Las cinco vidas de Raqa, la antigua capital del Estado Isl¨¢mico
Pas¨® de ser la primera ciudad siria tomada por los rebeldes a convertirse en la capital del ISIS. Ahora esta localidad, destrozada por la guerra, se recupera bajo control kurdo, pero mira con recelo su futuro
Un par de obreros ultiman la fachada del sal¨®n de belleza Las chavalas m¨¢s guapas, en Raqa, la que fuera capital de facto del Estado Isl¨¢mico (ISIS, por sus siglas en ingl¨¦s) hasta su expulsi¨®n en octubre de 2017. En el interior, las clientas se ponen en manos de Im¨¢n, gerente y peluquera de 45 a?os. ¡°Abr¨ª mi primera peluquer¨ªa har¨¢ 20 a?os all¨ª donde ese mont¨®n de escombros¡±, comenta con un pitillo colgando del labio. Un bombardeo de la coalici¨®n internacional redujo su negocio a polvo.
Hoy, Im¨¢n empieza desde cero en la acera de enfrente, pero no olvida lo sucedido en esta ciudad del noreste de Siria en los ¨²ltimos ocho a?os. Ella ha sido testigo de las cinco vidas de Raqa. La primera, bajo la presidencia de Bachar el Asad, anterior a la primavera ¨¢rabe. En 2011, se convirti¨® en la primera capital de provincia tomada por los rebeldes tras la expulsi¨®n de los soldados del Ej¨¦rcito regular sirio. M¨¢s tarde, en 2013, estuvo ocupada por los yihadistas de Al Nusra (filial local de Al Qaeda), y en 2014 se convirti¨® en la capital de facto del Estado Isl¨¢mico. En octubre de 2017, esta localidad polvorienta junto al r¨ªo ?ufrates cay¨® en manos de las milicias kurdas.
¡°Cada piedra tiene una historia en esta ciudad¡±, musita la peluquera. Y debajo ellas se han exhumado ya 5.000 cuerpos entre fosas comunes y edificios en ruinas. Antes de echar el cierre, Im¨¢n se cubre el rostro con un niqab (velo integral) para ya en la calle sumarse a ese extra?o ej¨¦rcito de mujeres de negro que recuerdan los casi cuatro a?os vividos bajo el califato. ¡°Todav¨ªa hay c¨¦lulas durmientes del ISIS en la ciudad. Todav¨ªa temblamos de miedo por las noches¡±, dice en voz baja la esteticista.
¡°Durante el Daesh [acr¨®nimo en ¨¢rabe para referirse al ISIS] ?Nada de cejas tatuadas, nada de maquillaje, nada de horquillas, nada de extensiones!¡±, protesta Im¨¢n enumerando con los dedos de la mano. Las encargadas de controlar los c¨¢nones de belleza halal (que estaban permitidos durante el califato) fueron las guardianas femeninas de la hisba, polic¨ªa religiosa del ISIS, que a diario inspeccionaban la peluquer¨ªa. Sin embargo, las yihadistas llegadas de Europa ¡°eran buenas clientes, siempre dispuestas hacerse mechas¡±. Los momentos m¨¢s duros que vivi¨® Im¨¢n fueron cuando le trajeron un grupo de adolescentes yazid¨ªes de 16 a?os, secuestradas en Irak y que quer¨ªan esposar con muyahidines extranjeros. ¡°Lloraban y lloraban y no hab¨ªa forma de consolarlas ni de impedir que las entregaran a esos bestias¡±, relata.
Nostalgia por la ¨¦poca de El Asad
Im¨¢n habla con nostalgia de la ¨¦poca de El Asad, "cuando las clientas hac¨ªan cola y los burkas no exist¨ªan en Raqa¡±. Las barber¨ªas tambi¨¦n han vuelto a abrir sus puertas, al igual que lo han hecho los caf¨¦s. Spicy, en la concurrida calle Al Mansour, ha sido la primera cafeter¨ªa de la Raqa post ISIS. All¨ª, las parejas j¨®venes tontean despreocupadas mientras otros se dejan los pulmones aspirando sus pipas de agua. ¡°La gente fumaba a escondidas en sus casas arriesg¨¢ndose a que les cortaran una mano¡±, recuerda Khaled J., due?o del local.
En los muros de las calles conviven las ruinas del pasado, las declaraciones de amor firmadas con corazones y los desgastados esl¨®ganes yihadistas. En barrios masivamente destruidos como el de Al Bedu, donde el ISIS libr¨® sus ¨²ltimos combates, los ni?os juegan a la guerra con ametralladoras de madera, la misma guerra que les ha desterrado de las aulas y convertido en analfabetos.?
Poco a poco, la vida en Raqa se abre paso entre los escombros. De los m¨¢s de 220.000 habitantes que ten¨ªa la ciudad antes de la guerra, hoy quedan alrededor de 150.000. Hileras de camiones y enjambres de peones se esmeran en retirar una tonelada y media de amasijos de hierro y cemento, al tiempo que nuevos comercios reabren sus negocios en los bajos de los inmuebles semiderruidos. A pesar del olor a pintura y asfalto, las rotondas de la ciudad se antojan un rosario de espantosas pesadillas.
¡°En ¨¦poca del r¨¦gimen ven¨ªamos todos los viernes a la helader¨ªa Al Naim, la m¨¢s rica de la ciudad¡±, cuenta Abu Dalal, pe¨®n de 33 a?os y padre de tres menores. ¡°A mis hijos les encantaba jugar en la plaza durante horas¡±, rememora. Totalmente reconstruida, la plaza del Para¨ªso no ha logrado borrar su pasado. All¨ª el ISIS decapit¨® y crucific¨® a docenas de v¨ªctimas sembrando el terror entre los ciudadanos. Un d¨ªa, regresando a casa de visitar a la familia, Abu Dalal y su mujer, entonces embarazada de cuatro meses, pasaron por la plaza en taxi. ¡°Todav¨ªa tengo metido en la nariz ese nauseabundo olor a cabezas cortadas¡±, relata con la mirada fija en el suelo. ¡°Mi mujer sufri¨® un ataque de p¨¢nico y al d¨ªa siguiente abort¨®¡±, apostilla. Miedo, miedo y m¨¢s miedo es la herencia que ha dejado en Raqa el califato.
Una ciudad derruida controlada por los kurdos
Tras la expulsi¨®n del ISIS en octubre de 2017, las Fuerzas Democr¨¢ticas Sirias (FDS, por sus siglas en espa?ol, que son milicias kurdo-¨¢rabes apoyadas por la coalici¨®n internacional que lidera Estados Unidos) controlan la ciudad y garantizan la seguridad, mientras que la administraci¨®n civil ha quedado en manos del Consejo Civil de Raqa. ¡°Las FDS nos entregaron una ciudad destrozada el 26 de octubre de 2017, cinco d¨ªas despu¨¦s de liberarla¡±, comenta Abdal¨¢ el Adian en sus oficinas del Consejo de Raqa,?a cargo de la reconstrucci¨®n de la ciudad.
En a?o y medio, asegura el Adian que han recibido 3,6 millones de euros por parte de la coalici¨®n, una cifra muy insuficiente frente a los entre 300 y 400 mil millones de euros que el Banco Mundial estima necesarios para la reconstrucci¨®n del pa¨ªs. ¡°Hemos limpiado las calles de minas y las arterias de la ciudad de escombros, pero avanzamos lentamente para restablecer unas infraestructuras diezmadas¡±, dice este abogado casi parafraseando la realidad de otras ciudades sirias bombardeadas como Alepo o Homs.?
Hasta que el nuevo puente quede operativo, las familias han de encajar sus veh¨ªculos en inestables barcazas que les cobran un euro por cruzar el ?ufrates. Al menos 35.000 casas han sido destruidas y otras 25.000 quedaron parcialmente derruidas, tanto por los cazas de la aviaci¨®n siria que golpearon la ciudad hasta 2014, como por los de la coalici¨®n internacional que lo hicieron despu¨¦s. Las calles quedan a oscuras por la noche a falta de un tendido el¨¦ctrico. Los vecinos invierten el 10% de los 150 d¨®lares mensuales de media en generadores de luz. Por otro lado, no quedan apenas m¨¦dicos ni profesionales liberales, como recuerda El Adien, que es uno de los 50 abogados que quedan en Raqa de los 813 registrados en 2011.
Un futuro incierto
En esta regi¨®n, un pu?ado de cinco o seis tribus han gobernado el tejido social durante ¡°d¨¦cadas de dejadez del Gobierno central¡±, cuentan los l¨ªderes tribales. ¡°Las tribus se han fortalecido al ocupar el vac¨ªo que dej¨® la salida del r¨¦gimen [de El Asad] en Raqa¡±, relata?Fares Trad Al Horan, uno de los l¨ªderes del clan Anza.?Con la llegada del Ej¨¦rcito Libre Sirio (ELS), muchas tribus se sumaron a sus filas. "Fueron a?os de mucho caos, as¨ª que no hab¨ªa tiempo para juicios, solo para contener las peleas intestinas en la tribu y enterrar los casos hasta que el contexto fuera estable para juzgarlos ante los jeques religiosos y que paguen sus deudas¡±.
Con la llegada del ISIS en 2014, los clanes cambiaron las reglas para instaurar ¡°la ley de la espada¡±, agrega Al Horan. Este l¨ªder cuenta que las tribus se opusieron al ISIS y que su clan perdi¨® a ¡°18 m¨¢rtires¡± en las escaramuzas. Sin embargo, Al Adian, del Consejo de Raqa, asegura que todas las tribus colaboraron sucesivamente con las diversas fuerzas que se impusieron en la ciudad ¡°con tal de sacar tajada de la venta del petr¨®leo y del contrabando¡±.
En los pasillos de las oficinas de la administraci¨®n civil del Consejo de Raqa, se cruzan diferentes versiones de la guerra y se oyen diferentes desenlaces para la pr¨®xima fase. ¡°Aqu¨ª no se quiere a los kurdos porque Raqa es ¨¢rabe y esperamos el retorno del r¨¦gimen¡±, dice desde el anonimato otro l¨ªder tribal. Con las c¨¦lulas durmientes del ISIS todav¨ªa acechando en la ciudad, sus gentes se preguntan cu¨¢l ser¨¢ la pr¨®xima vida de Raqa. Unos miran al Gobierno de Bachar el Asad de Damasco, con quien los kurdos han establecido negociaciones.
¡°Somos una fuerza local, pero no descartamos integrar unas futuras fuerzas de defensa nacional si el r¨¦gimen opta por cambiar la constituci¨®n y darnos mayor espacio pol¨ªtico¡±, cuenta al tel¨¦fono Nuri Mahmud, un portavoz de las?Fuerzas Democr¨¢ticas Sirias. En paralelo, los kurdos est¨¢n preocupados por un avance de los turcos desde el norte, mientras que las tribus temen una expansi¨®n de Ir¨¢n, aliado de Damasco, y negocian futuras inversiones con Arabia Saud¨ª y los pa¨ªses el Golfo. ¡°Una vez m¨¢s, Raqa se vender¨¢ al mejor postor¡±, sentencia El Adian.
Sepultura sin justicia para los muertos de Raqa
Equipados con palas y m¨¢scaras, el equipo del Early Recovery Team, el grupo de defensa civil de Raqa, se esmera en exhumar los cad¨¢veres hallados en un campo de cultivo de Fajeija, poblado en la periferia de esta capital de la provincia hom¨®nima. ¡°Desde enero de 2018 hemos desenterrado 4.790 cuerpos¡±, explica Heidi Maweh, de 36 a?os y a cargo del equipo.
A pocos metros trabaja el forense Asad Mohamed cargado con su inseparable cuaderno de registros bajo el brazo al tiempo que examina el cad¨¢ver de un yihadista del ISIS del que tan solo quedan huesos, unas botas y un sucio uniforme ro¨ªdo por los gusanos. Mohamed se esmera en reconstruir los ¨²ltimos meses de combates en Raqa a trav¨¦s de las autopsias de estos testigos mudos. Estas tierras no hacen distinci¨®n entre cementerios improvisados para el ISIS con m¨¢s de 250 cuerpos, o las fosas comunes con m¨¢s de 2.000 cad¨¢veres de civiles, en las que v¨ªctimas y verdugos comparten sepultura y de donde sus cuerpos son exhumados, no para ponerlos al servicio de la justicia, sino para que los due?os de estas f¨¦rtiles tierras puedan volver a plantar lechugas y hacer caja.
El 40% de los muertos son desconocidos y ning¨²n organismo ha optado por hacer pruebas de ADN. Los cuerpos son desenterrados, examinados y vueltos a enterrar en otras tierras de la monta?a. ¡°El 40% han muerto decapitados, y el 60% restante mitad bajo los bombardeos, mitad en los combates¡±, apuntilla el forense bol¨ªgrafo en mano. Airwars estima que los aviones de la coalici¨®n han matado a al menos 3.008 civiles en Siria (la gran mayor¨ªa en Raqa), de los cuales ninguno ha sido indemnizado. En Fajeija y entre los cad¨¢veres del ISIS han descubierto un porcentaje elevado de mujeres y fetos. ¡°En los ¨²ltimos d¨ªas de los enfrentamientos no quedaban m¨¦dicos por lo que muchas mujeres murieron durante los abortos o en partos mal atendidos¡±, cuenta.
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