja de ser visto como ¡°el que se tiene que ir¡±. Pero mientras Putin saca conejos del sombrero, en el patio de butacas del recinto donde act¨²a, una parte de los espectadores, cansados de trucos reiterativos, se durmi¨® o acab¨® charlando con alg¨²n vecino. Otros abandonaron el teatro y algunos hasta se atrevieron a silbar.