Sin justicia un a?o despu¨¦s del derrumbe del califato en Siria
Miles de yihadistas vinculados al ISIS permanecen en un limbo mientras las familias de las v¨ªctimas del grupo terrorista siguen sin respuestas frente a la justicia
Este lunes se cumple un a?o desde que Mustafa Bali, el portavoz de las Fuerzas Democr¨¢ticas Sirias (FDS), una alianza de fuerzas kurdas y ¨¢rabes, proclamara ¡°el fin del califato¡±. El presidente de EE UU, Donald Trump, ya se hab¨ªa adelantado la v¨ªspera. Bali habl¨® desde un rec¨®ndito pedazo del desierto sirio, el poblado de Baguz, en la frontera con Irak, donde el llamado califato del grupo Estado Isl¨¢mico (ISIS, por sus siglas en ingl¨¦s) dio sus ¨²ltimos estertores. Un a?o despu¨¦s, esta victoria no ha tra¨ªdo justicia. Ni las v¨ªctimas del ISIS la han obtenido, ni los yihadistas han sido juzgados en estos 12 meses. El trono de Abubaker al Bagdadi, asesinado en el noroeste de Siria en una operaci¨®n de las fuerzas de ¨¦lite estadounidenses el 26 de octubre, apenas ha permanecido cinco d¨ªas vac¨ªo para ser relevado por Abu Ibrahim al Hachem¨ª al Qurashi, nuevo califa sin califato, y el atomizado ej¨¦rcito yihadista sigue golpeando.
A la ofensiva sobre el polvoriento oasis de Baguz sobrevivieron alrededor de 100.000 mujeres y hombres yihadistas junto con sus hijos, de los cuales 14.000 son extranjeros -el resto siendo de nacionalidad iraqu¨ª o siria. Se trata de gran parte de lo que queda de ese territorio gobernado por el ISIS que durante un lustro se extendi¨® entre Siria e Irak para someter a una poblaci¨®n de 7,7 millones de personas.
Viven desde hace un a?o cautivos en insalubres campos o hacinados en c¨¢rceles del noreste de Siria -entre la media docena de campos en los que est¨¢n encerrados destacan los de Al Hol, Ain Isa y Al Roj-. Est¨¢n custodiados por unas milicias kurdas que se dicen hastiadas de la desidia de los pa¨ªses de origen que reh¨²san repatriarles para juzgarles en sus respectivos sistemas judiciales.
Entre los supervivientes del ISIS se cuentan un var¨®n y tres mujeres yihadistas junto con 17 menores espa?oles. ¡°El gobierno [de Espa?a] sigue indeciso y ahora est¨¢ desbordado con la crisis sanitaria de la COVID-19, as¨ª que el debate de la repatriaci¨®n ha quedado a un lado¡±, cuenta al tel¨¦fono un funcionario del Gobierno espa?ol. Las posturas enfrentadas persisten entre ¡°un Ministerio del Interior reacio a una repatriaci¨®n¡± y ¡°el de Exteriores, favorable a un retorno de los menores y al enjuiciamiento de sus madres en territorio espa?ol¡±, reiteran diversas fuentes gubernamentales. Debate que se repite en otros pa¨ªses miembro de la UE.
No obstante, la ofensiva lanzada en el norte de Siria el pasado octubre por Turqu¨ªa contra las Unidades de Protecci¨®n del Pueblo kurdas -YPG, por sus siglas en kurdo y a las que tacha de grupo terrorista por sus estrechos lazos con el PKK turco-, ha supuesto un dr¨¢stico cambio en la ya compleja e internacionalizada contienda: por un lado, EE UU anunci¨® a mediados de octubre la retirada de sus tropas del pa¨ªs -que solo se ha llevado a cabo parcialmente; mantiene en torno a medio millar- y aparc¨® sus cazas para dejar v¨ªa libre a la aviaci¨®n de Turqu¨ªa -aliado de Washington en la OTAN-. Por otro, Ankara mantiene su guerra contra las YPG, que fueran aliadas en la campa?a que EE UU lanz¨® contra el ISIS en el verano de 2014.
La ofensiva turca ha acercado al brazo pol¨ªtico de las milicias kurdas al Gobierno de Bachar el Asad y reactivado las negociaciones con Damasco para un retorno del Ej¨¦rcito regular al norte del pa¨ªs para frenar el avance turco. De materializarse, la custodia de los yihadistas podr¨ªa cambiar de manos. El mandatario sirio ha asegurado en diversas entrevistas que los yihadistas ser¨¢n juzgados acorde a la ley nacional siria en materia de terrorismo -donde sigue vigor la pena de muerte. Una opci¨®n que varios diplom¨¢ticos europeos consultados en Madrid y Beirut califican entre bastidores de ¡°favorable¡± y que ¡°se adapta¡±. ¡°Eso significa que Siria se haga cargo del peso de los adultos, que es el que nos preocupa, mientras negociamos el aspecto humanitario que es el retorno de los menores¡±, explica uno de ellos.
Con el paso de los meses, la administraci¨®n del campo de Al Hol, al noreste del pa¨ªs y el m¨¢s masificado con alrededor de 69.000 personas, asegura que el asentamiento se ha transformado en estos 12 meses dejando de ser un centro de detenci¨®n para convertirse en un campo de radicalizaci¨®n intensiva para tanto los m¨¢s de 40.000 menores como para las yihadistas cautivas m¨¢s moderadas. La mayor¨ªa, puntualiza un trabajador civil, ¡°no se dicen arrepentidas por haberse sumado al ISIS¡±.
Varias yihadistas apresadas en el campo de Al Roj, m¨¢s al noreste, en la frontera sirio-iraqu¨ª, y menos masificado, con unas 6.000 personas, aseguran que el pasado mes de diciembre ¡°hombres enmascarados que no hablan durante los interrogatorios¡± han supervisado una serie de interrogatorios y recabado datos biom¨¦tricos de todas las mujeres extranjeras a las que tambi¨¦n han fotografiado junto a sus hijos.
Entre ellas las espa?olas Luna Fern¨¢ndez y Yolanda Mart¨ªnez con 13 menores a cargo, de los cuales cuatro hu¨¦rfanos y una reci¨¦n nacida. Interrogatorios que oficiales kurdos han confirmado a EL PA?S aunque declinado pronunciarse sobre la nacionalidad o misi¨®n de los ¡°enmascarados¡±.
Con el objetivo de descongestionar Al Hol, las fuerzas de seguridad kurdas iniciaron a finales de 2019 el traslado de varios miles de mujeres y ni?os al de Al Roj -incluidos los m¨¢s de 360 hu¨¦rfanos. Familiares de las yihadistas espa?olas consultados por EL PA?S temen un r¨¢pido y mort¨ªfero contagio de la Covid-19. ¡°Los guardias del campo llevan m¨¢scaras, pero las mujeres y los ni?os no tienen con que protegerse. Algunos ni siquiera tienen jabones¡±, lamenta un familiar desde Espa?a.
El a?o tampoco ha tra¨ªdo justicia a las v¨ªctimas del ISIS. Human Rights Watch ha denunciado en un reciente informe el ¡°fracaso colectivo en la b¨²squeda de los m¨¢s de 8.000 desaparecidos¡± bajo el califato cuyas familias siguen viviendo un calvario en vida. Entre ellas, 3.000 mujeres yazid¨ªes que fueron secuestradas y vendidas como esclavas sexuales en Irak. Tampoco han sido indemnizados los familiares de los m¨¢s de 3.000 civiles muertos en Siria -seg¨²n estimaciones de la organizaci¨®n Airwars - en bombardeos de la coalici¨®n internacional contra el ISIS, de la que Espa?a es miembro.
En cuanto al polvoriento oasis de Baguz, ha vuelto a ser el mismo punto desconocido y olvidado del mapa de Siria que fuera antes de convertirse en sepulcro del califato. Apenas han retornado la mitad de los 7.000 habitantes para volver a cultivar unas tierras sembradas de explosivos y cad¨¢veres.
Muyahidines espa?oles luchando en Siria
ISIS ya no controla ning¨²n territorio y su ej¨¦rcito ha encogido, por lo que sus muyahidines han optado por emigrar a nuevos frentes abiertos en ?frica o Asia, o realizar atentados y ataques desde sus bases en las c¨¦lulas durmientes contra tropas regulares sirias, turcas o milicias kurdas en Siria. Otros, han optado por retornar a la ¨®rbita de Al Qaeda, de quien se escindiera el ISIS en 2014, y en creciente actividad al lado opuesto del pa¨ªs y en la provincia insurrecta de Idlib, actual epicentro de la guerra en Siria. Fue precisamente en Idlib donde se ocult¨® Abubaker al Bagdadi, autoproclamado califa que dej¨® Al Qaeda para fundar el ISIS.
¡°A diferencia de otros yihadistas europeos, la mayor¨ªa de los combatientes espa?oles o con estrechos v¨ªnculos con Espa?a mantienen fuertes v¨ªnculos con las redes de Al Qaeda y no con el ISIS¡±, explica una fuente de inteligencia militar espa?ola. ¡°De ah¨ª que sea muy plausible que en Idlib nos encontremos con m¨¢s combatientes espa?oles que los que aparecieron en Baguz¡±, apunta. Seg¨²n las estimaciones del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado, un centenar de los estimados 234 combatientes extranjeros que viajaron de Espa?a a Siria han muerto o retornado.
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